MIRADAS CRÍTICAS A LA DINÁMICA UNIVERSITARIA DESDE LOS PRINCIPIOS DE NONAKA Y TAKEUCHI

José Gregorio Lemus Maestre

Universidad de Oriente

República Bolivariana de Venezuela

joglem@gmail.com

Resumen

La tarea ineludible de la universidad de hoy, la formación de su personal para poder manejar la gestión de conocimiento de una manera clara, concisa y auténtica; que produzcan con calidad, presenten una innovación permanente, ambientes de trabajo que inviten al desafío constante, ganas de crecer, motivación al logro; sigue siendo más que nunca hoy un reto. De esta manera, nace la idea de atenuar la mirada en la dinámica de gestión y formación de la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, Venezuela, desde los principios de la espiral de gestión de conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995), situación que llevó al análisis de los elementos que estructuran el conocimiento y como éste se diversifica en la dinámica que se vive en la praxis universitaria, bajo la tipología de investigación de campo descriptiva del modelo hipotético deductivo, a través del cual se pudo determinar aspectos preocupantes desde cómo el espiral del conocimiento se inhabilita desde la primera conversión, y ello lleva a comprender como mucho del conocimiento tácito que se maneja en la universidad no llega nunca a convertirse en explícito, pues no se desarrollan procesos de registros y resguardo de ese conocimiento por ninguna vía y menos la socialización del mismo. Se determinó que cada docente, investigador, u otro personal maneja el conocimiento como medio de poder o control sobre las prácticas académicas–administrativas-extensión y el empoderamiento de ese saber para mantener un status que de forma definitiva se pierde y se fuga de la organización, ya que al retirarse ese personal del cargo, se lleva consigo el conocimiento producto de las divergentes prácticas desarrolladas.

Palabras clave: Formación, Gestión del Conocimiento, Universidad, Personas, Calidad.

Abstract

The inescapable task of today's university, the training of its staff to be able to handle knowledge management in a clear, concise and authentic way; that they produce with quality, present permanent innovation, work environments that invite to constant challenge, desire to grow, motivation to achieve; it is more challenging than ever today. In this way, the idea to attenuate the look at the management and training dynamics of the Universidad de Oriente, Sucre Nucleus, Venezuela, from the beginning of the knowledge management spiral of Nonaka and Takeuchi (1995) was born, a situation that led to the analysis of the elements that structure the knowledge and how it diversifies into the dynamics experienced in university practice, under the descriptive field research typology of the deductive hypothetical model, through which it was possible to determinate worrying aspects from how the knowledge spiral is disabled from the first conversion, and this leads to understand how much the tacit knowledge that is handled in the university never becomes explicit, since processes of registration and safeguarding of knowledge are not developed by any means and neither its socialization. It was determined that each teacher, researcher, or other staff manages knowledge as a way of power or control over academic-administrative-extension practices and the empowerment of that knowledge to maintain a status that is permanently lost and runs away from the organization, since when these people leave their positions, they take with them the knowledge resulting from the divergent practices developed.

Key words: Training, Knowledge Management, University, People, Quality.

Ideas que nos plantean la inquietud de investigación y su procedimiento de pesquisa

En el devenir del lema de Lacan (2008) que antecede el comienzo de la indagación nos incita hoy, a pensar en la ciencia, en la producción científica y en la validez de esas producciones, crea un escenario bien ilustrativo para quienes sumergidos en la rama de docencia universitaria quieren premiar y hacer entender que dicha ciencia es un ámbito tenebroso, escabroso y muy peligroso para incorporarse y producir en ella, quizás, por no entender-se, dentro de la dinámica social que envuelve en Latinoamérica y el Caribe con otros modos de verse, entender y comprenderse, donde los supuestos de la ciencia vacía, neutral e inalcanzable, ya no tienen sentido, pues hoy las necesidades y sociedades son otras; el conocimiento ya debe concebirse como estático, definido acabado; bebemos ir a la búsqueda de su renovación.

Desde la posibilidad de pensar en el presente sobre la ciencia, formación, sociedad y los círculos de poder, el docente universitario y demás profesionales, están invitados a encontrar esos atascos teóricos - actitudinales que se viven hoy en el sector intelectual de la universidad. En el reflexionar e involucrase en búsqueda de vías o alternativas para re-pensar el proceso de creación científica actual que da cuentas de una erosión de muchas de sus legitimaciones que hasta ahora se habían constituido en bloques de poder en los procesos socioeducativos, donde hoy emergen de ellos vacíos epistemológicos que se erigen en discursos inacabados, estériles, y una desasistencia de las sociedades y su devenir.

