Emily Dickinson
Se oía como que las calles corrían...

Se oía como que las calles corrían,

y después como si las calles se pararan.

Solamente se sentía pavor

y solamente eclipse en la ventana había.

Poco a poco los más osados se asomaron,

para ver si el tiempo allí estaba todavía;

la naturaleza con delantal de berilo

el aire revolvía.

Emily Dickinson

Trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal