Herrera del Duque

Armas: Escudo partido: Primero de oro, castillo puesto sobre monte, todo en su color; segundo de plata tres fajas jaqueladas de dos órdenes, de oro y gules, y brochante un cinturón, de sable. Al timbre, corona real cerrada.

A la llegada de los musulmanes el pueblo se llamó Pozoba. De la mezquita que ellos construyeron, los cristianos hicieron su Iglesia, de ellos también fueron los barrios de El Barruelo y Poderoso, sin olvidar la majestuosa fortaleza-castillo. Con la llegada de los cristianos allá por entre los años 1145 y 1150, había en Castilla un rey llamando Alfonso VII que en una de sus expediciones a Córdoba, la Joya del Califato, conquistó el actual castillo, antigua fortaleza árabe, El pueblo empezó a llamarse Ferrera. El pueblo de Herrera ha tenido muchos nombres y también muchos dueños como Pedro I el cruel, EnriqueII, Concejo de Toledo, Juan II Gutiérrez de Sotomayor, La Orden de Alcántara, Doña Elvira de Zúñiga... hasta llegar al actual Herrera del Duque.

Castillo de Herrera del Duque, que tiene origen árabe, aunque fue posteriormente restaurado por los cristianos. La fortaleza perteneció sucesivamente a la Orden de Alcántara y a la jurisdicción de los Ducados de Osuna, Béjar, Vizcondado de Puebla de Alcocer, y hasta los inicios de siglo XIX contó con alcaide nombrado por el titular correspondiente en los tiempos que estuvo ocupado por la orden de Alcántara, fue adecentado interiormente con un estilo gótico, siendo comendador Arias Pérez.

La Iglesia parroquial de San Juan Bautista, que se enclava en la parte más alta de la localidad.

Se trata de una edificación de mamposteria y piedra, con numerosos estribos y cubos cilíndricos de refuerzo, en la que aún se conserva uno de los arbotantes absidiales. El interior es de tres naves, con capilla mayor de doble ámbito y cúpula de media naranja en el crucero.

Componente de particular valor fue su retablo mayor, obra del entallador Gregorio de Prado, destruido en 1.936. Las doce pinturas del siglo XVI que lo adornaban, debidas al pincel del toledano Juan Correa de Vivar, consiguieron salvarse, aunque fueron sacadas de la localidad, habiendo sido rescatadas y restituidas a la iglesia, tras su restauración, en fecha reciente. También resultan de interés la Custodia, piedra de plata de casi 40 Kg. De peso, ejecutada asimismo en el XVI por los artífices Gregorio Vorja y Franco Morales, y el Sagrario, éste de factura moderna, fabricado en 1.944 por Mariano Malagón.

En un extremo del caserío se conservan los maltrechos restos del antiguo convento franciscano de San Jerónimo, fundado en 1.517 por Don Antonio de Sotomayor, hoy de propiedad particular.

Ermita de Nuestra Señora de la Consolación del S. XV.

En el centro de la plaza se alza una fuente construida en 1787, considerada como una joya escultórica: es toda de jaspe negro pulimentado y planta octogonal colocada sobre un plano ochavado con tres gradas y una columna central, de 4 metros de altura, por cuyo interior se eleva el agua hasta la cúspide y de la que sale por cuatro caños, cayendo en una copa redonda en forma de taza, labrada por su parte exterior a media caña, la cual deja salir el agua por ocho caños al pilón principal.

Numerosas casonas solariegas, con ornamentadas fachadas, como la de la antigua Encomienda de Alcántara, más conocida a nivel popular como "Casa del Conco", evidencian el abolengo y señorío de la población.