Capítulo Dos: La cultura Maya Ixil
9. La pedida según la costumbre
Cuando una muchacha se pone de acuerdo con un joven él avisa a sus padres que lleguen a pedirla. Los padres buscan a un sacerdote Maya para pedir a la muchacha y el muchacho va acompañado de sus padres y de algunos familiares. Ellos llevan un litro de guaro que le dan por copitas al sacerdote Maya. Cuando ellos llegan cerca de la casa de la muchacha, se hincan tres veces de rodillas antes de llegar a la puerta. Cada vez que se hincan hablan sobre el rey y la reina de sus antepasados. El rey principal ponía las condiciones para que se casara su hija. Llegan a pedir una y otra vez; a la tercera vez los dejan entrar en la casa de los padres de la muchacha. Ellos llevan cinco litros de guaro que ellos lo comparten con los padres, tíos y abuelitos de los jóvenes. Los padres del joven y el sacerdote Maya llegan otra vez al día siguiente para ponerse de acuerdo sobre lo que llevarán en la próxima llegada. Después de diez días más o menos, les llevan doce litros de guaro, cohetes y bombas. Los padres con los familiares invitados comparten el guaro por copitas hasta terminar ocho litros. Dos litros dejan para los familiares finados y dos para los ausentes que por alguna razón no pudieron llegar. Cuando todos los familiares del muchacho regresan a sus casas llegan bolos igual que los familiares de la muchacha.
Cuando hay acuerdo entre los muchachos ellos se juntan de una vez. Si la muchacha era solamente pedida por los padres del joven a sus padres, sin que ellos se han conocido o han hablado, tienen que llevar 30 tamales y una olla de caldo de chompipe, aparte otra olla de carne para los padres de la muchacha. Pero un día antes que la muchacha ya está con el joven, y cuando llevan las cosas a sus padres, ella va delante de los familiares invitados con el huipil ceremonial en la cabeza y el cuello del huipil lo lleva a la casa para mirar. Y todas las mañanas ella lleva comida durante varios días a la casa de sus padres.