La cultura organizacional, referente de innovación y el emprendimiento en una institución de educación superior

M.A. Mayela del Rayo Lechuga Nevárez

Tecnológico Nacional de México /Tecnológico de Durango

mlechuga@itdurango.edu.mx

Dra. Linda Miriam Silerio Hernández

Tecnológico Nacional de México/Tecnológico de Durango

linda.silerio@itdurango.edu.mx

M.C. María del Pilar Reyes Sierra

Tecnológico Nacional de México/Tecnológico de Durango

mariapilareyes@itdurango.edu.mx

C. Selene Lerma Pacheco

Tecnológico Nacional de México/Tecnológico de Durango

selenelerma.sl@gmail.com

Resumen

La cultura organizacional es un elemento clave en el actuar de las Instituciones de Educación Superior (IES), proporciona formas claras de pensamiento, de sentir y reaccionar que ayudan a los miembros de la organización en la toma de decisiones. El emprendimiento es una actividad que hoy en día las IES están tratando de integrarlo como un proceso formal en la preparación académica de los estudiantes. Así, la cultura organizacional y el emprendimiento es un binomio determinante de esta estrategia institucional. En este estudio, se analiza y explica la relación existente entre la cultura organizacional como referente de innovación y el emprendimiento en una IES. Se realizó una revisión de literatura, en función de estos dos constructos y su relación. Esta revisión y análisis muestran que la cultura organizacional de las IES está estrechamente relacionada con el desarrollo del emprendimiento institucional, por consiguiente, fomentar la cultura emprendedora en los estudiantes como parte de su formación integral no es fácil. Concluyendo, la cultura organizacional y el emprendimiento son dos factores que deben estar vinculados, lo cual propicia las condiciones adecuadas para la formación de emprendedores.

Palabras claves: Cultura Organizacional, Emprendimiento, Emprendedor, Instituciones de Educación Superior (IES), Innovación.

Abstract

Organizational culture is a key element in the actions of Higher Education Institutions (HEI), it provides clear ways of thinking, feeling and reacting that help the members of the organization in the decision making. Entrepreneurship is an activity that HEI are trying to integrate as a formal process in the academic preparation of students. Thus, organizational culture and entrepreneurship is a determining binomial of this institutional strategy. In this study, the relationship between organizational culture as a benchmark for innovation and entrepreneurship in an HEI is analyzed and explained. A literature review was performed, based on these two constructs and their relationship. This review and analysis show that the organizational culture of HEI is closely related to the development of institutional entrepreneurship, therefore, promoting entrepreneurial culture in students as part of their comprehensive training is not easy. In conclusion, organizational culture and entrepreneurship are two factors that must be linked, which encourages the right conditions for the training of entrepreneurs.

Key words: Organizational Culture, Entrepreneurship, Entrepreneur, Higher Education Institutions (HEI), Innovation

Introducción

En la actual sociedad del conocimiento, las Instituciones de Educación Superior (IES) se convierten, cada vez más y de manera más directa, en promotoras del desarrollo económico. Desde hace algún tiempo varias de ellas lo han hecho de manera indiscutible y sus logros se reconocen a nivel mundial. Tanto la cultura organizacional como el emprendimiento son conceptos que han nacido y se han desarrollado fundamentalmente en el mundo empresarial, pero hay que tener en cuenta que las IES son también organizaciones que como tales tienen su propia cultura y su desarrollo está en la línea de emprendimiento e innovación.

Es importante señalar que la cultura organizacional tiene una gran relevancia con respecto a la innovación, de tal forma que podemos decir que los valores culturales influyen sobre los resultados innovadores. Innovar en relación con la labor docente, es considerado como una actividad de mediación cultural que lleva un proceso de aprendizaje diferente al tradicional.

La globalización y los avances tecnológicos exigen fomentar el emprendimiento, pero esto requiere de una educación emprendedora, de la cual se carece en las IES.

En virtud de los anteriores planteamientos, entender la cultura organizacional de las IES será muy útil para generar el cambio, ya que se deberá establecer estrategias más adecuadas para dar solución a diversos problemas que existen dentro de las mismas IES y generar nuevas oportunidades que fortalezcan el espíritu emprendedor, competencias para trabajar en equipo y la formulación de propuestas que conduzcan al desarrollo y fortalecimiento del emprendimiento.

