Puebla de Alcocer

Armas: Escudo cortado y medio partido. Primero, de gules, castillo de Puebla de Alcocer de oro terrazado de sable. Segundo, de azul, una corona imperial de oro. Tercero, de plata, una banda de sable y puesta en orla, brochante, una cadena de oro de ocho eslabones. En punta, de oro, una ventana mudéjar de gules mazonada y aclarada de sable. Bordura, de plata, tres fajas jaqueladas de gules y oro cargadas cada una de un ceñidor de sable. Al timbre, Corona Real cerrada.

Puebla de Alcocer fue un importante núcleo de repoblación en el S. XIII (carta Puebla 1288). Fue declarada villa en 1441 y concedida a Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara, formando parte desde entonces del Condado de Belalcázar. Durante esta época perteneció a varios señores y a algunos en varias ocasiones.

Por el año 1214, tuvo lugar la incorporación de la vertiente sur de los Montes de Toledo, a los Cristianos, por esta fecha, D. Rodrigo, arzobispo de Toledo, entró en posesión de un extenso territorio, al sur de los Montes de Toledo, entre los que se encontraba Peña Alcocer, parte de los cuales vendió al Rey, y parte cambió por Añover y Baza, 20 de Abril de 1243. Tres años más tarde desde Jaén, Fernando III, vendía a Toledo, por 55.000 maravedíes, los castillos de los pueblos citados y algunos más, con los términos y distritos con que habían sido asignados al Arzobispo D. Rodrigo.

En 1326 Diego García de Toledo, con el objetivo de conseguir un mejor poblamiento en la Villa, consiguió de Alfonso IX la autorización de dos ferias anuales.

Sin embargo, los García de Toledo no consiguieron ejercer su dominio señorial durante mucho tiempo, ya que en 1332, Alfonso IX los devolvió a Toledo. De esta manera, Siruela y otros territorios que habían pertenecido al Temple y de los que se había aprovechado Diego García pasaban desde entonces a manos del Rey.

En el año 1344 Puebla de Alcocer se convirtió de nuevo en señorío, esta vez en beneficio del noble catalán Bernat, Vizconde de Cabrera.

Tomó posesión de la Puebla de Alcocer y de un territorio relativamente amplio en el que estaban inmersas gran cantidad de tierras con las que formó lo que en adelante sería el Vizcondado de La Puebla.

El Vizconde de Cabrera, nostálgico, siguió conservando, sin embargo el título de "Señor de Aguilar", para lo cual no dudó en cambiar el nombre de la Puebla de Alcocer por el de "Aguilar".

A comienzos de junio de 1396, cuando la ciudad de Toledo, tras un largo asedio, se decidió a entregarse a Enrique II, se impuso como una condición la devolución a la ciudad de todos los lugares que le hubieran pertenecido en otro tiempo, entre los que se encontraba Puebla de Alcocer. En lo sucesivo, Puebla de Alcocer, seguiría perteneciendo a la jurisdicción toledana hasta mediados del S. XV.

El 22 de abril de 1441, Juan II declara a Puebla de Alcocer "Villa en sí" dotada con jurisdicción propia. Se estaba dando, con ello, el primer paso para una futura enajenación de la Villa.

Sin embargo, de nuevo Puebla de Alcocer volvió a la jurisdicción toledana, pues el 16 de octubre de 1444 Juan II se dirigía al concejo de la Villa, que había escrito al Rey solicitándole que no la enajenara, para asegurarles que su intención era la de conservarla en su poder.

El día 7 del mismo mes Juan II concedía la Puebla de Alcocer al Maestre de Álcántara, Gutierre de Sotomayor.

Puebla de Alcocer había sido constituída en cabeza de Señorío por lo menos en dos ocasiones: en el primer tercio del S. XVI, a favor de los García de Toledo, y tras un paréntesis de reintegración al concejo toledano, pasó a convertirse en cabecera de un Vizcondado a favor de Bernat de Cabrera. Desde el primer tercio del S. XV, cuando la Puebla había pasado nuevamente a depender de Toledo, los Sotomayor entraron en contacto con la Villa.