Así, se denota en la época actual, una crisis con cambios culturales sustanciales y de grandes desafíos en la universidad, considerando sobre todo los nuevos retos que se plantean de manera urgente y quizá temeraria a los contenidos temáticos tradicionales de la pedagogía y la producción científica como consecuencia del irreversible fenómeno de la transformación universitaria. La crisis ha sido largamente estudiada en las universidades, entre ellos, Lemus (2020a, p.34) “la gestión del conocimiento en la universidad se debe entender bajo una visión exitosa, donde se generan productos de calidad, presentando una innovación permanente, ambientes de trabajo que inviten al desafío constante, a las ganas de crecer, producir, innovar”, así como también motivar y establecer agendas de compromiso con la labor formativa universitaria. Por ello, se hace necesario actualizar al docente, revisando acciones, didácticas, modos de evaluación, actividades de extensión, entre otras.

En un momento histórico de modelos universales y de aldeas globales, donde las fronteras del conocimiento y las ciencias cada vez reconocen menos límites, donde el factor de la competencia entró a regir la inspiración de los propósitos educativos, es necesario revisar los objetivos que caracterizan el acontecer académico en la universidad y los mecanismos que éstas ejecutan para producir y gestionar conocimientos, como uno de los eslabones de gran relevancia de la trama social - cultural, con el único propósito de establecer las correspondencias morales, éticas, científicas, humanísticas, culturales, cívicas y sociales que demanda la sociedad contemporánea a sus nuevos profesionales, de igual modo a la vigencia existencial de las universidades en la sociedad.

Lo anterior, invita a revisar lo que se suscita en la temática de reforma curricular, bajo la necesidad de contextualizar la educación universitaria en los procesos de globalización, internacionalización, cooperación, intercambio y movilidad social en la actual sociedad del conocimiento, que ha llevado a la necesidad de pensar la adopción de currículos abiertos y flexibles, teniendo en cuenta los acelerados cambios y transformaciones de los desarrollos científicos y tecnológicos, y las exigencias demandadas desde lo social y de los entornos laborales. Dicha inspiración plantea la necesidad de conformar a una nueva estructura universitaria que se entienda como entidad de aprendizaje permanente y se direccione a entretejerse en el mundo de vida que se desarrolla en las comunidades locales, nacionales, planetarias. Así, se observa que las universidades tienen el reto de formar a los ciudadanos, a sus formadores, Desarrollar y aplicar conocimientos y tecnologías que ayuden a resolver los problemas de la sociedad, por medio de la investigación, la extensión y la docencia” (Torres de Izquierdo, Inciarte y Peley, 2018, p.22).

Lo anterior, implica ubicar esa conexión de relaciones e implicaciones que señalan reacomodos, tensiones, discontinuidades, rupturas, debilidades, recuperaciones y resignificaciones, en términos del clima organizacional que identifica a lo universitario, para dar respuestas satisfactorias a la formación de recursos humanos consustanciados con las exigencias sociales actuales, aún cambiantes. Esta situación ha generado, según Palomo (2001) una tensión en varias dimensiones consideradas por autor como: a) una dimensión técnica, que implica el compromiso tanto de actores universitarios como extra universitarios de revisar alternativas, enfrentar dilemas morales, generar consensos y tomar decisiones; b) una dimensión política que se relaciona en gran parte con el poder relativo de los diferentes actores involucrados para atender las decisiones de cualquier índole y los modos de gestión y de-vida en la estructura universitaria; c) una dimensión ética existencial que se relaciona con los propósitos de la educación superior en el plano del funcionamiento organizacional y las respuestas al ethos académico y los valores que definen su misión y su visión.

Una mirada a los procesos de gestión de conocimiento en las universidades del país venezolano, en esta “era del conocimiento, éste termina siendo el capital más importante de las organizaciones que buscan generar una ventaja competitiva sostenible” (Torres y Rojas, 2017, p.34) y hace necesario plantearse un marco reflexivo y crítico sobre la cultura organizacional como elemento condicionante dentro de estas instituciones. Es así como surge un interés significativo por repensar los modelos organizacionales de la universidad, que permitan entender la compleja interrelación del sistema mundial y el cambio continuo bajo un enfoque de totalidad, favorecido por el profundo cambio tecnológico, la búsqueda incesante de la calidad, pero, sobre todo por el cambio organizacional-cultural.

