Emily Dickinson

Poema 543

Temo a la persona de pocas palabras.

Temo a la persona silenciosa.

Al sermoneador, lo puedo aguantar;

al charlatán, lo puedo entretener.

Pero con quien cavila

mientras el resto no deja de parlotear,

con esta persona soy cautelosa.

Temo que sea una gran persona.