Ortega frente a Heidegger y Benjamín (P4)

El contexto filosófico, o como diría Ortega la circunstancia filosófica en el que hay que ver la meditación sobre la técnica son el pensamiento de Heidegger y el de Benjamín que en los mismo años que nuestro autor defienden posturas diversas. Hay que tener en cuenta el momento histórico en el que se vive una decadencia europea derivada de las confrontaciones bélicas. Pero no hay que ver la técnica aisladamente sino junto con otros temas relacionados como son el arte, la política y las masas sociales. Heidegger aborda la técnica en El origen de la obra de arte (1935) y Benjamín en su La obra de arte en la época de la reproductibilidad (1936), pero ambos lo hacen de modo tangencial y su verdadera preocupación es el arte.

Ortega, como es sabido se sitúa contra Heidegger y contra Benjamín en algunos aspectos como el pesimismo que aprecia en ellos y que les hace estar en contra de la técnica, aunque por motivos distintos. En el caso de Heidegger, el autor alemán cree que la solución para Europa pasa por retornar a la téchne griega, volver a los orígenes no técnicos de la técnica, que germina el arte. En el caso de Benjamín, el peligro será para él, que la técnica moderna reproduce mecánicamente el arte por lo que éste pierde exclusividad para masificarse. La técnica se empeña en duplicar, reproducir lo que de suyo es irrepetible, el arte. Se puede apreciar en ambos autores que su crítica está dirigida hacia la técnica para salvar el arte. En cambio, en Ortega, su defensa de la técnica es para tenerla en cuenta directamente y no en función del arte.

Para Ortega, la técnica facilita la libertad, el tiempo libre, el ocio creativo que permite una salida airosa a la modernidad. El hombre masificado y la misma técnica se relacionan equilibradamente.