CAMPO TEMÁTICO Nº 1. SABER CIENTÍFICO, SABER UNIVERSITARIO Y SABER TÉCNICO.
El arranque de su introducción al tema no puede ser más rotundo: "Sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca". Parece claro que la universidad se creó en su día para el desarrollo de la ciencia. Sin embargo, distinguimos ciencia y universidad porque no siempre se han dado juntos. Es más, Ortega alude en la introducción de su "Meditación sobre la técnica" que "la universidad es un lugar de crimen permanente e impune". Y esto lo dice porque observa la pérdida de prestigio de la misma institución universitaria a la que atribuye además parte de la culpa en la desmoralización y desconcierto de la vida europea. Históricamente se puede observar que la técnica se ha desarrollado muchas veces en talleres muy alejados de la institución universitaria. Se suponía que la ciencia se debería cultivar en la universidad pero existen abundantes ejemplos en la historia que desmienten tal afirmación. Leonardo Da Vinci y Galileo son ejemplos de este divorcio porque ellos trabajaron al margen de la universidad. Y de la técnica casi nunca nadie se ha ocupado de ella en serio. Ciencia y universidad se han ocupado de la teoría y solo últimamente parecen atender mínimamente la práctica que constituye la técnica. Coexisten en la universidad clases teóricas y prácticas pero siguen separadas e impartidas por profesores distintos porque, al parecer, se trata de cosas distintas.
Ortega lamentaba, desde luego, que el saber técnico no estuviera todavía integrado en la universidad y que aún no se hubiera constituido como saber científico. Él lo atribuye a un lamentable atraso e incluso le resulta difícil entenderlo puesto que el saber técnico es anterior a la misma ciencia o, como mucho, simultáneo a ella. Ortega lamenta que la universidad esté perdiendo el tiempo que es, de algún modo perder la vida. Cuando la universidad se convierte en fábrica de latinistas o helenistas alejados de cualquier práctica puede ser una fábrica de perder el tiempo. Y es que para Ortega, en una apuesta quizá exagerada que señalamos más arriba: no hay hombre sin técnica puesto que ella es consustancial a todo hombre. Desde luego, Ortega puede tener razón en que en la actualidad, -también la actualidad vivida por nuestro autor-, la técnica se ha convertido en algo imprescindible. Estamos rodeados por técnica queramos o no, y esto a nivel individual y colectivo. Históricamente la técnica es una condición ineludible y es impensable una vida sin ella. De este modo, el hombre, que comenzó viviendo en la naturaleza y por ella misma, vive ahora en una sobrenaturaleza artificial técnica. La técnica se ha convertido ya en una segunda genealogía humana.
Y ¿cómo es posible que siendo así, la universidad prácticamente no se ocupe de la técnica? ¿por qué la universidad no explica lo que la técnica representa antropológica, sociológica o éticamente? El hombre, dice Ortega, debido a la técnica y a la superabundancia que esta produce, puede verse afectado de una cierta desorientación y perder incluso el sentido de su existencia. La técnica presenta peligros y oportunidades que es preciso advertir. Economistas e ingenieros deberían meditar sobre las posibilidades de la técnica y su influencia en la humanidad si quieren contribuir a su desarrollo.
Y en el caso de la física que debería ser la técnica de las técnicas puede ocurrir que se convierta en un saber tan teórico que apenas tenga que ver con la realidad material. Una física así, puede llegar a ser un conjunto de abstracciones o sistema de signos matemáticos completamente alejados de la realidad a la que se supone que se dirige. Esa física teórica sería un lenguaje descriptivo de la realidad pero que no sería real. El conocimiento que la física pretende desea distinguir con claridad lo que es causa de lo que es efecto y de esta manera predecir acontecimientos reales. Es eso precisamente lo que le permite acercarse a la técnica. La física es así, teoría, y la técnica, práctica.
Sin embargo, para Ortega, la técnica es una forma hueca en sí misma. Esto significa que la técnica es genérica, y necesita llenarse de la raíz imaginativa de la ciencia. La técnica capacita para manipular objetos transformándolos para un uso distinto del natural, pero requiere un conocimiento científico previo. Si un científico ha calculado a qué velocidad va un determinado vehículo, todavía hace falta un ingeniero que construya uno que pueda ir a mayor velocidad todavía.
Ortega está a favor de un cultivo de la técnica aunque sea en detrimento del saber teórico de la ciencia dada la ventaja que esta lleva en la historia. Y pone ejemplos de la misma historia para demostrar lo que mantiene. Leonardo Da Vinci fue a la vez científico y técnico lo mismo que Galileo y ambos no muy próximos precisamente a la institución universitaria. Ambos fueron amigos de los talleres llenos de ingeniosas máquinas y otros utensilios técnicos. Para Ortega, en definitiva, ciencia y técnica vienen a ocuparse de lo mismo,-el mundo que se quiere transformar para nuestro servicio-, y la universidad debería preocuparse de ambas con la misma intensidad. En cambio, continúa Ortega: la separación radical entre la universidad y la ingeniería es una de las grandes calamidades que ha acarreado la increíble torpeza que el hombre de hoy está revelando en el tratamiento de sus grandes angustias presentes. Y añade más adelante: la falta de contacto con la técnica imprime a la universidad un carácter abstracto, espectral, sin embrague posible con la vida real.
