LECTURA 2: Olvidado rey Gudú
Los hijos del Conde Olar heredaron la extraordinaria fuerza física, los ojos grises, el áspero cabello rojinegro y la humillante cortedad de piernas de su padre.
Sikrosio, el primogénito, tenía más rojo el pelo, también eran mayores su fuerza y corpulencia, su destreza con la espada y su osadía. Por contra, de entre todos ellos, resultó el peor jinete, precisamente por culpa de aquellas piernas cortas, gruesas y ligeramente zambas que algunos -bien que a su espalda- tildaban de patas. Si hubo algún incauto o malintencionado que se atrevió a insinuarlo en su presencia, no deseó, o no pudo, repetirlo jamás.
Desde temprana edad, Sikrosio dejó bien sentado que no se trataba de una criatura tímida, paciente, ni escrupulosa en el trato con sus semejantes. Su valor y arrojo, tanto como su naturaleza, no conocían el desánimo, la enfermedad, la cobardía, la duda, el respeto ni la compasión. Pronunciaba estrictamente las palabras precisas para hacerse entender, y no solía escuchar, a no ser que se refiriesen a su persona o su caballo, lo que decían los otros. No detenía su pensamiento en cosa ajena a lances de guerra, escaramuzas o luchas vecinales y, en general, a toda cháchara no relacionada con sus intereses. Cuando no peleaba, distribuía su jornada entre el cuidado de sus armas y montura, la caza, ciertos entrenamientos guerreros y placeres personales -no muy complicados estos, ni, en verdad exigentes-. Era de natural alegre y ruidoso, y prodigaba con mucha más frecuencia la risa que la conversación. Sus carcajadas eran capaces de estremecer -según se decía- las entrañas de una roca, y aunque consideraba probable que un día u otro el diablo cargaría con su alma, tenía de esta una idea tan vaga y sucinta -en lo profundo de su ser, desconfiaba de albergar semejante cosa- que poco o nada se preocupaba de ello. Amaba intensamente la vida -la suya, claro está- y procuraba sacarle todo el jugo y sustancia posibles. A su modo, lo conseguía.
Ana María Matute: Olvidado rey Gudú
Expresión oral.
2.5. El primer párrafo contiene una enumeración de cuatro elementos. Léelo en voz alta, dándole la debida entonación, que sube un poco en el penúltimo elemento (“el áspero cabello rojinegro”) y desciende después del último (“la humillante cortedad de piernas de su padre”).
2.6. Lee ahora esta otra enumeración y pon cuidado en su entonación: “Su valor y arrojo, tanto como su naturaleza, no conocían el desánimo, la enfermedad, la cobardía, la duda, el respeto ni la compasión”.
2.7. En el texto aparecen varias frases entre rayas, que equivalen a paréntesis. Estas frases se pronuncian con una entonación más baja. Así pues, lee, dando el tono correcto:
“Aquellas piernas cortas, gruesas y ligeramente zambas que algunos -bien que a su espalda- tildaban de patas”.
“Sus carcajadas eran capaces de estremecer -según se decía- las entrañas de una roca”
“Amaba intensamente la vida -la suya, claro está- y procuraba sacarle todo el jugo”
2.8. Por último, lee todo el texto en voz alta.
2.9. Responde en voz alta a estas preguntas:
-¿Por qué era Sikrosio mal jinete?
-¿Qué quiere decir el autor cuando afirma: “Si hubo algún incauto o malintencionado que se atrevió a insinuarlo en su presencia, no deseó, o no pudo, repetirlo jamás”?
Vocabulario.
2.10. Busca en el diccionario estas palabras y cópialas en tu cuaderno junto al significado que tienen en este texto: primogénito, corpulencia, zambas, tildaban, arrojo, lances, escaramuzas, cháchara, prodigaba, albergar.
2.11x. Vamos a analizar algunos casos de homonimia. En el texto, arrojo es un sustantivo que significa ‘valentía’, pero arrojo es también otra palabra distinta, una forma del verbo arrojar. Inventa una frase donde aparezca esta segunda palabra. Lo mismo haremos con lances y armas, que en el fragmento que has leído son sustantivos, pero que tienen palabras homónimas que pertenecen a los verbos lanzar y armar.
2.12. Localiza todos los sustantivos del texto que pertenecen al campo semántico de la guerra y añade otros del mismo campo.
2.13. Copia en tu cuaderno el tercer párrafo del texto, pero cambiando las siguientes palabras por sinónimos que tengan sentido aquí: criatura, semejantes, pronunciaba, detenía, cháchara, jornada, alegre, cargaría con, procuraba.
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Comprensión.
2.13. Ponle un título a este texto.
2.14. Separa los rasgos físicos y los psicológicos que aparecen en la descripción.
2.15. Resume el contenido del texto en no más de cinco líneas.
2.16. Explica el orden que ha seguido el autor en su descripción. ¿Cuál es la idea central de cada párrafo?
Expresión escrita.
2.17x(+1). Invéntate la figura de un hermano de Sikrosio y pasa a describirlo siguiendo el mismo esquema que el texto. Procura que algunos rasgos coincidan con los de su hermano y otros se diferencien.
2.18(+1). Vamos a realizar una redacción, donde describiremos a una mujer joven siguiendo este guion:
-Rasgos físicos: nos detendremos en la descripción del pelo y el peinado, los ojos, la nariz, la forma de la cara. Hablaremos de su mirada y la expresión de su rostro. Luego describiremos en términos más generales su cuerpo, forma moverse, gestos característicos.
-Vestido: describiremos su vestido y los accesorios que pueda llevar (sombrero o pañuelo, bolso, pendientes y pulseras, zapatos...). Su forma de vestir puede ser elegante, moderna, anticuada, deportiva, sofisticada...
-Rasgos psicológicos: su relación con los demás (tímida, abierta), su inteligencia (aguda, vivaz, despierta...), su humor alegre o triste, sus aficiones, sus costumbres y hábitos. Inventa algún rasgo muy personal, una especie “manía” que sea muy peculiar del personaje.
Aquí tienes algunos adjetivos para describir personas:
a) Rasgos físicos:
aspecto general: alto, atlético, bajo, robusto, gordo, barrigudo, delgado, ligero;
cabellos: abandonados, brillantes, sucios, rizados, sedosos, recogidos, rubios, canosos;
color del rostro: pálido, blanquecino, rosado, aceitunado, bronceado, oscuro;
cara: ancha, chupada, curtida, inexpresiva, redonda, simpática;
orejas: grandes, largas, puntiagudas, pequeñas;
frente: amplia, arrugada, lisa, estrecha, abombada;
pestañas: largas, espesas, rizadas;
cejas: arqueadas, gruesas, espesas, delgadas;
ojos: ausentes, despiertos, impenetrables, maliciosos, tiernos, verdes, achinados;
nariz: aguileña, chata, fina, larga, puntiaguda, respingona, torcida;
boca: pequeña, torcida, firme, fina, grande;
dientes: alineados, blancos, amarillentos, torcidos, separados;
mejillas; rollizas, hinchadas, suaves, sonrosadas, chupadas, pecosas;
cuello: corto, grueso, elegante, largo;
brazos: musculosos, cortos, delgados;
manos: rugosas, delicadas, firmes, grandes, cálidas;
piernas: delgadas, gruesas, robustas, cortas, enclenques.
b) Rasgos psicológicos:
comportamiento: afable, reservado, grosero, prudente, decidido;
estado de ánimo: feliz, colérico, triste, eufórico;
capacidad intelectual: astuto, torpe, inteligente;
forma de ser: antipático, cruel, cobarde, serio, solitario.