Aunque no existían las universidades como las actuales, Abul Wafa recibió una buena formación en su ciudad natal gracias a sus tíos. Cuando se trasladó a Bagdad logró integrarse en los círculos científicos más avanzados de la época. Allí trabajó con astrónomos como Abū Sahl al-Qūhī en el observador de Bāb al-Tibn.

Uno de los discípulos más importantes que tuvo fue Abū Naṣr Manṣūr, el cual con el paso de los años se convirtió en el maestro de Al-Bīrūnī. Este vínculo nos muestra que los descubrimientos y las ideas de Abul Wafa influyeron en las generaciones posteriores de matemáticos. 

A lo que él más se dedicaba a estudiar era la trigonometría, tanto la plana cómo la esférica. Fue el primero en introducir las funciones tangente, secante y cosecante, conceptos que revolucionaron los cálculos astronómicos y matemáticos. Elaboró tablas trigonométricas de gran precisión, calculando valores de senos y tangentes cada quince minutos de arco. Estas se utilizaron durante siglos en observaciones astronómicas y en la navegación.

También estableció relaciones en trigonometría esférica, como la ley de los senos para triángulos esféricos, fundamentales para el desarrollo de la astronomía.  

En el campo de la astronomía, Abul Wafa fue un observador bastante meticuloso. Determinó con precisión algunos hechos como la oblicuidad de la eclíptica, la duración de las estaciones y la latitud de Bagdad. También adelantó conceptos que más tarde serían confirmados por astrónomos europeos como la existencia de posibles irregularidades en el movimiento de la luna. 

En la geometría, escribió sobre construcciones de polígonos regulares, métodos prácticos para arquitectos y artesanos, y técnicas de medición. En aritmética, fue uno de los primeros autores islámicos en usar números negativos en sus obras, un notable avance para la época. 

Muchas obras se han perdido, pero los fragmentos que se han recuperado muestran su claridad para combinar la teoría con la práctica y la profundidad de su pensamiento.

A lo largo de su vida no recibió premios formales ya que estos no existían en la época, pero fue ampliamente reconocido entre los científicos contemporáneos. En la actualidad su nombre figura entre los grandes pioneros de la matemática y la filosofía y la astronomía, y es recordado como uno de los pilares fundamentales de la ciencia islámica.