En la medida que avanza el siglo XXI, varias tendencias económicas y demográficas están causando un gran impacto en la cultura organizacional. Estas nuevas tendencias y los cambios dinámicos hacen que las organizaciones y las instituciones tanto públicas, como privadas se debatan en la urgente necesidad de orientarse hacia los avances tecnológicos. Los hechos han dejado de tener sólo relevancia local y han pasado a tener como referencia el mundo. Los países y las regiones colapsan cuando los esquemas de referencia se tornan obsoletos y pierden validez ante las nuevas realidades.

Ante estos cambios, es importante que las organizaciones estén abiertas a romper paradigmas, lo cual les permitirá estar vigentes y ser capaces de competir e innovar. Por consiguiente, el presente trabajo, hace un análisis de la influencia que puede tener la cultura organizacional en el desarrollo de emprendimiento en las IES, así como proponer estrategias eficientes y eficaces que conlleven a la óptima realización de sus funciones.

En este marco procede acotar los dos conceptos sobre lo que se desarrolla esta temática: cultura organizacional y emprendimiento.

Conceptualizando, cultura organizacional.

La globalización, la apertura económica, la competitividad son fenómenos nuevos a los que se tienen que enfrentar las organizaciones. En la medida que la competitividad sea un elemento fundamental en el éxito de toda organización, los gerentes o líderes harán más esfuerzos para alcanzar altos niveles de productividad y eficiencia.

Las organizaciones son la expresión de una realidad cultural, que están llamadas a vivir en un mundo de permanente cambio, tanto en lo social como en lo económico y tecnológico, o por el contrario, como cualquier organismo, limitarse y dormirse en sus formalidades y tradiciones. En ambos casos, esa realidad cultural refleja un marco de valores, creencias, ideas, sentimientos y voluntades de una comunidad institucional.

Tylor (1871, p.1), es quien desarrolló una de las primeras definiciones clásicas de la cultura, “es ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de una sociedad".

Una cultura nace cuando se funda una organización. La evolución de cada una depende de sus actividades, de la influencia de factores externos e internos y de la manera de como resuelve sus situaciones cotidianas.

Las organizaciones son, por sí mismas, productos de cultura. Aunque las organizaciones están comprendidas dentro de un contexto cultural más amplio, el énfasis se pone en las cualidades socioculturales que se desarrollan dentro de la organización.

Para Chiavenato (1999, p.138), “la cultura equivale al modo de vida de la organización en todos sus aspectos, ideas, creencias, costumbres, reglas y técnicas”. Según este mismo autor, la manera de negociar, la forma de tratar a los empleados y directivos en relación a la empresa caracteriza la esencia de la cultura. Ese modo de vida nace con los fundadores, principalmente en las nuevas organizaciones, porque ostenta el control, haciendo que la cultura sea el reflejo de sus creencias y valores.

Actualmente es muy común escuchar: es cultural, es cuestión de cultura, si trasladamos estas impresiones a las organizaciones, entonces diríamos que su éxito, posicionamiento o incluso el logro de sus proyectos y programas se debe a su cultura, pero entones surge otra interrogante ¿Qué es Cultura Organizacional?

Schein (1988), define cultura organizacional como un patrón de concepciones que un grupo determinado, descubierto o desarrollado en el aprendizaje de enfrentamiento a sus problemas de adaptación externa e integración interna que ha trabajado lo suficientemente bien para ser considerado válido y, por lo tanto, enseñado a los nuevos miembros como la forma correcta de percibir, pensar y sentir con relación a esos problemas.

Por consiguiente, el estudio de la cultura organizacional pretende resolver los problemas en dos dimensiones definidas por el mismo Schein (2004, p.18), al decir que:

Todos los grupos y teorías organizacionales distinguen dos grandes conjuntos de problemas que los grupos, sin importar su tamaño, deben resolver: 1. Supervivencia, crecimiento y adaptación en su ambiente; 2. Integración interna que les permita funcionar diariamente y los habilite para adaptarse y aprender. Ambas áreas de desempeño grupal reflejan el gran contexto cultural en el cual el grupo existe y desde el cual se derivarán las más amplias y profundas suposiciones sobre la naturaleza de la realidad, el tiempo, el espacio, la naturaleza humana y las relaciones humanas.

De esta manera, la cultura organizacional no solo estudia el entorno que rodea al grupo social, sino que también, estudia la forma en la que el grupo debe responder a su entorno para sobrevivir y crecer, y al mismo tiempo consolida su estructura interna para hacer frente a los retos en los que está inmerso.

Es claro que el conocimiento de la cultura organizacional facilita la comprensión del funcionamiento de las organizaciones; asimismo, ayuda tanto a los empleados como a los directivos a predecir conductas, los que les permite saber cómo comportarse en cada situación, facilita los cambios y evita los conflictos favoreciendo la integración.

Por su parte Robbins (1996) define el concepto de cultura organizacional como la percepción común que comparten los miembros de la organización como un sistema de significado compartido.

Con las aportaciones de las definiciones anteriores, podemos decir que cultura organizacional es un conjunto de percepciones que se traducen en comportamientos, actitudes y formas de hacer las cosas para la solución de problemas.

La cultura organizacional, considera dentro de su contexto varios conceptos como son: grupo de normas, grupo de individuos, valores, filosofía de la organización, reglas de juego, clima laboral, desarrollo de habilidades, hábitos, modelos mentales, paradigmas de estructuras y comportamientos. Cada uno hace posible que las organizaciones logren sus objetivos.

La cultura organizacional es el pegamento normativo que mantiene unida a la organización. Expresa los valores e ideas sociales y las creencias se manifiestan por instrumentos simbólicos, tales como mitos, rituales, historias, leyendas y lenguajes especializado.

La cultura organizacional es particular en cada organización de acuerdo al fin que pretende, permite a una organización trabajar con efectividad y obtener resultados competitivos, lo que implica el compromiso de los participantes, las formas de trabajo, el respeto, el profesionalismo y la ética.

La cultura de una organización constituye un factor determinante en la búsqueda de la mejora de su desempeño en virtud de que se relaciona directamente con los resultados y la eficiencia, así como con la identidad, el compromiso y la calidad del trabajo de sus colaboradores.

En virtud de que la cultura organizacional puede cambiar o puede ser modificada por diversos factores tanto internos como externos a la organización, Cameron y Quinn (1999) proponen un modelo para identificar el tipo de cultura organizacional dominante de las organizaciones, denominado: Modelo de valores de competencia, el cual se basa en el establecimiento de dos dimensiones, la primera que contrasta los criterios de efectividad que enfatizan la flexibilidad, la discreción y el dinamismo frente a los criterios de estabilidad, orden y control; y la segunda que confronta los criterios de efectividad que favorecen la orientación interna y la integración, en contraste con los criterios que enfatizan la orientación externa, la rivalidad y la diferenciación. Las uniones de estas dos dimensiones generan cuatro cuadrantes que representan un conjunto de indicadores de efectividad organizacional que identifican a tipo específico de la cultura organizacional.

El Modelo de valores de competencia, propone cuatro tipos de cultura organizacional, nombrados de acuerdo a su característica relevante.

La cultura de Clan, identificada para organizaciones que tienen gran similitud con una familia y que constituyen lugares armoniosos para trabajar, en los cuales los directivos se aprecian como mentores y los colaboradores comparten valores como la cohesión, el trabajo en equipo, la lealtad y el cuidado de las tradiciones, dando como resultado un marcado énfasis en el desarrollo del personal y en la satisfacción del cliente. Sobre este tipo de cultura hay muchos estudios previos, dentro de los que se encuentra, McGregor (1960), Likert, Mozina, Jerovsek y Tannenbaum (1970) y Argyris (1964). Su precepto principal, la colaboración.

La cultura Adhocrática, identifica organizaciones que cuentan con un ambiente laboral innovador, creativo y dinámico, mismo que estimula las iniciativas individuales, el crecimiento, la incorporación de nuevos productos o servicios y el logro de mayores utilidades a través de la innovación y el espíritu emprendedor.

La cultura Jerárquica, en la que se destaca la organización burocrática, la existencia de estructuras, políticas y procedimientos formales. Este tipo de cultura promueve la coordinación y el control para el logro de la cohesión, estabilidad y funcionamiento eficaz de la organización. Está fundamentada por los estudios realizados por Oliver Wiliamson (1973) y William Ouchi (1981) y su precepto principal es la competencia.

