Ejemplo (3*)

Texto a comentar

La verdad científica, la verdad física, posee la admirable cualidad de ser exacta, pero es incompleta y penúltima. No se basta a sí misma. Su objeto es parcial, es sólo un trozo del mundo y además parte de muchos supuestos que da sin más por buenos; por tanto no se apoya en sí misma, no tiene en sí misma su fundamento y raíz, no es una verdad radical. Por ello postula, exige integrarse en otras verdades no físicas ni científicas que sean completas y verdaderamente últimas. Donde acaba la física no acaba el problema; el hombre que hay detrás del científico necesita una verdad integral, y, quiera o no, por la constitución misma de su vida, se forma una concepción completa del universo. Vemos aquí en clara contraposición dos tipos de verdad: la científica y la filosófica. Aquella es exacta pero insuficiente; ésta es suficiente pero inexacta.

Ortega y Gasset. ¿Qué es la Filosofía?

Ideas encontradas (*versión con errores)

Que la verdad científica es exacta pero incompleta y penúltima. Luego dice que su objeto es un trozo del mundo, que no se apoya en sí misma. Es necesaria una verdad mejor que sea más completa y última. Tiene que haber otro hombre detrás del científico que tenga una verdad integral. Esta sería la verdad filosófica. También dice que la verdad filosófica es suficiente pero inexacta a diferencia de la verdad científica que es exacta pero insuficiente.

Errores:

Omisiones:

Ideas encontradas (versión mejorada)

El autor comienza el texto señalando algunas características de las verdades científicas en general, aunque menciona a la Física en particular. Estas características son:

Estas tres características justifican, según el autor del texto, la necesidad de otro tipo de verdad: una verdad que sí vaya a la raíz, que de satisfacción completa a nuestra curiosidad. Esta es una necesidad que sienten todos los hombres, incluso los científicos. Por eso dice Ortega y Gasset que detrás de todo científico hay una persona que busca una verdad completa que dé sentido a su vida.

En conclusión, el objetivo del autor es contrastar dos tipos de verdades: las verdades científicas y las verdades filosóficas. La ciencia es exacta pero no llega a abarcar todos los aspectos de la realidad ni llega a la raíz de todas nuestras preguntas. Por el contrario, la filosofía al no emplear matemáticas no es exacta, pero busca verdades últimas.