La universidad hoy, como centro generador de conocimientos científicos, tienen un papel de suma importancia en la producción y difusión de conocimientos, tal como se planteó en la Conferencia Mundial Sobre Educación Superior de la UNESCO (2009), donde se consideró que la educación superior debería asumir el liderazgo social en materia de creación de conocimientos de alcance mundial para abordar retos mundiales. Es así, como la docencia y la investigación que se realiza en los espacios universitarios venezolanos, deben asumir el reto de redimensionarse de forma tal, que le permitan adaptar, los procesos de conocimiento que en ella se ejecutan y redundan en la dinámica social, partiendo del hecho que los conocimientos generados sean pertinentes y sean difundidos y transferidos.

Situación contextual que pone en evidencia las dificultades que se acentúan en las universidades por las escasas políticas para gestionar administrativa y académicamente en estos centros de formación, aún más los impactos y beneficios que la sociedad debe de obtener en función de los profesionales que se forman en las áreas de conocimiento.

Tales planteamientos cobran sentido para un abordaje investigativo de la realidad de la gestión de conocimiento en las Universidades Venezolanas, en particular lo que acontece en la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, en los Programas de Estudio en Educación, cuyas realidades evidencian una atención en cuanto a: número elevado de demanda de las carreras, pocos eventos científicos realizados, poco trabajo social en las comunidades, pequeña utilización de los medios tecnológicos, escasa publicación por parte de los estudiantes, docentes y maestrantes, banco de datos sin utilidad y difusión, entre otros. Realidades que conllevaron al investigador a hacer uso de la investigación de campo descriptiva del modelo hipotético deductivo, para dilucidar y concretar científicamente lo que acontece en la realidad de gestión universitaria, desde los principios de la espiral de gestión de conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995) (Valhondo, 2003).

Se estableció como nivel para la investigación, el descriptivo, porque se analizaron los datos minuciosamente de acuerdo a como se suscitaron desde su aspecto natural e influencia en el estudio “describiendo las situaciones y eventos, es decir, cómo es y cómo se manifiestan los fenómenos” (Hernández, Sampieri y Batista, 2003, p.60) y que en términos de Tamayo (2001) permite la descripción, registro, análisis e interpretación de la naturaleza actual y la composición de los procesos y los fenómenos. El enfoque analítico se realizó en consecuencia sobre conclusiones dominantes los entrevistados se manifestaron durante la recolección de información.

En cuanto a la metodología, la investigación se ubicó en el diseño de campo, permitió al investigador obtener los datos directamente del contexto gerencial/operativo puesto en práctica en la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, Venezuela, datos que tienen un carácter original al igual que sus fuentes primarias.

La población estuvo representada por 227 docentes, 5132 bachilleres y 112 obreros – administrativos que a través de la fórmula de Gabaldón, Hernández, R., Sampieri, F. y Batista (2003) se obtuvo como muestra conformado por: 68 docentes, 400 estudiantes y 43 personal obrero y administrativo.

Además, se hizo uso de la revisión documental para la compilación de la teoría necesaria a través de textos, tesis, leyes, libros afines, entre otros materiales impresos y digitalizados que suministraron la información necesaria para el estudio. Como instrumento de recolección de datos se estructuraron tres cuestionarios como instrumentos de recolección de datos, comprendidos de 47 items acompañados por la Escala de Likerts, estos instrumentos fueron sometidos a Valides de contenido y de criterio para ello se solicitó el apoyo de 4 profesionales, Doctores en el área de estudio con alta trayectoria y prestigio en el ámbito de la Educación Superior. La confiabilidad se calculó mediante la aplicación de la técnica de mitades partidas con uso del coeficiente Alfa(a) Crombach con resultado de 0.95.

Nonaka y Takeuchi: Espiral de Gestión de Conocimiento

Para involucrar el pensamiento sobre los procesos de producción de conocimiento y cómo este se torna de importancia y valor para la universidad y la sociedad, se vió oportuno asumir los planteamientos del modelo de generación de conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995) quienes presentan un modelo en forma de espiral. Es un proceso dinámico interactivo donde se interrelacionan continuamente el conocimiento tácito y explícito lo que configura una dimensión epistemológica del conocimiento.