CAMPO TEMÁTICO Nº 2. SENTIDO, VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LA TÉCNICA.
En un principio Ortega se declara defensor a ultranza de la técnica puesto que piensa que "sin técnica no habría hombre". La técnica ha servido y sirve para que el hombre se libere de sus limitaciones naturales animales. La humanidad del hombre no se le da "hecha" sino que cada individuo supera su propia animalidad precisamente con la técnica, una técnica que transforma la naturaleza para adaptarla a sus necesidades consiguiendo así ponerse por encima de ella. Ya en los primeros tiempos el hombre cuando sintió frío buscó un remedio y lo encontró en buscar refugios naturales pero en seguida se construyó una choza que fue mejorando progresivamente. Y lo mismo con el vestido con el que se cubrió que también fue evolucionando de acuerdo con sus necesidades. Así pues la técnica:
Pero aunque en sí misma la técnica no tiene límites, el hombre se los ha puesto:
Los inconvenientes de la técnica no los quiere ver Ortega dadas sus intenciones de resaltar la necesidad de abordar una mejora en su desarrollo. Pero sí señala el peligro de una sobreabundancia de la técnica que podría llevar a que el hombre no reconociera sus orígenes, o no pudiera proyectar la propia vida pensando que ya no queda nada por hacer, o bien, que no se diera cuenta de los grandes sacrificios que ha debido el hombre hacer para conseguir esos avances.
CAMPO TEMÁTICO Nº 3. PERFILES DE LA TÉCNICA:
A) ESTAR Y BIENESTAR.
B) LA TÉCNICA COMO PRODUCCIÓN DE LO SUPERFLUO.
C) LA TÉCNICA COMO AHORRO DEL ESFUERZO.
De forma provocadora afirma Ortega que la técnica se ocupa de proporcionar al hombre objetos "innecesarios" y "superfluos" pero estos son los encargados de proporcionarle una "buena vida", liberándole al mismo tiempo de las ataduras naturales. De este modo el hombre se libera asimismo de la animalidad y transforma la naturaleza en unos actos que le son propios y no meramente accesorios. De este modo, curiosamente lo superfluo se convierte en necesario.
Ante las necesidades que parecen más elementales como el comer, el ser humano manifiesta una elasticidad enorme pues es capaz de someterse a regímenes de comida muy estrictos por motivos ciertamente banales. Y sin embargo, existen otras necesidades más artificiales, que una vez poseídas el hombre no querría nunca renunciar. Por ejemplo, a la posesión de ciertos aparatos nada necesarios. De este modo se advierte que ciertas necesidades, superfluas objetivamente a veces se hacen más necesarias que las objetivamente necesarias.
De lo dicho se extraen dos conclusiones esenciales:
Así pues, el hombre es un animal especial que no se conforma con vivir meramente sino que ha de vivir bien y hasta tal punto esto es así que en ocasiones algún hombre llega al suicidio al no conformarse con el vivir sólamente. Pues bien, ese vivir bien se logra mediante la técnica que transforma la naturaleza inhóspita en un lugar agradable donde desarrollar una existencia plenamente humana. Es cierto además que la técnica se está siempre adaptando al devenir de la vida constantemente cambiante. Por eso, la técnica está evolucionando al ritmo del tiempo en el que se desarrolla.
Otro aspecto de la técnica, como se visto, es el ahorro del esfuerzo. El esfuerzo de desarrollar una técnica lleva siempre al ahorro de un esfuerzo al que la técnica va dirigida. Por ejemplo, el trabajo creativo que implica el hecho de inventar una máquina de coser compensa después el ahorro de tiempo que lleva la posibilidad de coser mucho más, y mejor, y en menos tiempo que antes, cuando ese trabajo se hacía a mano. Si además la técnica consigue por ejemplo viajar en avión comprobamos el ahorro escandaloso de tiempo y esfuerzo que supone. Por si fuera poco, se ve que el esfuerzo ahorrado con la técnica permite reinventar la vida con la holgura obtenida. El tiempo y el esfuerzo ahorrados puede lograr nuevos inventos técnicos para mejorar todavía más con lo que se comprueba el rendimiento que así se puede obtener en progreso indefinido e ilimitado. El hombre que ahorra esfuerzos gracias a la técnica puede tornarse novelista de sí mismo, recrear su vida constantemente a la vez que la hace interesante. En palabras de Ortega, con la técnica se convierte el hombre en un animal fantástico con posibilidades increíbles.
CAMPO TEMÁTICO Nº 4. NATURALEZA Y VIDA:
A) VIDA NATURAL, VIDA INVENTADA.
B) NATURALEZA, MUNDO, CIRCUNSTANCIA.
