SORBAS


SINÓNIMO DE ESPECTACULARIDAD

Entre sierras (Sierra de Filabres y Sierra Cabrera), en una zona semidesértica del centro, digamos que yendo hacia el noroeste de la provincia de Almería, encontramos un pueblo difícil de describir como lo es el mismo entorno que le rodea.

La dificultad no radica en la descripción técnica, esa es fácil si recurrimos a la explicación de los expertos; lo que resulta ardua es la tarea de encontrar todos los sinónimos que tiene la palabra ‘espectacularidad’, para poder medianamente describir el paisaje que se presenta ante nuestros ojos.


Sorbas, el encanto de lo irreal

Un pueblo famoso por sus karts de yeso, pronto para ser descubierto como una atracción turística irresistible.

La ruta nos lleva entre cauces secos, profundos cañones y agrestes serranías, lugares donde el yeso otorga un color especial al entorno, pintando una acuarela difícil de describir.

Las laderas de las que el sol extrae miles de puntitos brillantes que nos descubren que estamos en medio del mayor yacimiento de yeso a cielo abierto del mundo, son celosas del espectáculo increíble del subsuelo.

Preferimos dejar para después nuestro viaje por las galerías que desembocan en amplias salas con estalactitas y estalagmitas, conocidas como las Cuevas de Yeso de Sorbas.

Su descripción merece toda nuestra aplicación, como tampoco queremos distraer el esmero con el que debemos empeñarnos en reseñar esta otra exhibición a cielo abierto.

El turismo masivo aún no ha llegado a la provincia de Almería. Podemos pues disfrutar estos trayectos sin prisas y sin aglutinaciones.

Los pocos miradores que ensanchan el camino de montaña parecen esperarnos en forma especial. No es común que el indígena que transita día tras día por estos lugares, se detenga para dejarse extasiar con el entorno y aún no han llegado los visitantes ávidos de instantáneas y que recibiremos facilitándoles algo que les haga más placentera su estancia, pero que a la vez quizás sacrifique en parte lo que hoy nos lleva al asombro al querer intentar una descripción: la vista que se extiende a nuestros pies.

Un cielo increíblemente azul cubriendo un paisaje donde el negro se hace gris y el ocre apenas descubre alguna peca verde.

La región de Sorbas se presenta ante nosotros con un paisaje peculiar que nos permite, entre pico y pico, vislumbrar el pueblo cabeza de la comarca.

Hacia él nos dirigimos.

Si ya desde lejos Sorbas nos deja descubrir su singularidad, al acercarnos esa incompatibilidad con la razón se presenta en todo su encanto.

Un barranco del que cuelgan -suspendidos en el aire sus balcones y ventanales-, las casas del borde del pueblo mientras que adentrándonos en él, subiendo sus calles angostas que se enriendan en ellas mismas descubrimos un mundo donde los automóviles parecen no pertenecer a ese entorno.

El asombro no nos permite quedarnos quietos.

Caminamos, recorremos, subimos y bajamos, corremos como chiquillos asombrados que se internan por los rincones simplemente para descubrir si esa calleja tiene salida a otra o nos obligará a volver sobre nuestros pasos.

¿Cómo explicar lo que se siente al ver un pueblo de casas blancas colgando sobre el precipicio?

¿Cómo transmitir en palabras lo que los ojos trasmiten como sentimientos?

Si la misma historia de Sorbas ya es parte de un cuento de otra serie de las mil y una noches que Andalucía escribe sin letras desde hace más de seis mil años.

El bien el origen de Sorbas es ibérico, su nombre es árabe y significa ‘olla de arena’ quizás proviene de una tradición que aún hoy subsiste, relacionada con las neolíticas vasijas de arcilla refractaria que se construían en la zona, antes aún del siglo XI.





De origen ibérico, su nombre proviene del árabe



La comarca de Sorbas es rica en yacimientos de yeso


Sorbas: es un pueblo donde las palabras sobran

Ventanales colgados sobre el barranco

Un pueblo que se aferra a sus orígenes abriéndose a lo nuevo: las casas del Duque de Alba y la del Duque de Valoig con su interior señorialmente de antaño; la Iglesia de Santa María, construida como muchos templos católicos de esta Andalucía que una vez se llamó Al-Andalu, sobre una mezquita árabe de estilo mudéjar del siglo XVI culminada posteriormente en estilos barroco y neoclásico.

Los muchos miradores del pueblo nos permiten disfrutar de paisajes tan variados como hermosos: ramblas, tierras llanas y áridas, huertas fértiles y el verde de las plantaciones en la orilla del río.

Sorbas es tan particular como sus ‘poyos’, que son unos característicos bancos de piedra que tienen curiosos nombres: ‘los poyillos’ a la entrada del pueblo, el de ‘la Deá’ en la plaza o ‘ el poyo de los Muertos’ ubicado en un sitio donde antaño las comitivas fúnebres descansaban antes de dejar el pueblo para dirigirse al cementerio.

Nosotros volvemos sobre nuestros pasos, la sombra de la plaza central nos da unos minutos de sosiego antes de continuar nuestro viaje, sumergiéndonos nuevamente en un continuo descubrir.


®Graciela A. Vera Cotto

Almería, en el sur del norte, abril 20 de 2007



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