Esta dimensión según los autores Nonaka y Takeuchi (1995) se combina con otra de real importancia como es la ontológica que plantea que mediante su implicación el conocimiento de las personas se conviertan en explicito colectivo desde el proceso de conversión lo que ocasiona que los individuos de la organización, en nuestro caso la universidad, estén nivelados en conocimiento, por eso las personas con mayores niveles de conocimiento producto de sus formaciones o experiencias se debe socializar, ocasionando que el conocimiento se convierta en explícito o social lo que ocasionará que los demás luego puedan aplicarlo o utilizarlo, ocasionando que el conocimiento se convierta de explícito a tácito individual. Para convertir el conocimiento de tácito ha explicito, es necesario tal como lo indica la figura de la espiral que se encuentra luego, los siguientes sub procesos o etapas:

La socialización, tácito-tácito: se adquiere conocimiento tácito desde la experiencia que vive el personal tales como: prácticas, imitaciones, labores diarias, investigaciones, exposiciones, observaciones, creación y revisión de documentos, incursiones en eventos académicos, actividades informales, entre otros.

Exteriorización, tácito ha explícito: plantea la conversión del conocimiento tácito en explícito, para ello debe hacerse tangible e integrarlo en la cultura de la organización. El personal para ello utiliza tanto el lenguaje como el medio escrito para enunciar el conocimiento.

Combinación, explícito a explícito: se da esta etapa cuando se crea y comparte conocimiento explícito desde conocimientos explícitos que se adquieren de: folletos, manuales, textos, bases de datos, comunicaciones, otros. Pero este conocimiento como se formaliza en la institución es factible de ser sometido a ordenamiento, clasificación y jerarquización a través de procedimientos manuales o tecnológicos.

Interiorización, explícito a tácito: es una de las etapas que crea amplia el espiral del conocimiento y plantea la conversión del conocimiento explícito en tácito, en este se reflexiona de forma crítica, auténtica, las experiencias positivas y negativas; analiza esas experiencias que apuntan a nuevos conocimientos y que de alguna manera se inyectan en la dinámica de la organización desde los pensamientos individuales y compartidos en sus vidas y labores institucionales. Emplazo al autor a revisar las ideas explicativas anteriores en la diagramación que Nonaka y Takeuchi (1995) han realizado.

Figura 1. Diagramación de Nonaka y Takeuchi (1995)Fuente: Realizado para la investigación 2020

Evidencias que preocupan el pensamiento ético universitario

Los presupuestos de los autores que guían nuestra indagación en la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, llevó a la aplicación del cuestionario a profesores, estudiantes, personal obrero y administrativo a conocer que el 80 % del personal no comparten sus experiencias laborales, 82% del personal desconoce de normas y procedimientos administrativos, 98% manifiesta no haber participado en entrenamiento al cargo, 76% sólo participa en las labores que le competen a su cargo, 68% realiza sus labores según lo que entienden que deben hacer, 73% no ha producido ningún escenario de aprendizaje para compartir lo que sabe de su cargo, 57% manifiesta participar de forma novedosa en la organización universitaria, 86% reconoce no poseer producciones en instancias administrativas para mejorar el trabajo que se realiza, 62% indica participar en una cultura pedagógica ortodoxa. En este sentido el aspecto de socialización que corresponde a la conversión del conocimiento de tácito a tácito es negado, pues el conocimiento no se comparte ni se registra en la organización.

Otro aspecto preocupante, es entorno a la exteriorización, actividad esencial en la creación de conocimiento, donde el conocimiento tácito debería convertirse en explicito, pero en reafirmación de lo que acontece en el clima universitario, esto no se produce, los resultados del estudio así lo confirman: 84% manifiesta no haber participado en mesas redondas, tertulias u otro mecanismo de socialización de lo que hace en la institución 96% manifiesta acudir a las reuniones de departamento, 79% reconoce manejar un conocimiento en las prácticas laborales de forma empírica, 63% en el ambiente universitario la parcialización de las áreas y represión de conocimiento se da en cada materia por cada profesor, 72% no ha participado en creación de conocimiento a través de mecanismos de inducción y deducción.

Además, en la dinámica que se vive en la universidad, niega lo referido a la combinación, donde el conocimiento debería ser construido por varias fuentes (explicito-explicito), los resultados lo demuestran al constatar que el 80% manifiesta que en la universidad se maneja mucha información valiosa producto de los cursos y tesis que se elaboran, 94% manifiesta que en la universidad existe suficiente documentos con conocimientos valiosos para formar a los estudiantes, 69% señala que en la universidad existen bancos de datos valiosos para la formación de los bachilleres, 73% indica que no ha creado ninguna base de datos con textos, tesis, separatas u otro material científico, 59% no ha creado ni utilizado banco de datos en la formación universitaria.

