Literatura y Posguerra

EUROPA Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

En Europa la industria militar de Alemania se fortificaba, anunciando un conflicto a escala mundial mientras en Italia se consolidaba el fascismo como opción y régimen político-militar. Estos países apoyarían al general Franco con armas y ejército. La Guerra Civil española se libró en tres frentes: Madrid, el frente Cantábrico (al norte) y el Levante (en el Mediterráneo). Franco avanzó desde Marruecos hacia Madrid. La ciudad fue bombardeada por aviones alemanes. A pesar de la fuerza y crueldad del ataque, los republicanos resistieron hasta 1939. En el norte, la guerra se libró en ciudades de fuerte potencial minero como Vizcaya, Santander y Asturias. En 1937, los aviones alemanes bombardearon la ciudad de Guernica; trágico evento que inmortalizaría Picasso en una de sus obras más representativas.

CONTEXTO HISTÓRICO

GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Al finalizar la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1930) y la dimisión del rey Alfonso XIII (1931), nació en España la Segunda República.

Por medio de este nuevo inicio se generó un aire de esperanza que sacudió a la mayoría de los españoles. El 16 de febrero de 1936 se celebraron elecciones generales en ese país, a las cuales se presentaron diversos partidos políticos, tanto de izquierda como de derecha. En esa oportunidad, la coalición de izquierda, a la que pertenecían el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Comunista, Izquierda Republicana y otros tantos, consiguió la mayoría de votos.

Desde aquel momento la incertidumbre se hizo presente y la ambigüedad política reinante provocó una paz débil, sostenida por una democracia vacilante y condicionada por la puja de poder entre los gobiernos de la izquierda (republicanos) y la oposición de la derecha (nacionalistas o falangistas). Las causas de esta inestabilidad se acrecentaron entre los años 1934 y 1935, debido a reformas que el gobierno republicano emprendió en contra de los intereses de los sectores sociales más conservadores. Las tendencias políticas se radicalizaron y el gobierno, presionado por las organizaciones populares, adoptó una actitud pasiva ante el deterioro de la convivencia ciudadana. Así, la nación española marchó hacia una guerra civil. La Falange, que había nacido en 1933, unificó todas las facciones y sectores conservadores y radicales que se oponían a las reformas republicanas.

CONSECUENCIAS

Las consecuencias de la guerra fueron terribles para España: destrucción urbana, pérdida del patrimonio histórico, desestabilización económica, 250.000 muertos y 400.000 exiliados. Entre estos últimos, los más calificados por su labor intelectual y profesional fueron a poblar los centros de la cultura de muchos países de América, en especial México y Argentina. Las represiones se dieron en uno y otro lado, de manera sistemática: del lado republicano hacia los sectores clericales, del lado nacionalista contra todos los resistentes y militantes republicanos. Tras la guerra se impuso la dictadura del general Franco y se creó el partido único aliado, con una Iglesia militante y de posición anticomunista. La dictadura impuso la autarquía durante 40 años. En 1945, las Naciones Unidas excluyeron al régimen dictatorial y Francia le cerró sus fronteras. Solo la Argentina

de Perón sorteó los problemas de abastecimiento del país.

La principal tarea del rey fue facilitar la formación de partidos políticos y permitir la transición del régimen dictatorial hacia la democracia, mediante el nombramiento del cargo del jefe de gobierno. En 1977, España vivió las primeras elecciones democráticas posfranquistas. En este proceso, fue fundamental el crecimiento del Partido Socialista Obrero, que llegó al gobierno con Felipe González. En 1978, los españoles aprobaron por referéndum la nueva Constitución, que define a España como una monarquía parlamentaria. Entre 1980 y 1982 las regiones de Cataluña, el País Vasco, Galicia y Andalucía recibieron estatuto de autonomía y eligieron sus respectivos parlamentos. La organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna: “Tierra Vasca y Libertad”), que desde tiempos del franquismo venía luchando por la independencia del País Vasco, no reconoció como suficiente la autonomía concedida, y continuó su actividad armada.

DEMOCRACIA Y TIEMPOS ACTUALES

El general Franco, como jefe de Estado, le concede el título provisional de

príncipe de España a Juan Carlos de Borbón, designado sucesor del trono,

en 1969. Tras la muerte del dictador, fue proclamado rey por las Cortes

franquistas, el 22 de noviembre de 1975. En su discurso de proclamación,

Juan Carlos expresó su deseo de ser el rey de todos los españoles con lo

que se iniciaba una difícil etapa, en la que se jugaba la continuidad de

la monarquía. Su legitimidad era precaria, dado su nombramiento por el

dictador y las resistencias al desmantelamiento del franquismo por parte

de amplios sectores de la dictadura.