AÚN NO SÉ SI APLAUDO AL ORGANISMO O SÓLO A SU DELEGADO TERRITORIAL 

Agradezco a un representante estatal que se ha puesto a la altura de los usuarios de los servicios públicos y a sus órdenes: gracias Sr. Francisco Bellido

Cuando los ciudadanos de a pie, los que nos vemos obligados a sufrir el calvario de tener que realizar trámites en oficinas estatales nos encontramos con alguien que, desde un escalafón alto de esas oficinas que muchas veces se nos asemejan como mundos extraterrestres en los cuales si entramos corremos el riesgo de desaparecer, ha dejado de mirarnos como a hormigas, que es como nos sentimos observados y se pone a nuestra altura, no podemos más que sorprendernos.


No tendría que resultarnos extraño, debería ser algo normal, lo que siempre debería suceder pero lamentablemente ser funcionario del Estado parece llevar implícito con el cargo un manual de mala burocracia, o sea aquellos trámites que se alargan en el tiempo, no tienen finalidad alguna y al no ser muchas veces explicados, no se llevan a cabo y hacen que el sufrido ciudadano deba recomenzar varias veces pasando por las mismas colas y las mismas ventanillas para llegar a…. nada.


Cuando una persona sufre una discapacidad que no tiene solución a la vista, (los milagros existen pero no son potestad de los funcionarios públicos decidir si sucederán o no), cuando debe trasladarse en silla de ruedas resulta ridículo que un permiso para estacionar un coche en sitio reservado para minusválidos tenga una validez de sólo dos años. Y más nos lo parece cuando si se comienza el trámite de renovación de la famosa “tarjeta azul” un mes antes del vencimiento y dos después nos encontramos conque aunque nos han dicho que enviarían por correo la nueva tarjeta no hemos recibido nada, y entonces decidimos hacer una llamada telefónica y se nos manifiesta que el trámite puede alargarse en el tiempo y, tal vez como premio consuelo nos envían un correo electrónico con dos teléfonos para llamar.

Pero algunas veces se tiene suerte y yo la tuve porque no bajé los brazos y buscando nombres dí con el del Sr. Francisco Bellido, Delegado Territorial de la oficina de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ¿cómo pueden atender en una sola institución temas tan diferentes? pero ese es otro asunto; y lo contacté a través de una red social, que para algo deben servir y en un mensaje privado le expliqué la situación porque… olvidaba decirlo… los teléfonos que me habían enviado para estar al tanto del trámite no servían, eso me lo confirmó después otro funcionario que me dijo que no entendía el motivo por el que enviaban esos números ya obsoletos.


No pensaba obtener respuesta al mensaje enviado al Delegado pero quedé entre sorprendida y agradecida cuando rápidamente me pidió un teléfono para contactar y lo hizo una funcionaria que intentó ayudarme en lo posible, se fijó que en el expediente en cuestión figuraba que el titular se desplazaba con bastón; al decirle que no era así me pidió un certificado médico aclarando que la persona en cuestión debía utilizar silla de ruedas, con la finalidad de agregarlo al papeleo en cuestión para poder terminarlo.


Sin embargo al poco tiempo otra persona me dijo que era imprescindible una evaluación sobre la situación del titular. Habían ya transcurrido varios meses desde que presenté la solicitud y se me dieron todos los documentos que debía presentar sin que nadie me dijera ni una palabra de una evaluación, que dicho sea de paso yo en ese momento esperaba solicitaran.

Nada ha cambiado en la disposición disposición sanitaria del titular del expediente, lo dice un certificado del médico que señala que debe moverse en silla de ruedas, pero como un viejo papel de hace años decía que se movía con dos bastones… y acá aclaro que nunca tuvo dos bastones, si una silla de ruedas y cuando después de dos meses de fisioterapia por sanidad decidieron que era necesario darle el alta para dar ingreso a otro paciente, entonces le dieron un bastón trípode y un apretón de manos.