Finalmente, la cultura de Mercado identifica a las organizaciones que se orientan hacia la atención de sus grupos externos de interés más que a su contexto interno, para obtener resultados mediante un trabajo orientado al logro de objetivos y sustentado en colaboradores competitivos y líderes exigentes, que promueven el posicionamiento y la estabilidad de la organización. El fundamento teórico de esta cultura está dado por los trabajos del sociólogo Max Weber.

El emprendimiento y la formación de emprendedores

De acuerdo con Martínez, Gómez, Rosés y García (2014) el concepto de emprendimiento surgió en el siglo XVI de la palabra francesa entreprendre utilizado para referirse al acto de gestionar una empresa. Fue Richard Cantillon (1755) quien introdujo el concepto de entrepreneur para designar a aquel individuo que asumía el riesgo derivado de una actividad con la esperanza de recompensa en el futuro. El economista austriaco Joseph Schumpeter considera que un emprendedor es una persona que destruye el actual orden económico, mediante la creación de nuevos productos o servicios nunca antes vistos (Martínez, 2014).

Por su parte, Lozano (2013) establece que el emprendimiento es una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación de riqueza. Agrega que es una forma de pensar, razonar y actuar que se centra en las oportunidades, planteada con visión global y llevada a cabo mediante un liderazgo equilibrado y la gestión de un riesgo calculado. El resultado del emprendimiento es la creación de valor que beneficia a la organización, la economía y la sociedad.

El siglo XXI exige personas diferentes en conductas, valores, normas éticas, habilidades y conocimientos. El ser empresario implica atributos y conocimientos que son adquiridos y aprendidos, razón que promueve la enseñanza del emprendimiento. La meta del sistema educativo y el reto de los educadores es formar seres humanos dispuestos a alterar sus empresas cada vez que las condiciones ambientales lo exijan; capacitados para actuar en forma independiente e innovadora; dispuestos a correr riesgos moderados; que creen nuevas fuentes de riqueza y empleo; interesados en estar en un proceso de capacitación, actualización, aprendizaje y mejoramiento continuo (Varela, 2008, p. 574).

En Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y acción, Paris (1998), una de las conclusiones apunta directamente a la importancia del fomento del espíritu emprendedor en la educación superior, para, de esa manera, facilitar a los estudiantes la posibilidad de desarrollar sus capacidades y que puedan generar transformaciones hacia una sociedad más democrática y justa. Por otra parte, y como complemento a la formación que deben ofrecer las IES para cualquier disciplina en la cual se esté formando el estudiante, se ha comenzado a pensar en la importancia del fomento del espíritu emprendedor.

Ya no se discute si el emprendedor nace o se hace; actualmente, la teoría y la práctica nos dice que se puede aprender a ser emprendedor. Sin embargo, ese aprendizaje debe ser, en el ámbito universitarios, resultado de una formación integral que responda a las necesidades de la sociedad y al mundo globalizado, que implique el ejercicio juicioso de la adquisición de conceptos teóricos y la aplicación práctica desarrollada de acuerdo con la cultura y el entorno.

El emprendimiento es el proceso de realización de oportunidades con enfoque creativo, también es un factor importante para el desarrollo económico y como generador de cambio e innovación, así lo muestra el Monitor Global de Emprendimiento (GEM), que estudia la dinámica emprendedora en diversos países y revela que la actividad emprendedora temprana está relacionada con mayor desarrollo económico. Aunque cabe destacar que la actividad emprendedora no siempre conduce al crecimiento económico, especialmente en contextos de pobreza extrema.

En este sentido, el elemento clave en el proceso del emprendimiento es el emprendedor, quien con sus características únicas hace posible que esta actividad se lleve a cabo y propicie un cambio sustancial en el medio en donde se desarrolla. La función del emprendedor es explotar un invento o una posibilidad tecnológica que genere nuevos productos o servicios, nuevas formas de producción, fuentes de suministro de materias primas, formas de organización que revolucionan el patrón de producción establecido (Schumpeter, 1943). Un emprendedor es alguien que identifica una necesidad en el mercado, toma decisiones sobre recursos humanos, financieros, materiales, también toma riesgos, todo esto es recompensado por beneficios económicos.

La cultura organizacional y el emprendimiento en las IES

Tanto el término de cultura organizacional como el de emprendimiento han sido estudiados e investigados, fundamentalmente, desde la perspectiva de las organizaciones empresariales.