Los resultados donde el 86% manifiesta estar incorporado en el trabajo de equipo en combinación con diferentes actividades propias de cada departamento, 75% indica que falla la interacción entre los empleados para la resolución de problemas, 86% manifiesta que el desarrollo de tareas y proyectos se da de manera individualizada, 73% la información de las cátedras se dan a partir de los programas, 86% los informes de los departamentos son elaborados y conocidos solamente por el jefe de la dependencia, 93% reconoce que las prácticas docentes necesitan de investigación, 67% las prácticas que se realizan en los cursos son a través de guías o separatas disponibles en la fotocopiadora, 79% la práctica laboral y de formación universitaria se ha deteriorado. Son evidencia que lo referido a la internalización, no se desarrolla en la dinámica universitaria, así el conocimiento explicito, no es convertido a tácito, pues las prácticas de trabajo no son consideradas en la organización para la puesta en práctica de nuevos conocimientos.

A lo anterior, se suma un clima organizacional caracterizado por procesos burocráticos que quienes lo ejercen se asumen como líderes dogmáticos territoriales que de una forma particular ejercen su labor como mejor les parece e incumplen roles, deberes y funciones auténticas en las diferentes estructuras académicas y administrativas que conforman lo universitario. Asimismo, se encuentra el incumplimiento de reglas, principios, normas, decretos entre otros estamentos jurídicos- pedagógicos para el cumplimiento de las funciones de cada miembro organizacional (provisión, selección, reclutamiento de personal, entrenamiento académico, procesos evaluativos, inscripciones, contexto andragógico, formación, entre otros).

Esta problematización entendida hasta aquí, exige la revisión y búsqueda a fondo de propósitos, estrategias, programaciones y acciones concretas que permitan redimensionar la actuación de docentes y autoridades en la universidad. Se trata de asumir las nuevas realidades del mundo en constante cambio para impulsar un proceso en un contexto crítico, dinámico, pertinente, colectivo, innovador, dialéctico, contextualizado y planetario.

Evaluarnos para avanzar y transcender en la academia

La Casa Más Alta del Oriente Venezolano, Universidad de Oriente, Venezuela (UDO) en el entendido de los datos obtenidos de la investigación, ha de proyectarse en un centro con nueva visión organizativa, revisión de normas establecidas y formas determinadas en términos de readaptarse para dar respuestas a los conflictos y garantizar una labor eficiente y eficaz del personal. A través de la organización y las normas, colocar las bases de convivencia y siembra de la nueva ilusión futura de los participantes en la vida social. Este aspecto es fundamental por cuanto implica la enseñanza y entendimiento de la participación, del respeto y la responsabilidad de la misión social asumida. En este sentido, se debe prestar atención a lo establecido en la Declaración Mundial Sobre la Educación Superior en el Siglo XXI en 1998, donde se sostiene que se debe aumentar las posibilidades para sobrevivir en los medios de incertidumbre, para transformase y provocar el cambio, atender las necesidades sociales y fomentar la solidaridad y la igualdad; preservar y ejercer la originalidad científica con espíritu imparcial.

La universidad, bajo los argumentos anteriores debe entenderse como un centro de saber, donde se aprenda a aprender, por lo que las sociedades de conocimiento en la UDO se deben transformar en sociedades de aprendizaje, caracterizadas por la transferencia de conocimiento. Es decir, que todo se centra en aprender siempre de nuevo, y para ello, los modelos gerenciales deben orientarse a promover las investigaciones a cada nivel, abriendo la posibilidad de que todos aprendan, es decir, que el proceso de aprendizaje permanezca constantemente, cambiando la concepción del subordinado a la de colaborador, de oprimido a subversivo situación última que Lemus (2020b) destaca muy bien al considerar que el sujeto en la universidad debe rescatar una actitud proactiva que lleve a que el conocimiento, su producción, socialización sean bajo mecanismos de transcendencias humanas. Resalta además el estudio, que no se pretende eliminar las jerarquías que puedan promover un desorden organizacional, sino que estas serán definidas en función del saber, tomando en cuenta las fortalezas de cada quien dentro de la organización.