En el año 1445 el rey Don Juan II concedió la Puebla de Alcocer a don Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, sobre cuya tierra y villa ostentaría su señorío, y donde construyó su castillo con licencia del mismo monarca, aprovechando los restos de otro anterior, pues en el documento se habla de un castillo y fortaleza ya existentes. A finales del siglo XV rigió el castillo doña Elvira de Zúñiga, después del fallecimiento de su marido Alonso de Sotomayor y por minoría de edad de los hijos del matrimonio. Este hecho puede justificar la presencia de un blasón con las armas de Zúñiga en lo alto de la torre del Homenaje.

El castillo tiene planta poligonal irregular y está construido sobre algunas afloraciones rocosas que le sirven de cimientos y de muralla natural. Es un castillo del tipo de muro cerrado, como el de Herrera del Duque, ya que, aunque sobresalen algunas torres, sigue prevaleciendo el carácter cerrado y compacto que aportan sus elevadísimos muros, de gran grosor, y la escasez de vanos.

Iglesia Parroquial de Santiago. Dentro del pueblo destaca la iglesia de Santiago Apóstol, de estilo románico-mudéjar de los siglos XI al XII. En sus orígenes se trató de una mezquita árabe.

El interior de la iglesia consta de tres naves divididas por arcos de distintos tamaños. En su interior pueden observarse varios frescos del S. XIIII, descubiertos tras la restauración realizada en los años 90.7En la mencionada restauración el altar mayor fue recubierto por un fresco de estilo iconoclasta realizado por Boris Lugovskoy.

En la nave central del templo descansan los restos de fray Fernando Moraga, conocido por sus numerosos viajes al nuevo mundo. También se cree que reposaron allí los restos de Pedro I de Castilla, también conocido como Pedro el cruel.

Palacio del Duque de Osuna. Palacio de los Duques de Osuna. Se localiza en la plaza de España, y fue allí donde vivió el maestre Gutierre de Sotomayor, y sus descendientes. Posteriormente este edificio pasó a ser propiedad del Ducado de Osuna. Fue reconstruido en el siglo XVII. De sus fachadas destaca la que da hacia la plaza de España, por su portada de piedra con relieves, sus ventanas enrejadas, y por un gran arco que esconde en su interior un pasadizo que permitía acceder a otras dependencias del palacio situadas en la parte alta de la plaza. En esta parte del palacio hay un doble vano con arcos de medio punto a modo de mirador hacia la plaza.

Casa Consistorial. Es un edificio sobrio que fue restaurado en 1989, con escaleras de granito, numerosas ventanas y un balcón.En el lado derecho se puede observar dos escudos unidos pertenecientes a las familias Zúñiga y Sotomayor.

Convento Franciscano. El convento de San Francisco, se terminó de construir en 1543, gracias a Felipa de Sotomayor, tía de fray Juan de la Puebla. Es de estilo herreriano y delante la puerta tiene un patio con una cruz en homenaje a los caídos. La iglesia consta de una única nave, con una cúpula y una capilla en cada lado.

Fue lugar de noviciado de la Orden Franciscana de la provincia de Santa María de los Angeles hasta su posterior traslado al Monasterio de Guadalupe.

San Isidro. Es una construcción reciente en honor a San Isidro Labrador, de una sola nave, cubierta de madera a dos aguas. Se sitúa en "La laguna", próximo al estanque existente en la zona, donde se celebra el 15 de Mayo una romería en honor al santo. Dentro de la ermita pueden observarse las imágenes de San Isidro Labrador y de la Virgen de Fátima.

Comendador. Se encuentra al terminar la calle y justo en frente, en la Calle Pedregosa, número 9. Del siglo XVII. Destaca la portada de sillares de piedra rematada en pináculos trabajados en relieve. Es muy sobria y de gran belleza. El resto de la fachada va encalada.

Fue construida aproximadamente en el siglo XVI. Era lugar de parada para el Inquisidor itinerante, enviado desde la Sede de la Inquisición de Toledo o Llerena. Tiene una bella fachada hecha con sillares de piedra labrada. En relieve destaca un gran arco de medio punto sobre la puerta y en la parte superior de esta a ambos lados, dos mascarones amenazantes en altorrelieve. Lleva remate de pináculos y en medio una gárgola en la parte superior. La vivienda se ha rehabilitado recientemente respetando la fachada.