Hornachos

Escudo partido. Primero, de sinople, castillo de plata, mazonado y aclarado de sable, sobre montaña rocosa en su color. Segundo, de plata, Cruz de Santiago de gules. Al timbre Corona Real cerrada.

El nombre de Hornachos deriva del latino Fornacis, citada ya por el geógrafo Ptolomeo en el siglo II. Algunos identifican este topónimo romano con el yacimiento de Hornachuelos, situado a unos 5 Km en línea recta de Hornachos. De cualquier modo, el nombre de Hornachos deriva de los hornos (del latín fornus) que en la antigüedad eran utilizados para la fundición de metales, como la galena argentífera, explotados en las numerosas minas de la zona.

Con posterioridad al 711, como todo el sur peninsular, fue ocupado por los musulmanes, que levantaron una imponente fortaleza en la cima de la sierra. Este castillo tenía gran valor estratégico por cuanto se trataba de una de las escalas en la ruta que unía Mérida con Córdoba, capital emiral y califal, siguiendo el itinerario Mérida, Alange, Hornachos, Azuaga,… Como tal es mencionada por el geógrafo musulmán Al-Idrisi. Posteriormente, la fortaleza de Hornachos se encontrará en la línea de frontera entre los reinos taifas de Badajoz y Toledo, lo que reforzaba aún más el valor estratégico y ofensivo-defensivo del enclave.

En el año 1234 la villa de Hornachos fue tomada por Don Pedro González Mengo, maestre de la Orden de Santiago, a quien el monarca Fernando III El Santo la entregó al año siguiente, de 1235, con el título de Encomienda y “con los montes, fuentes, ríos, aguas, prados, pastos, viñas, tierras cultas e incultas, árboles y todas sus pertenencias y sus términos que tenía en tiempo de los Sarracenos”.

Castillo: La mayor parte de lo conservado está construido con encofrado sobre cimientos de mampostería, aunque también hay muros y torres cilíndricas levantadas enteramente con mampostería por los cristianos. A través de las visitas que la orden de Santiago hacía periódicamente a la fortaleza, conocemos la existencia de puente levadizo, Torre de Homenaje, Torre de Velas, Torre del Palomar, dos aljibes, un horno, la caballeriza, una fragua, bodega, una pequeña capilla bajo la advocación de Santiago y las dependencias residenciales que no debieron ser muy espaciosas. Ya en 1604, según los visitadores de aquel año, la fortaleza estaba “muy maltratada e inhabitable”.

Dentro de estas medidas se encuentran la construcción de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, cuyas obras estaban ya comenzadas en 1511. Su interior es una de las mejores obras del mudéjar extremeño. Tiene planta basilical de tres naves, la central mas ancha que las laterales. Está cubierta por un imponente artesonado mudéjar de par y nudillo sustentado por enormes pilares de cal y ladrillo. En el exterior destacan las puertas laterales, de indudable sabor hispanomusulmán, y la torre-campanario, que sirve de fachada principal, que fue terminada a finales del siglo XVI.

De la primera década del siglo XVI data también el establecimiento del culto a la Virgen de los Remedios. La construcción de la ermita experimentó un largo proceso de obras y reformas a lo largo del siglo XVI. En 1894 fue derruida y levantada de nuevo, adquiriendo prácticamente el aspecto que tiene actualmente.

La fundación de un convento de franciscanos, que fue ordenada por el Inquisidor General y Arzobispo de Sevilla Alonso Manrique con la autorización del emperador Carlos. El edificio se comenzó en 1531 y se terminó durante el reinado de Felipe II, cuyo escudo figura en la portería del convento. La iglesia conventual, como veremos, es de una sola nave cubierta por bóveda de cañón y en su interior se encuentran un buen número de retablos y esculturas datados entre los siglos XVI y XVIII.

(Fuentes del Ayuntamiento de Hornachos)