Zarza la Mayor

Armas: Escudo partido. Primero de azur, una cotiza de plata. Segundo, de oro, zarza de sinople ardiendo. Bordura de plata, en jefe, león rampante de púrpura, coronado de oro y perfilado de sable, flanqueado a cada lado por la Cruz de Alcántara de sinople. Cuatro leones de púrpura, coronados de oro y perfilados de sable, dos a cada lado. En punta la Cruz de Alcántara de sinople. Al timbre, Corona Real cerrada."

Entre todas las laudes merece destacarse una, que contiene un nombre, Interamnia. Los últimos estudios parecen confirmar que ésta pudo ser la antigua denominación de Zarza la Mayor. Una población estipendiaria, cuya importancia se ratifica con la inclusión de citado topónimo en la lápida conmemorativa en la proximidad del famoso Puente Romano de Alcántara, situado escasamente a 30 Kms de la actual villa zarceña.

La etapa latina termino bruscamente. Fueron las invasiones de pueblos bárbaros las que sumieron en sombras y vagas noticias aquel tiempo intermedio, del que sólo llegan referencias sobre continuas guerras que esquilmaron la vida de los campesinos. Y así fue hasta la entrada en escena de los árabes, ya en el siglo VIII de nuestra era.

La fecha clave, el año 1212. Aprovechando el desconcierto causado entre los musulmanes a causa de su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa, los soldados cristianos ocuparon la mayor parte de la actual provincia de Cáceres. Ya nunca más volvieron a perder su poder. El territorio recientemente conquistado es distribuido por los reyes entre diferentes organizaciones para que sean éstas quienes se encarguen desde entonces de su administración y defensa. La zona occidental de la provincia cacereña es de este modo entregada a los monjes soldados de la Orden Militar de Alcántara. Ahora, en esa franja de terreno, dónde antes se levantaban torres y alquerias árabes, se construyen soberbios castillos y van surgiendo gran número de poblados para acoger a los colonos que llegan procedentes del norte. Entre estos poblados y castillos destacan dos, La Zarza, viejo caserío de pastores venido a más, y Peñafiel, la otrora antigua fortaleza musulmana de Racha Rachel, ambos citados en un texto de 1251. Es el segundo de ellos quien gozara de mayor prestigio durante toda la época medieval, gracias a que los caballeros alcantarinos le designan como cabecera de una de sus Encomiendas, titulada de Peñafiel y la Çarça. Esta importancia se ratifica en 1323, cuando debido a circunstancias desfavorables, los vecinos de la Çarca, deciden abandonar sus hogares e instalarse junto a los recios muros de la fortaleza buscando protección. Junto al castillo, actualmente, aún se pueden observar los cimientos de aquellas primitivas casas que dieron lugar al poblado medieval de Peñafiel.

No fue por mucho tiempo aquel traslado. En el año 1356 el maestre alcantarino concede un segundo Fuero y Carta de Martiniega a los pobladores que emigraron, con el objetivo de que retornen al antiguo asentamiento. Peñafiel se abandona definitivamente y la ya villa de La Zarza comienza a brillar con luz propia. Es su momento estelar.

Desde 1640 hasta 1668 tuvieron que soportar los zarceños varias intentonas lusas por tomar el pueblo, y en todas ellas hubo motivos suficientes para recordar lo sucedido y trazar un antes y un después. En los primeros compases de la guerra, en 1644, llego el primer golpe. Fue concretamente el 18 de mayo de aquel año cuando, tras un ataque fallido de los portugueses, rechazados una vez más por los bravos zarceños, sucedió la explosión y derrumbe posterior del polvorín, ubicado en los sótanos de la torre parroquial. El infortunio quiso que más de 300 personas perecieran bajo los escombros. Años después, ya sin la defensa de la preciada atalaya, fue fácil para los lusitanos conquistar definitivamente la plaza, aunque no sin haberse defendido cara la posición. Cinco días duro el asedio final. El 16 de junio de 1665 Zarza la Mayor fue derrotada y sus moradores desterrados a otros lugares. Fue el segundo y definitivo golpe.

Hasta tres años más tarde no retornaron. Zarza resurgió de sus cenizas y levanto otra vez casas, iglesias, ermitas, palacios… Pero el destino parecía no conformarse con el alto precio pagado y quería aún más sacrificio. Otra vez una guerra, ahora a comienzos del siglo XVIII, y otra vez los eternos rivales, los portugueses. Vuelta a empezar: ataques, escaramuzas, asedios, violencia sin límite. El aplaudido Marqués de Las Minas era el general de las tropas lusitanas que dieron al fuego a Zarza la Mayor un 5 de mayo de 1705. No hubo mucha resistencia esta vez. Abandono y regreso se repitieron y, por fortuna, para quedarse definitivamente la fecha 1713.