Con ese bastón hace algo de gimnasia en una clínica privada porque sin ella no tendría movilidad, pero ni con él es capaz de caminar sin ayuda de terceras personas por lo que debe utilizar sí o sí, la silla de ruedas… ahora debo reclamar antes de dos meses (es lo que me resta) la discapacidad que le han dado (sin verlo y no sé en que oficina) diciendo que utiliza dos bastones para movilizarse, (aún busco por si está escondido debajo de una alfombra el segundo).

Mi ofuscación fue el que no me hubieran hablado de que debía hacerse esa evaluación cuando inicié el trámite, que hubiera perdido varios meses esperando una tarjeta que no me iban a enviar y que en ese interín un h.dep, de esos que utilizan uniforme sólo para recaudar a base de multas, me haya cobrado dos… una por estar la tarjeta vencida, la segunda por supuestamente no haberla visto… estaba asomada debajo de una caja de pañuelos, con más de media tarjeta a la vista y si la había puesto allí había sido con la intención de que el viento, cuando viajamos con las ventanillas abiertas, no se la llevara.

Ya, a ese tipejo, que me han dicho es un funcionario que va en moto y que tiene barba, le digo que “a cada cerdo le llega su San Fermín”, porque no olvido otra multa que me cobró por tener una rueda sobre la raya amarilla en la zona de estacionamiento de minusválidos. Ni siquiera sobresalía la línea, apenas, la rozaba, pero la tocaba y ¡vaya uno a protestarle a quién sabe quién!. Claro que ese “agente municipal” tan listo, nunca vió quién me arrancó el espejo retrovisor por dos veces o me hundió la parte trasera del coche estando estacionada en la zona de minusválidos del Palmeral, donde es imposible que otro coche rozara el mio. Pero como creo que por algún motivo, tal vez el color del auto no le gusta, estoy a su merced decidí que desde hoy no me callaré más. Palabra de Graciela.

Pero otra vez me he ido por las ramas. Quería hablar de los buenos funcionarios y no de los, ya no malos sinó pésimos,

Nuevamente recurrí al Sr. Bellido, no por no llevar al titular de la tarjeta a otra revisión (y ya perdí la cuenta de cuántas van) sino que por mi salud me resultaba casi imposible hacerlo en esas fechas.

Tuve que nuevamente agradecerle cuando a los pocos días a mi casa llegaba la nueva tarjeta y más cuando me fijé en la fecha de caducidad, pensando ya que debía iniciar en cualquier momento nuevamente todo el trámite para que no caducara antes de que terminaran las siguientes gestiones burocráticos.

Y allí mi sorpresa, en la tarjeta que permite tener derecho a estacionar en una zona reservada para personas con serios problemas de movilidad, en el lugar del vencimiento, donde pensaba encontrar una fecha a dos años se leía la palabra INDEFINIDO.

Gracias, muchas gracias señor Francisco Bellido… y la respuesta también me dejó pensando que las instituciones públicas aún pueden salvarse y terminar siendo los organismos para lo que se crearon: ayudar a las personas. Así me lo dijo el Delegado y lo copio textual porque ante su respuesta digo “chapeau”

Estamos para servir a la gente. Por eso, a nuestra consejera le gusta llamar a esta Consejería “la Consejería de las personas”.

La renovación indefinida es una de las nuevas medidas que está Consejería está aplicando para mejorar y agilizar todos los trámites”.


Ya me había dicho anteriormente que su máxima es ayudar al ciudadano, a todos por igual. Y vaya si lo ha demostrado.


A mi y a mi pareja nos ha ayudado desinteresadamente y sin conocernos, cosa que algún día me gustaría, conocerle personalmente y estrechar su mano, no siempre se tiene la satisfacción de saludar a quién deja en alto el prestigio de los cargos públicos.



                                                                                        ® Graciela A. Vera Cotto



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