Todos estos estudios sobre la cultura organizacional y el emprendimiento y su relación con el mundo empresarial muestran la fuerte vinculación del estudio de la cultura organizacional con el mundo laboral. Sin embargo, la cultura organizacional presente en las IES no ha sido tan estudiada. No obstante, cada vez se están realizando más estudios y proyectos en los que se vinculan estos términos a las organizaciones educativas por su importancia como parte del desarrollo económico.

Así, Gálvez (2007) afirma que las experiencias de la comunidad educativa junto con las expectativas que tienen los miembros de dicha comunidad forman la cultura escolar, por lo que el conocer cuáles son los cambios que se producen en la cultura organizacional escolar permite desarrollar formas nuevas de actuar, y emplear estrategias innovadoras que se adecúen a cada IES. Una definición más concreta de cultura organizacional escolar es aquella que considera que se trata de un conjunto de creencias y valores compartidos que influyen en los comportamientos que se dan, de los miembros que conforman las IES, por ejemplo, cómo el profesorado lleva a cabo su trabajo y cómo los alumnos reciben y aplican el conocimiento recibido por sus maestros.

Existen dos perspectivas relacionadas con el concepto de cultura organizacional educativa: una que se centra en el comportamiento, lenguaje y productos utilizados por los miembros de la comunidad educativa; y otra que aborda las ideas, valores y creencias que tienen en común dichos miembros. Respecto al concepto de emprendimiento ya se ha señalado con anterioridad que este concepto está vinculado, fundamentalmente, con el mundo empresarial y laboral.

Cuando se pretende relacionar ambos conceptos de cultura y emprendimiento es interesante la aportación de Cameron y Quinn (1999), cuando indica que la cultura emprendedora es aquella que propicia un lugar dinámico y creativo para trabajar, que tienen su base en el compromiso de experimentación e innovación. El papel de la cultura para fomentar la innovación se manifiesta en las normas, creencias y valores que son compartidas por los miembros de la organización, con el objetivo de generar ideas e implementar nuevos enfoques.

De ahí la importancia de estudiar la cultura organizacional dentro de las IES puesto que la sociedad demanda que se produzcan cambios en las organizaciones educativas, al vincularla con el emprendimiento, permite a los jóvenes profesionales, tener una oportunidad diferente a la de empleabilidad. El vincular a todos los actores sociales, entre ellos las IES, la enseñanza debe ampliar sus horizontes e integrar elementos claves para el desarrollo de una mentalidad emprendedora en donde la institución educativa genere el espacio en el que se puedan formar e implementar las estrategias que permitirán a los estudiantes realizar transformaciones económicas, culturales y sociales.

Castro Spila, Barrenechea e Ibarra (2011) diferencian dentro de la cultura emprendedora el sentido de la iniciativa, entendida como un conjunto de competencias básicas para la creación de proyectos, y el sentido del emprendimiento, entendido como un conjunto de competencias específicas para la creación de organizaciones. En otras palabras, estos autores entienden que la iniciativa consiste en transformar ideas en proyectos y el emprendimiento en transformar proyectos en organizaciones.

No obstante, la cultura emprendedora se va haciendo poco a poco un aspecto importante en las IES, teniendo en cuenta que las actitudes y capacidades emprendedoras no sólo benefician a la sociedad, sino que resultan de utilidad en todas las actividades laborales y de la vida cotidiana del alumnado.

El emprendimiento en las IES ha tenido un atraso considerable. Kirby (2004) destaca que la oferta de programas de enseñanza sobre emprendimiento se ha incrementado en las últimas décadas, pero la mayoría de ellos se han centrado en la creación y gestión de empresas, dejando olvidada la educación en iniciativa emprendedora, que tiene como objetivo desarrollar en los participantes habilidades, competencias y comportamientos emprendedores.

Por consiguiente, es importante reflexionar y conceptualizar sobre la innovación en el emprendimiento, como una forma de mejorar la competitividad y, con ello, los niveles de desarrollo, para lo cual la innovación no debe entenderse como algo tangible; el concepto es más amplio e implica creación de diseños, desarrollo y/o implementación de nuevos productos, servicios, procesos, estructuras organizacionales o modelos de negocios, con el fin de crear un nuevo valor para el consumidor y retorno para la colectividad.

