7. Alternativas al PIB

La medición del bienestar humano es una tarea compleja, debido a la gran variedad de factores que influyen en ese bienestar y a la dificultad de su cuantificación en muchos casos. Esta complejidad, junto al hecho de que la riqueza económica juega un papel muy importante en la creación de oportunidades para el desarrollo humano, ha llevado a generalizar el uso del PIB per cápita como indicador fundamental del bienestar de un país. Sin embargo, y teniendo en cuenta la importancia de una renta suficiente para poder disfrutar una vida digna, el PIB por habitante no es un buen medidor, debido a que se trata de un promedio y, como tal, nada dice de cómo se reparte la renta entre la población del país. Por ejemplo, en el caso de España, hemos visto en el cuarto apartado de este tema, que un 10 por ciento de la población acapara un 26,6 por ciento de la renta total, señalando las grandes diferencias económicas existentes.

En las últimas décadas se ha intentado crear indicadores del bienestar humano que incorporen, junto al nivel de renta, otros factores no económicos que inciden en la felicidad humana: disfrutar de una vida larga y saludable, tener acceso a la educación y al conocimiento, disponer de una adecuada cantidad de tiempo libre, participar en la toma de decisiones comunitarias, mantener relaciones sociales satisfactorias, tener libertad política y cultural, etc.

Con el fin de introducir en la medida del bienestar de una sociedad esos otros factores no directamente económicos, se han elaborado indicadores alternativos al puramente materialista PIB, como es el caso del Índice de Desarrollo Humano o la Felicidad Interior Bruta.

EL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO

El concepto de Desarrollo Humano  surgió a finales de los años ochenta del siglo XX en el seno de la ONU (Organización de la Naciones Unidas), y supone un paradigma de desarrollo que va más allá del aumento o reducción de la renta de un país. Este concepto comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. Desde esta perspectiva, el desarrollo es mucho más que el crecimiento económico, que constituye sólo un medio -ciertamente muy importante- para que cada persona tenga más oportunidades. Y para que existan más oportunidades lo fundamental es desarrollar las capacidades humanas, la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida.

Desde 1990 el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) elabora el Índice de Desarrollo Humano (IDH) con periodicidad anual, midiendo el progreso medio conseguido por un país en tres dimensiones básicas:

Para cada una de estas tres dimensiones se construye un indicador, y el IDH es la media geométrica de los tres, tomando valores de 0 a 1. El PNUD clasifica a los países en cuatro categorías de desarrollo humano según el valor obtenido en el IDH: muy alto, alto, medio y bajo. Esta clasificación se basa en cuartiles, que dan lugar a esos cuatro grupos: el primero (muy alto) está formado por el 25 por ciento de países con mayor valor del IDH; el segundo (alto) por el 25 por ciento de países con los siguientes mayores valores; y así hasta el cuarto grupo (bajo), correspondiente al 25 por ciento de países con los menores valores del IDH, los más pobres del planeta.

En el siguiente mapa mundial se representan los cuatro grupos de países según el valor alcanzado en el IDH: en color azul el grupo con valor muy alto (>0,784), en color morado el nivel alto (0,677-0,784), en fucsia el valor medio (0,488-0,676), y en color rojo el grupo de países con valor bajo del IDH (<0,488). En color gris figuran los países sin datos disponibles.

Fuente: Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Índice_de_Desarrollo_Humano)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) clasifica a los países, según el valor obtenido en el IDH, en tres categorías, que se representan en el siguiente mapa: en color azul los países desarrollados (muy alto), en color amarillo los países en vías de desarrollo (alto y medio) y en color marrón los subdesarrollados (bajo).

