Emily Dickinson
Poema 605
LA araña una pelota plateada sujeta
en sus imperceptibles manos
y sobre sí danzando suavemente
desovilla su hilado hecho de perlas.
Se aplica, andando en nada,
en invisible oficio.
Sobre nuestro tapiz ella hace el suyo
en la mitad de tiempo.
Majestuosos, traza en una hora
continentes de luz.
Penden de las escobas de las amas de casa
como olvidados reinos.