No podemos aislar a la Escuela de la Sociedad en la que se encuentra inmersa, por lo que existe una influencia recíproca entre ambas. No puede existir influencia sin participación; esta se concibe como la unión de esfuerzos, el intercambio de información, la aprobación de ideas, la gestión conjunta y prestación de apoyos.
Desde la óptica educativa, el objetivo de la misma es la mejora de las condiciones del Centro Educativo con el fin de posibilitar el desarrollo del niño/a, así como su aprendizaje y preparación para integrarse positivamente en la sociedad.
La participación es una conquista social reconocida en la Constitución Española y regulada por la Legislación Educativa (todas las Leyes educativas y Decretos que las desarrollan). Con el fin de que ésta no se sitúe sólo en el plano teórico, deberá traducirse en colaboración activa de todos los miembros de la Comunidad Educativa.