C) PROYECTO DE VIDA. RACIOVITALISMO. PERSPECTIVISMO.
Vida natural y vida inventada. El ser humano tiene una naturaleza pero también tiene libertad y, de este modo, no está completamente sometido a los dictados de su ser. Es eso es precisamente lo que le hace humano. Es capaz de ir incluso contra su naturaleza y/o de superarla tantas veces con ese mundo artificial que se crea para dotarse de una vida más cómoda. El hombre no puede escapar de su biología a la que ha de satisfacer constantemente pero puede transformar esas mismas obligaciones en algo muy humano. El hombre está obligado a comer pero cuando adorna artísticamente una comida cualquiera y se rodea de utensilios tan poco necesarios reviste esa necesidad de la creatividad propia del ser libre. Y, siguiendo con el ejemplo de la comida se aprecia que todos suelen mezclar dicha necesidad vital como es el comer, con una conversación distendida o incluso de trabajo. Esto se puede hacer gracias a la holgura lograda por la técnica, porque comer, en la mayoría de las ocasiones ya no constituye solamente una necesidad biológica sino que es un encuentro entre personas. La vida ya no sigue una mecánica biológica implacable sino que se perfila como una biografía singular interesante puesto que no todos hacen las mismas cosas ante las mismas situaciones. Así pues, la vida humana trasciende la simple realidad natural y se hace cultura, sociología e historia. De este modo la técnica es para Ortega la gran liberadora del hombre pues le desata de la obligatoriedad natural.
Naturaleza, mundo y circunstancia. La naturaleza es para Ortega el mundo natural en el que el hombre vive instalado y que constituye además su circunstancia. Pero existe esa circunstancia natural pero también otra circunstancia histórica y social. El hombre, como hemos visto, logra con la técnica "humanizar" esa naturaleza y hacerla soportable. La fantasía creadora del hombre le hace pasar de esa circunstancia natural a esa otra más humana circunstancia social e histórica.
Es notable que la naturaleza ofrece al hombre ciertas facilidades que el hombre aprovecha para sí, pero es más cierto todavía que el hombre no se conforma con eso sino que fantasea y crea nuevas formas de situarse dentro de ella. Por ejemplo, el hombre primitivo aprovecha en principio una cueva para refugiarse, pero inmediatamente se le ocurre construirse una choza artificial que le ofrece indudables ventajas sobre su anterior vivienda y llega incluso a adornarla. En muchas ocasiones, la naturaleza se le ofrece directamente inhóspita y sin embargo el hombre no perece sino que agudiza todavía más su ingenio e inventa más si cabe. Está demostrado que a mayores dificultades aumenta la capacidad creativa del hombre. Y se comprueba asimismo que los pueblos con climas más extremos suelen desarrollar industrias más eficaces.
En la mayoría de ocasiones, la naturaleza se le presenta al hombre como una mezcla de dificultades y facilidades que se declaran como oportunidades diversas. Lo que se desprende de las tres formas anteriores de ver la relación hombre - mundo o circunstancia es que, en efecto, el animal humano es el único que puede sentir el mundo como algo distinto de él. Pero este factor se convierte en una oportunidad para "ganarse la vida", es decir, una forma de hacer de la vida un proyecto en el tiempo.
Proyecto de vida. El hombre puede hacerse un proyecto de vida gracias a que la técnica le ha facilitado un "tiempo libre" para ensimismarse, para pensar lo qué quiere hacer, lo qué quiere ser. El mundo no es un conjunto de objetos sin sentido sino una tupida red llena de facilidades y dificultades que se han de hacer propias. El hombre es un programa, un proyecto posible pero que todavía no es, frente a lo que ya es. Y eso hay que verlo además junto con la circunstancia puesto que no existe el hombre solo absoluto. Recordemos que "yo soy: yo y mi circunstancia" histórica y social. " Como dice ortega: "Ese mundo o circunstancia en que me encuentro sumido no es solo el paisaje que me rodea, sino también mi cuerpo y también mi alma. Yo no soy mi cuerpo; me encuentro con él y con él tengo que vivir, sea sano, sea enfermo, pero tampoco soy mi alma: también me encuentro con ella y tengo que usar de ella para vivir (...). Cuerpo y alma son cosas, y yo no soy una cosa sino un drama, una lucha para llegar a ser lo que tengo que ser".
Cierto es que cada uno se encuentra en una circunstancia que no elige,- es la que es-, pero tiene que elegir entre las muy variadas oportunidades que se le presentan respondiendo a esa presión social y circunstancial que le rodea. Esa presión es lo que da sentido a la vida puesto que no da lo mismo lo que el hombre haga con ella y por ella. Y además, lo que queda claro de estas reflexiones es que los hombres son enormemente desiguales porque los proyectos de cada uno son pura posibilidad imaginaria que hay que llevar a cabo originalmente. Cada ser humano goza de su propia perspectiva, de su propio mundo vital en el que se desenvuelve como quiere. Así pues, hablar de especie humana es pura retórica.