La Ilustración y Rousseau

El siglo XVIII es considerado el siglo de la Ilustración y de superación del Antiguo Régimen. La sociedad estamental con su fuerte división en clases deja paso a otra sociedad que se regirá por nuevos criterios. La crisis del Antiguo Régimen vendrá provocada por diversos factores entre los que se encuentran un fuerte crecimiento de la población, una crisis económica importante y las nuevas formas de gobierno que se alejan de las monarquías absolutistas encaminándose poco a poco a las actuales democracias. La Revolución Francesa de 1789 marcará el punto de inflexión hacia una mayor libertad individual.

La Ilustración es un movimiento cultural e ideológico que afecta a la filosofía, a la moral, a la religión y a la ciencia. La ilustración es una reflexión sobre la naturaleza humana, la sociedad, y la legitimidad del poder. Con excepciones importantes, entre ellas el propio Rousseau que estudiaremos más detenidamente, los valores siguientes son la fuente de inspiración del pensamiento ilustrado:

1. La Razón es elevada a diosa. Con ella se tendrá que explicar todo lo que nos rodea: la naturaleza y la sociedad.

2. La ciencia es elevada consiguientemente a luz que tiene que guiar a la humanidad. A la Ilustración se le llama también Siglo de las Luces. El modelo científico que todos admiran es la obra de Isaac Newton, Principios de Filosofía Natural (1643).

3. La ciencia y la razón como fuentes de conocimiento aseguran el progreso indefinido. Con el progreso, la humanidad llegará a dominarlo todo. La Enciclopediade Diderot y D’Arlembert quiere ser un compendio del todo el saber de su tiempo. Rousseau escribirá para ella algunos artículos de música. Pero rechazará que sea la razón única fuente de saber. Él admitirá por ejemplo, una conciencia que será más bien sentimiento que razón.

4. La educación ha de ser el motor de ese progreso. Se procura impulsar una educación generalizada que llegue a todas las capas de la sociedad. Rousseau escribirá El Emilio, obra pedagógica de gran importancia, aunque con una orientación diferente de los ilustrados más tradicionales. En concreto, no estará de acuerdo con la idea de progreso ilustrada. No es optimista porque según él, la historia demuestra que cuando más civilizado es un pueblo, más depravado se hace. En El Discurso sobre las Artes y las Ciencias pone abundantes ejemplos históricos para ilustrar su afirmación.

5. Rechazan todas las supersticiones entre las que incluyen no solo el fanatismo religioso sino todas las religiones establecidas. Ese rechazo no se hace en nombre del ateismo sino a causa del deísmo que consiste en admitir que Dios ha creado el universo pero se desentiende de él. De este modo son los propios hombres los que han de cargar responsablemente con la organización política. Sin embargo, Rousseau no es deísta sino teísta, lo cual significa que admite a Dios como ciertamente providente, pero rechazará las religiones reveladas que deberán ser sustituidas por una religión natural como se explicará más adelante en los comentarios a la Profesión de Fe del Vicario Saboyano.

6. Se perfila poco a poco el ideal de la democracia como sistema de gobierno ideal. El poder ya no emana de Dios, como en el Antiguo Régimen en el que eran coronados reyes por la gracia de Dios, sino que son los propios ciudadanos los que eligen a sus representantes. El poder emana del pueblo será a partir de ahora la expresión preferida por los revolucionarios. Y asimismo, muchos leerán la obra de Rousseau El Contrato Social como medio para conocer más a fondo un pensamiento político que juzgarán transformador de la sociedad.