Fuente: Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Índice_de_Desarrollo_Humano)

En el vídeo siguiente se muestran los resultados obtenidos para las tres dimensiones que conforman el IDH en los distintos continentes de la Tierra, poniéndose de manifiesto las fuertes desigualdades existentes a nivel mundial:

Vídeo tomado del usuario de Youtube "WebSchoolFiladelfia"

En este otro vídeo, elaborado por el PNUD de la ONU, se presenta la situación de algunos países en desarrollo según el Informe de Desarrollo Humano de 2010:

Vídeo tomado del usuario de Youtube "undp"

En el siguiente gráfico interactivo se muestran los valores del IDH (2010) y la clasificación de los 169 países que participan en el programa:

En el gráfico siguiente se puede observar la evolución del IDH en España desde 1980 hasta 2010, en comparación a la media de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el DEsarrollo) y del mundo:

Fuente: PNUD (http://hdrstats.undp.org)

En la siguiente tabla figuran los valores de las dimensiones que conforman el IDH para España en el año 2010. Como se puede observar ocupa el vigésimo lugar, con un valor del IDH de 0,863 (muy alto), correspondiente al grupo de países desarrollados según la clasificación del FMI:

En los gráficos y tablas anteriores se puede observar que las tres dimensiones que conforman el IDH en la mayoría de los casos evolucionan en la misma dirección, es decir, los países con mayor renta per cápita suelen disfrutar de una mayor esperanza de vida y de más años de educación de sus habitantes. A continuación se presentan tres gráficos que confirman este supuesto: en el primero se muestra un mapa mundial coloreado según el nivel de renta por habitante, que guarda un gran parecido con el correspondiente al nivel del IDH; en el segundo se presenta la fuerte correlación existente entre los valores del PIB per cápita y los del IDH (del 92 por ciento) en una muestra de 150 países de los participantes en el programa del PNUD; en el tercer gráfico, por último, se representa la correlación entre el PIB per cápita y la esperanza de vida al nacer, que en este caso es menos intensa, del 69,21 por ciento. (Fuente: Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Índice_de_Desarrollo_Humano)

A partir del año 2010, el PNUD ha añadido a su informe anual otros tres indicadores que complementan al IDH:

1. El Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IDH-D), que, como su nombre indica, rectifica el IDH según el grado de desigualdad en la distribución de sus tres dimensiones entre la población. El IDH-D es idéntico al IDH si no existe desigualdad entre las personas, pero desciende por debajo del IDH a medida que aumenta esa desigualdad. En este sentido, el IDH-D es el nivel real de desarrollo humano, teniendo en cuenta su desigualdad, mientras que el IDH puede considerarse como un índice de desarrollo humano "potencial" (valor máximo del IDH-D) que podría lograrse si no hubiera desigualdad, es decir, si todas las personas que forman la sociedad tuvieran exactamente las mismas oportunidades en términos de salud, educación y renta. La "pérdida" en desarrollo humano potencial debida a la desigualdad viene dada por la diferencia entre el IDH y el IDH-D y puede expresarse en términos porcentuales.

En el año 2010 la pérdida promedio en el IDH debida a la desigualdad fue del 24%, con un recorrido que va del 6% (República Checa) al 45% (Mozambique). El 80 por ciento de los países pierde más del 10%, y el 40 por ciento desciende en más del 25%. Por otra parte, los países con menor desarrollo humano tienden a tener más desigualdad y, por tanto, mayores pérdidas en desarrollo humano: Namibia pierde un 44%, la República Centroafricana un 42% y Haití un 41%.

El gráfico siguiente muestra los valores de los dos índices, el IDH-D y el IDH para los diferentes países:

2. El Índice de Desigualdad de Género (IDG), que se construye sobre la misma base que el IDH y el IDH-D para medir las diferencias en la distribución de los logros conseguidos entre hombres y mujeres (tasa de mortalidad materna, representación de la mujer en el parlamento, etc.). El índice varía entre 0 y 1, siendo mayor el valor cuanto mayor sea la desigualdad entre géneros.

