Capítulo Tres: Las mujeres y su vida cotidiana
13. Apoyo mutuo
La señora está tan feliz porque después de tantos años que ella ha vivido sin su propia casa, ahora ella tuvo esta ayuda de la gente para la construcción de su casa. La mujer trabajó mucho para que la ayudaran. Tuvo que hacer una solicitud de ayuda a la Asociación Chajulense. Ellos donaron la casa para ella: adobes, vigas, tejas; y los hermanos de religión hicieron la obra para ella. Estos hombres y mujeres que están en la foto, ellos son hermanos de la religión católica carismática y están haciendo una obra con ayudar a la dueña de la casa. Ella es muy pobre pero está recibiendo la solidaridad de los demás.
Como es costumbre de los Ixiles, los hombres avisan a otros hombres la fecha para el día de arreglar el techo de la casa, para que ellos lleguen a colaborar en la construcción. Llegan muchos para terminar en un día el trabajo y ellos no son pagados, pero la dueña de la casa los invita a un buen almuerzo porque este trabajo es gratis.
Las mujeres colaboraron con el trabajo de cargar las tejas y con la preparación de la comida ya que el almuerzo que ellas cocinan para la gente es un caldo de res y tamalitos de masa. Ellas no son pagadas por los trabajos que hacen; por eso se llevan una canastita de tamalitos para la familia y un poco de caldo de res.
Breve historia de la mujer:
Ella se había quedado huérfana desde muy pequeña. Su mamá se encargó de mantenerla; su papá fue muerto en las montañas durante la guerra. Con el tiempo ella se casó y vivió once años con su esposo y estuvieron muy felices con sus dos hijos. Pero hace poco su esposo falleció y ella se quedó viuda.