Nogales

Escudo de gules, castillo de oro mazonado de sable y aclarado de azur. Bordura de plata cargada de siete hojas de nogal de sinople. Al timbre corona real cerrada.

Nogales había sido vendida en 1340 a Alfonso XI el Justiciero por Lorenzo Vázquez de la Fuenteseca, en la cantidad de 70.000 maravedíes, y el monarca la entregó a continuación a Pedro Carrillo. Éste último, hallándose necesitado de recursos para tomar parte en la guerra contra los musulmanes, solicitó un préstamo de 40.000 maravedíes a Enrique Enríquez "el Mozo", señor de Villalba de los Barros, Caudillo mayor del obispado de Jaén, y Justicia mayor de la Casa del rey y, como garantía de devolución del préstamo, señaló la villa de Nogales, la cual, en 1344, pasó definitivamente a poder de Enrique Enríquez "el Mozo", debido a la incapacidad de Pedro Carrillo para devolver el préstamo que le había sido concedido.

La villa de Nogales fue incorporada al señorío de Feria en 1395, tras su compra por Gómez Suárez de Figueroa, primer señor de Feria. A mediados del siglo XV comenzó la repoblación de la localidad, iniciándose también la construcción del castillo para proteger a sus habitantes.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Almendralejo. En el censo de 1842 contaba con 152 hogares y 580 vecinos.

Sobre la puerta de la torre del homenaje se encuentran un escudo de la familia Figueroa y otro de la familia Manuel, además de una inscripción en la que se indica que la fortaleza fue construida por orden de Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo de Gómez Suárez de Figueroa, en 1458.

Sobre la puerta del recinto amurallado se encuentran otros dos escudos, uno de los Figueroa-Manuel y otro de la familia Osorio y Rojas. Estos escudos fueron colocados en 1464 por Gómez Suárez de Figueroa, hijo de Lorenzo Suárez de Figueroa.

El uso militar del edificio se mantuvo en el tiempo, siento utilizado durante los enfrentamientos mantenidos con franceses y portugueses. Pese a que no ha llegado a estar en estado de ruina, el paso del tiempo y el abandono deterioraron el inmueble hasta que la Junta de Extremadura decidió restaurarlo a finales del siglo XX.

Se trata de uno de los mejores castillos conservados de la provincia. La fortaleza presenta una esbelta torre del homenaje rodeada por una muralla, ambas de planta cuadrada. Precioso castillo es éste de Nogales. Posiblemente su belleza se debe a la gran regularidad y armonía de su arquitectura.

El Castillo de Nogales es un edificio señorial de la segunda mitad del siglo XV. Tiene planta cuadrada con torres cilíndricas en las esquinas, rematadas con almenas y friso de ladrillos a la altura del adarve.

En el medio del cuadrilátero se yergue la altísima torre del Homenaje, al estilo del de Feria

En los ya citados cubos de los ángulos hay cornisas de ladrillo a la altura del adarve. En los paramentos se abren troneras y un foso circunda cada una de las construcciones.

La planta del castillo se ajusta a uno de los modelos más frecuentes de castillos señoriales del siglo XV, un recinto cuadrangular murado con lienzos de moderada altura, a modo de cerca perimetral, con cubos redondos o baluartes en las esquinas, y una esbelta torre de Homenaje en el centro, disponiéndose un patio a la redonda entre uno y otro elementos y un foso, ya desaparecido, que circundaba el recinto exterior. Todo el recinto está almenado y perimetrado por una cornisa de canecillos de ladrillo de particular valor plástico.

La torre del homenaje, de 13 metros de lado y 35 de altura, está realizada con mampostería a excepción de los ángulos, que están realizados con sillería de piedra de la zona. Cuenta con pequeños vanos practicados en sus gruesos muros, rematados con piezas de estilo gótico en piedra labrada. Posee tres plantas en su interior cubiertas cada una de ellas con una bóveda de crucería. La parte superior de los muros está rematada con cornisas de ladrillo sobre las que se encuentra el almenaje de la torre, desaparecido en su mayor parte.

El muro perimetral de la fortificación está realizado con mampostería y cuenta con torreones cilíndricos en sus esquinas, estando todos los elementos almenados y rematados, al igual que la torre del homenaje, con una cornisa de ladrillo a la altura del adarve. Los muros cuentan con pequeños vanos a modo de saeteras y una única puerta a la que se tenía acceso a través de un puente levadizo que permitía atravesar el foso que rodeaba al castillo, hoy desaparecido.

También tiene un cementerio calificado como de los más bonitos de la provincia de Badajoz, tiene unas vistas preciosas de gran parte de la comarca que le rodea, pues está situado en lo alto del cerro, al pie del castillo.

Iglesia parroquial católica bajo la advocación de San Cristóbal.

Ayuntamiento.

Detalle del interior de la casa de mi buen amigo Fernando Valbuena.

Más detalles.

Don Fernando Valbuena y don Francisco Salazar.