El esquema que debe predominar en la casa universitaria es el de romper paradigmas, crear rupturas de pensamiento y lógicas en las estructuras instaladas y sustituirlos permanentemente, por otros estilos más humanos y colaborativos, lo cual fomentará aún más el aprendizaje, entendiéndose a la institución de educación superior como una comunidad de enseñanza y aprendizaje abierta a la innovación, a lo transdisciplinar, transversal, complejo, a la búsqueda permanente de nuevas ideas y estrategias de crecimiento personal y profesional donde todos y todas sienten que transcienden mientras peregrinan con su servicio en la universidad. El reto está allí, en construir nuestra casa de estudios en verdadero centro de gestión de conocimientos, con auténticos escenarios colaborativos y de aprendizajes permanentes.

Como la información de nuestras diversas prácticas se convierten en conocimiento mediante imbricados procesos sociales, su abordaje debe hacer eco en las dimensiones: sociales, económicas, culturales, tecnológica, políticas, cívicas, pero esencialmente debe atender la dimensión humana, como aspecto básico y fundamental de la organización universitaria, que logrará establecer un clima organizacional colaborativo, de competencia, eficiencia y responsabilidad moral.

Así, el reconocimiento a una universidad inteligente, debe considerar como fundamental y útil el implemento de las tecnologías de punta, libres, humanizadas con acceso abierto y poner en funcionamiento una auténtica transmisión, gestión y difusión del conocimiento, que sea de acceso a todos(as) los ciudadanos (as) y comunidades científicas que lo requieran y poder generar verdaderos impactos culturales desde lo que se hace en la universidad hoy.

Es entender que el conocimiento no puede quedar represado en estantes y cajas dentro de los programas, bibliotecas, centros de investigación, departamentos, hasta en las mismas personas, sino, que se deben convertir en referencias para dinamizar los cambios organizativos, ecológicos, educativos, insurreccionales que demanda el mundo educativo, y para ello se hace imprescindible que las novedosas ideas de entender la educación universitaria, desde otras miradas y posiciones, se presenten como motivadoras para tal cambio.

La gestión del conocimiento en la Universidad de Oriente, en este sentido, debe ser rescatada bajo una visión de cambio más exitosa, donde se produzcan productos de calidad, se debe estar claro que “un proceso de aprendizaje llegan a mejorar el conocimiento disponible para la organización y para amplificar el valor de sus activos intelectuales, esto de la mano con el capital de innovación cuando se aplica a cualquier tipo de organizaciones” (Torres y Rojas, 2017, p. 36), presentando una innovación permanente, ambientes de trabajo que inviten al desafío constate, ganas de crecer, motivación al logro, todo ello, en base a el saber aplicado a la producción del saber, y que invita a comprender cuales son los conocimientos que se necesitan para mejorar los conocimientos, para la producción, y qué conocimientos se necesitan para aplicar nuevas formas de productividad y aprendizaje. Un proceso de aprendizaje llega a mejorar el conocimiento disponible para la organización y para amplificar el valor de sus activos intelectuales, esto de la mano con el capital de innovación cuando se aplica a cualquier tipo de organizaciones

Para responder las urgencias de la institución de educación superior y, muy especialmente la Universidad de Oriente, deberá voltear la mirada hacia sí misma. Pues se requiere con urgencia una transformación profunda que produzca una evaluación institucional profunda, cuyo resultados permitan reconocer las grandes debilidades que se encuentran enquistadas en las personas, procedimientos y gestiones para retroalimentar a la institución y reorientar la dinámica hasta hoy asumida, es necesario la implementación de un nuevo pensamiento, que re-ligue (Rodríguez, 2019) la vida institucional para poder generar nuevos conocimientos, más pertinentes, contextuales y de impacto social, que sirvan de igual manera a con-formar el ciudadano (Rodríguez, 2013); profesionales con visiones prospectivas del mundo planetario, para enfrentar los desafíos constantes de este tiempo, en todas sus dimensiones desde el conocimiento, sistemas productivos, sistemas culturales, gestiones organizacionales y hasta del mismo ser humano.

El reto de la gestión de conocimiento en la formación universitaria es convertirse en el epicentro, que estimule y promueva la conformación de proyectos históricos transformadores, que involucren modelos económicos y los modos de producción del conocimiento, para dar un paso a la formulación de estrategias y a sentar las bases de una relación social de libertad, para el ser humano, con un nivel de preparación y productividad competitivo.

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