INVESTIGACIONES

Investigadores del Departamento de Física y del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona -UAB- realizaron estudios tendientes a conocer el grado de contaminación radioactiva del placton del Mar Mediterráneo.

Los alimentos radiactivos del medio marino pueden pasar a los alimentos consumidos por el hombre a través de la cadena alimenticia de la que el placton forma parte importante.

Dirigido por el profesor Joan Albert Sánchez Cabeza, director del Laboratorio de Radioactividad Marina de la Agencia de Energía Atómica de las Naciones Unidas, el grupo recogió muestras de placton en seis lugares diferentes del Mar Mediterráneo.

Concretamente el placton fue recogido en las cercanías de: Vera (zona de Palomares, Almería), Garrucha (a 8 kilómetros de Vera, Almería), Mallorca, costa de Barcelona, Golfo de León (Francia), Golfo de Sant Jordi (Bajo Ebro).

Los análisis realizados constataron que el placton recogido en la costa de Palomares, a 50 metros de profundidad, tiene una concentración de plutonio y americio radiactivos cinco veces superior a la media de las otras muestras.

Los resultados del estudio señalan que mientras la media de radioactividad encontrada en el placton del Mediterráneo Occidental se encuentra en torno a las 452 unidades (milibécquerels por kilogramo de placton secado), en el de Palomares la cifra asciende a 2046 unidades.

La cifra se encuentra dentro de los límites de seguridad establecidos por la Agencia Internacional de Energía Atómica pero no deja de ser llamativa la diferencia que se atribuye directamente a la contaminación residual producto del accidente de 1966.

No es ésta la única fuente de contaminación del Mar Mediterráneo que también carga con los restos de las pruebas nucleares que de 1952 a 1963 tuvieron lugar en distintas partes del planeta; residuos provenientes de instalaciones nucleares cercanas a sus costas y recuerdos que permanecerán latentes del accidente de Chernóbil en 1986.