COMENTARIOS DE TEXTO

El comentario de texto requiere fundamentalmente entender bien un texto y poder explicarlo con palabras propias. En los distintos textos filosóficos será fácil que encuentres términos desconocidos. Cuando esto ocurra, deberás buscarlos en un diccionario y fijarlos bien en la memoria pues seguramente volverán a aparecer, una y otra vez, en este curso y en el futuro. En todo caso, hay que desarrollar un mayor y más generoso vocabulario. De esos términos, unos serán lenguaje filosófico propio y otros de lenguaje ordinario, aunque desconocido para el lector. Conviene distinguir claramente unos términos de otros. En la definición de esas “nuevas palabras” es muy conveniente que se construya una frase propia en la que se incluya ese concepto nuevo. De esta manera se logra familiarizarse con ellos y memorizarlos mejor. No es suficiente copiar de algún diccionario.

Con estos ejercicios de comentario de texto se pretende que se alcancen una mejora de las habilidades intelectuales, lo cual servirá para esta asignatura, y también en otras. Las capacidades a desarrollar son las siguientes:

a) Comprensión lectora. Es lo primero que se trabaja con el comentario de texto. Conviene insistir en la importancia de ampliar el vocabulario personal y también la gramática interna del texto, sin lo cual tampoco se entendería su sentido, aunque se comprendieran, una por una, las palabras que aparecen en él.

b) Capacidad de analizar. Un texto puede dividirse en varias partes y así, comprenderlo mejor. Hacerlo correctamente desarrolla la capacidad de analizar. Además, hay que ver y resaltar cómo se relacionan sus diferentes partes.

c) Capacidad de sintetizar. Habiendo estructurado el texto en varias partes, como hemos explicado en el punto anterior, hay que aprender a sacar la idea principal de todo el texto o, lo que es lo mismo, qué nos dice dicho texto, fundamentalmente. Si no se llega a distinguir lo importante de lo accesorio no se logra comprender bien el sentido del texto.

d) Capacidad de argumentación. Un texto filosófico presenta casi siempre una lógica interna. Puede ser un texto expositivo o argumentativo. Es posible que la argumentación pueda ser fácilmente reconocible y en otros, haya que indagar un poco más. “Traducir” el texto literario a forma lógica es un buen ejercicio intelectual que ayuda a la buena comprensión de las ideas que sostiene su autor.

e) Capacidad de relacionar. Una vez comprendido el texto falta saber relacionarlo con el resto de la teoría del autor. Hacerlo bien es de gran ayuda para entender bien sus teorías. Puede ayudarte libros de texto de filosofía e incluso, las consultas que puedes hacer en Internet. En este último caso conviene asegurarse de la fiabilidad de la cita utilizada y, en todo caso, transcribir todas las fuentes usadas para valorar mejor el trabajo. La calidad de un trabajo reside en buena parte, en la calidad de las fuentes utilizadas.

f) Capacidad crítica. La persona que desarrolle con cierta profundidad y soltura los anteriores puntos conseguirá al mismo tiempo y casi sin darse cuenta, una buena capacidad crítica. Se trata de poder comparar las tesis del autor respecto de las de otros y ver cuáles de ellas pueden ser más versímiles y bajo qué respectos. Todo ello bien razonado.