Castillo de Peñafiel. Sus orígenes se remontan al siglo IX, durante la dominación musulmana, y desde un principio no fue muy importante, albergaba una guarnición de soldados y unos pocos campesinos que trabajaban los campos cercanos a la torre. Pero a partir del siglo XI, Racha Rachel empezó a tomar fuerza e importancia.

En 1166 adquirió su importancia aumentó, pues pasó a formar parte de una cadena de castillos que controlaban la frontera entre los reinos árabe y cristiano. En 1212 fue conquistado por Alfonso IX, quien le otorgó el nombre de Peñafiel, y en el siglo XIII fue nombrado cabeza de Encomienda.

Hasta 1410 su entorno estuvo muy poblado, pero a partir de entonces las gentes de Peñafiel y de los castillos cercanos comenzaron a trasladarse a Villa La Zarza, la actual Zarza La Mayor, iniciándose el abandono de esas fortalezas.

En 1640, con motivo de la Guerra de la Independencia de Portugal, el castillo quedó en ruina, aunque nunca perería su altivo porte. Ya en esa época, comeinzan a circular leyendas de tesoros escondidos, cuevas y pasadizos, nunca encontrados.

La parroquia de San Andrés es una notable construcción herreriana, del s. XVII, con monumental fachada principal, compuesta de basamento, dos pisos y ático. En el basamento destacan formidables plintos sobre los que asientan sendos pares de hermosas medias columnas toscanas que recorren el primer piso, que a modo de baquetones sostienen un sencillo friso de triglifos y metopas. La continuación en el segundo piso de tales medias columnas la forman una serie de sencillas pilastras, sobre las que se asienta una hermosa cornisa y ático, cuya horizontal superior está rematada con bezantes. El interior presenta nave única, de gran amplitud con cubierta de crucería, ábside poligonal y crucero.

Ermita de Ntra. Señora de Sequero. Es conocida por servir de sede a la patrona de Zarza la Mayor, su historia en una leyenda de milagros y de apariciones de la Virgen.

Antiguamente el santuario de Sequeros estaba en la dehesa de Benavente, concretamente en un cuarto llamado Santa María la vieja, en la actualidad queda muy lejano de la aldea de Zarza. A principios del siglo XVI, reconstruyeron el santuario a pocos kilómetros de la población.

La ermita consta que al presbiterio original se le unió una nave que, según esta inscrita en una de las puertas interiores, se levantó en el año 1633.

Muy cerca de dicha parroquia tenemos una capilla llamada Ermita de San Juan, fundada por unos miembros de la familia De Sande conocida en el término de Zarza la Mayor. Esta capilla se construyo en honor del apóstol San Juan.

Esta ermita se hizo de manera que la capilla se uniera con la mansión de la familia De Sande mediante un elevado pasadizo, que hace a su vez de arco. Su magnífica fachada muy decorativa va acta del arte barroco. Su fachada como en semejanza de la parroquia de San Andrés alberga en un hueco encima de la puerta una talla en piedra de San Juan. Describiendo su estructura tenemos principalmente la puerta con un arco de medio punto, que a ambos lados con casetones rehundidos y pilastras adorna principalmente su grandiosa fachada.

En este municipio se encuentra una capilla que se confunde con el resto de viviendas. Es la conocida Ermita del Castillo.

Es uno de los templos más antiguos de la localidad en algunos documentos su edad oscila alrededor de finales del siglo XIV y principios del XV. Aunque en la capilla hay restos evidentes de los siglos XVI alXVIII.

En la nave pertenece a la citada etapa por el arco de acceso citado y el instalado en su interior, y la nave se divide en dos tramos. El presbiterio encuadrado pertenece al último cuarto del 1600 a principios del siglo XVIII.

Fachada del S. XV. Se sitúa en un rincón de la población, es una pequeña capilla con el nombre del santo cuyo culto le fue ofrendada. Se construyó a base de mampostería, aunque también se utilizo sillares de granito sobre todo en las esquinas y vanos de las puertas. Su planta es una única nave rectangular con una capilla mayor cuadrada de dimensiones más reducidas que el resto.

Casa Consistorial.

Casas solariegas.

Cuando los vecinos empezaron a construir La Zarza, donde actualmente se encuentra, porque las gentes empezaron a abandonar los castillos de alrededor, construyeron una señorial Fuente del Concejo, que con el paso de los años cambio el nombre original y su género cambio a femenino "La Conceja".