Emily Dickinson
Poema 340
Sentí un Funeral, en los Sesos,
y Dolientes aquí y allá
que pisaban — pisaban — parecióme
que el Sentido calaba —
y cuando todos se sentaron,
un Oficio, un Tambor —
que golpeaba — golpeaba — hasta sentir
en la mente un torpor —
y entonces les oí izar una Caja
y crujirles por mi Alma
las Botas de Plomo, otra vez,
luego Espacio — doblaba,
tal Campana fueran los Cielos,
y el Ser, un mero Oído,
y yo, y Silencio, Raza extraña
aquí, a solas, hundidos —