Asimismo, se ha buscado la forma de potencializar el emprendimiento, presentando estrategias dentro de la cultura organizacional de las IES, que fomenten el desarrollo del espíritu emprendedor, basado en la creatividad y la innovación.

Concluyendo, la cultura organizacional, como concepto administrativo, es relativamente nuevo; nace a partir de comprender que existen variables internas y externas, de carácter cuantitativo y cualitativo que influyen en el funcionamiento de todo tipo de organizaciones, y es entendida como el conjunto de aspectos que regulan las relaciones, en donde cobran sentido los valores, normas, siempre que sean compartidos y configuren la identidad institucional entre sus integrantes y hacia el sector externo.

Una vez hecho la revisión de literatura en relación a los elementos planteados en este trabajo, se puede concluir que la cultura organizacional en las IES es un elemento que influye en el desarrollo del emprendimiento dentro de las instituciones educativas. De esta forma la cultura organizacional en general caracterizada por la existencia de un liderazgo, en donde se debe fomentar el trabajo en equipo, donde el liderazgo es compartido entre los miembros del equipo, en vez de enfocarse a un único líder designado, sin embargo, se puede observar que no en todas las IES, se cuenta con esta disposición, y esta debilidad propicia que las condiciones institucionales para el desarrollo del emprendimiento no sean las adecuadas.

Analizando, el contexto de la cultura organizacional y su influencia en el emprendimiento en las IES, podemos afirmar que existe una relación muy estrecha entre estas dos variables, por lo cual es importante, contar con una apertura al cambio, lo cual le permitirá, ser una organización emprendedora e innovadora, así como, formar parte de un mundo competitivo.

En las IES, la cultura organizacional se caracteriza por una baja dinámica para fomentar el desarrollo económico, empresarial y social, por lo tanto, se hace necesario, enfrentar los problemas relacionados con el fortalecimiento del emprendimiento haciendo uso de estrategias que permitan romper paradigmas en la cultura organizacional de estas instituciones educativas.

El emprendimiento, como proceso cultural, interesa a todo tipo de entidades y por tanto no es ajeno en las IES, donde se involucra la forma de pensar y actuar orientada a mejorar los niveles de vida, aprovechando oportunidades y posibilitando la creación de valor para la comunidad en su conjunto.

El emprendimiento se ha convertido en un tema de importancia pública y académica, debido a su influencia en la economía, cuya dinámica depende de las iniciativas empresariales por cuanto afectan la demanda agregada, la competitividad y la necesidad de innovar. La evidencia internacional demuestra que los países con mayor nivel de desarrollo son los que cuentan con alto grado de emprendimiento innovador, en este sentido el emprendimiento produce externalidades positivas al sistema económico y social, generando empleo e ingresos a las personas y familias.

Esta tendencia, implica un cambio en la cultura organizacional de los centros educativos hacia el emprendimiento y la innovación. Siguiendo el constructo propuesto por Martín del Buey (1997), es necesario un cambio en las creencias que tienen todos los miembros de la comunidad educativa (profesorado, alumnado, familias, entre otros.) hacia aspectos más emprendedores con respecto a la finalidad de la educación, el proceso de instrucción, el proceso de aprendizaje y el escenario, dado que esto llevará implícito un cambio en los ritos y comportamientos de los participantes o actores del centro escolar.

La cultura emprendedora requiere del desarrollo de unas determinadas competencias, como por ejemplo el trabajo en equipo, una adecuada comunicación, un buen auto concepto. Por todo ello, es necesario que se trabajen estas competencias a lo largo de todo el sistema educativo. El emprendimiento es una actividad de largo recorrido (Gobierno del Principado de Asturias, 2013, p. 30) por lo que implica un trabajo continuo desde el ámbito educativo.

En conclusión, este trabajo sugiere que aún queda mucho campo de trabajo en relación a la cultura organizacional y el emprendimiento en las IES. Es necesario continuar estudiando la relación entre estos dos elementos que vinculados y en sintonía hacen a la IES que se cumplan los objetivos de manera eficiente y eficaz, además de hacerla competitiva e innovadora.

Esto muestra, la necesidad de trabajar en el desarrollo de estrategias para que desde la educación superior se contribuya a la generación de capacidades que permitan un salto hacia el desarrollo de emprendimiento y con ello la formación de emprendedores, que permitirá a las IES dar un salto a un contexto competitivo e innovador.

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