Literatura Contemporánea

CONTEXTO HISTÓRICO

La Revolución iraní, también conocida como Revolución de 1979, consistió en un proceso armado respaldado por manifestaciones obreras y estudiantiles, constituido con el fin de derrocar la monarquía absoluta persa, bajo el régimen del Shah (título otorgado desde tiempos antiguos a los monarcas de Oriente Medio), llamado Mohammad Reza Pahlevi. Tras la caída y el obligado exilio del Shah , se fundó la República islámica que actualmente prevalece en el estado cuya capital es Teherán.

Esta República se erigió como estado-nación bajo la forma gubernamental democrática. Pero estaba regida paralelamente por los estatutos éticos, morales y religiosos de la llamada Sharia, esto es, el cuerpo jurídico y de derecho acorde con los códigos de conducta y normativas constitutivos de la religión musulmana.

El malestar sociopolítico empezó a sentirse desde finales de los años sesenta y comienzo de los setenta, pues las ideas que promovían la libertad de expresión, autonomía gubernamental e independencia ciudadana gestadas en los países occidentales tocaron las puertas de Oriente Medio.

GUERRA IMPUESTA

La Guerra impuesta es el nombre que se le dio, en la República Islámica de Irán, a la ofensiva armada que se libró entre esta y la República de Irak, a lo largo de un periodo de ocho años (1980-1988). Guerra detonada por intereses fundamentalmente territoriales y nacionalistas. Su origen se remonta a principios de los años setenta, cuando Irak rompió definitivamente sus vínculos diplomáticos y de regulación internacional con Irán, a causa de geografías compartidas que ambas repúblicas deseaban incorporar para sí sin ánimo de distribución socioeconómica.

Para 1980, el entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, decidió invadir el territorio iraní, atacando sus más importantes centros petroleros. Las tropas iraníes no tardaron en recomponer su ejército y crear una estrategia de contraataque logrando expulsar, en cuestión de dos años, a la mayoría de las tropas dirigidas por Hussein. La República iraní ofreció un tratado de paz a los iraquíes, quienes lo refutaron enfáticamente, equipándose poderosamente de armas de destrucción masiva.

El gobierno iraní obtuvo gran parte de su sustento armamentístico de Estados Unidos, mientras que las fuerzas de Irak, de la Unión Soviética, lo que hizo del conflicto armado una manifestación más de las consecuencias de la imperante Guerra Fría. Fue un periodo en el cual hubo un aumento cada vez más escandaloso de muertos, heridos y de estrategias bélicas que violaban toda clase de derechos humanos. Pasados ocho años de violencia, al ver distante la resolución del conflicto, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas tuvo que amenazar a ambos estados y obligarlos a un rendimiento de armas. De esta forma, se logró por fin un cese al fuego que dejó a las partes en cuestión casi como estaban en términos territoriales al inicio de la guerra. Los países quedaron en condiciones de precariedad tanto económica como sociocultural

Entre tales sistemas dictatoriales figuró el que padeció Chile bajo la figura de Augusto Pinochet. Designado Comandante en Jefe del Ejército, se alzó en armas contra el gobierno del presidente Salvador Allende, elegido democráticamente, llevando a cabo un golpe de Estado que tuvo lugar en septiembre de 1973, y que contó con el respaldo de aquellos sectores que vieron afectados sus intereses económicos. Ante las circunstancias adversas y luego de dar la batalla contra los opresores, Allende se vio obligado a quitarse la vida en el Palacio de la Moneda, sede de su gobierno.

DICTADURA DE AUGUSTO PINOCHET

Los gobiernos oligárquicos en América Latina adquirieron una fuerza muy poderosa a comienzos y mediados del siglo XX. Se denominan así por ser controlados por la oligarquía, clase privilegiada de individuos económica, social y políticamente, que toman el poder para crear las leyes que luego impondrán sobre los pueblos, de manera despótica, excluyente y arbitraria. Estos, además, contaron con el respaldo de poderosos gobiernos extranjeros, como el de Estados Unidos y algunos de Europa.

La intervención de las potencias extranjeras consistió en apoyar a las Fuerzas Militares de las naciones latinoamericanas, instruyendo a sus oficiales en métodos que buscaran reprimir las sublevaciones, y acallar cualquier manifestación disidente contra los regímenes establecidos. Este apoyo dio origen y fortaleció los sistemas dictatoriales en países como Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Brasil, Nicaragua, Cuba, entre otros estados

latinoamericanos.

Desde entonces, Augusto Pinochet se convirtió en Jefe Supremo de la Nación, y se hizo cargo tanto del poder ejecutivo como de la Junta Militar Gubernamental. En el transcurso de 1974 a 1988, su régimen dictatorial se caracterizó por realizar incontables crímenes de Estado, tales como desapariciones forzadas, secuestros, amenazas y monopolio ilícito y antidemocrático de los cargos públicos y privados.

Aun cuando su gobierno dictatorial vería el fin tras su derrocamiento, motivado por el plebiscito nacional de 1988 (establecido en una disposición transitoria de la Constitución de 1980 como una alternativa de cambio, para que los mismos ciudadanos aprobaran o rechazaran el candidato propuesto por las Fuerzas Armadas), y su sustitución presidencial se diese efectivamente el mes de marzo de 1990, Pinochet continuó comandando las Fuerzas Militares de su país por un transcurso de casi ocho años más, tras de los cuales fue nombrado senador vitalicio, cargo que solo ejerció durante un par de meses, pues para entonces un sinnúmero de opositores, tanto en la clandestinidad como pertenecientes a bandos gubernamentales de oposición lícitos, lo redujeron al margen de sus funciones políticas, llevándolo a exiliarse de manera voluntaria en Londres.