El Informe sobre Desarrollo Humano del año 2010 muestra que la desigualdad de género varía considerablemente entre los países, desde una pérdida del 17% en Holanda hasta el 85% correspondiente a Yemen. Los 10 países menos igualitarios en materia de género son: Camerún, Costa de Marfil, Liberia, República Centroafricana, Papua Nueva Guinea, Afganistán, Malí, Níger, República Democrática del Congo y Yemen, con un IDG promedio de 0,79. En el otro extremo, las sociedades más igualitarias en cuanto a género son Holanda, Dinamarca y Suecia, con un valor medio del IDG de 0,198. El gráfico siguiente muestra los valores del IDG junto a los del IDH en los países estudiados:

3. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que identifica múltiples privaciones individuales en materia de educación, salud y nivel de vida. Cada persona de un determinado hogar se clasifica como pobre o no dependiendo del número de privaciones a las que está sometida su familia. El IPM usa 10 indicadores (entre ellos, tener menos de 5 años de educación, no tener electricidad o no tener acceso a agua potable) y una familia se considera pobre si sufre carencias en más de tres de ellos. Luego los datos se agregan para medir la pobreza a nivel nacional.

Según el Informe sobre Desarrollo Humano del año 2010, alrededor de 1.700 millones de personas, de los 104 países cubiertos por el IPM (la tercera parte de su población total), son pobres en múltiples dimensiones. De esta cifra, un 85 por ciento de las personas viven con menos de 1,25$ al día. El África Subsahariana sufre la mayor incidencia de pobreza multidimensional, con una media del 65 por ciento de su población pobre, aunque los porcentajes varían desde el 3% en Sudáfrica, a un impresionante 93% en Níger. Sin embargo, la mitad de los pobres del mundo en términos del IPM vive en Asia Meridional: 844 millones de personas frente a los 458 millones de África Subsahariana.

En el siguiente enlace a la web de Worldmapper se puede ver un mapa mundial animado en el que el tamaño de los países va aumentando según la categoría de los ingresos de su población, desde 1$ al día a más de 200$: http://www.worldmapper.org/animations/income_animation.html  

EL ÍNDICE PROGRESO REAL O GENUÍNO

El Índice de Progreso Real (IPR) es un indicador similar al Índice de Bienestar Económico Sostenible pero ampliado, y su característica principal es que diferencia entre el crecimiento económico que añade bienestar a la sociedad y el que no lo hace.

El IPR incorpora los mismos valores monetarios de consumo e inversión del PIB, pero además ajusta algunos factores (como la distribución de la renta), añade otros (como el valor de la actividad doméstica y el voluntariado), y elimina otros (como el coste de la contaminación o el derivado de los delitos). Este indicador resta como costes los derivados del agotamiento o degradación del medio ambiente, los efectos del cambio climático o la gestión de residuos radioactivos. Y valora positivamente la reducción de la jornada laboral, o aumento del tiempo libre, al considerarlo un indicador de calidad de vida y bienestar social. Por último, considera como una reducción del bienestar la existencia de deuda externa, al ser una señal de superar las posibilidades financieras del país.

En el caso de Estados Unidos, mientras que el PIB per cápita se duplicó desde 1950 hasta finales del siglo XX, el IPR creció en las décadas de 1950 y 1960 para disminuir drásticamente, hasta un 45 por ciento, a partir de los años 70. Esta evolución se puede apreciar en el gráfico siguiente (GDP equivale al PIB, y GPI al IPR):

Fuente: http://www.dieoff.com/page11.htm

LA FELICIDAD INTERIOR BRUTA

Este concepto se ha desarrollado en un pequeño país del Himalaya, Bután, que hace unos años decidió incorporar la calidad de vida de sus ciudadanos a los objetivos prioritarios del Estado. Para cumplir con dicho objetivo idearon este indicador, la Felicidad Interior Bruta (FIB), que recoge aspectos como el acceso a la asistencia sanitaria, el tiempo disponible para la familia y los amigos, la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, o el disfrute del arte.

El siguiente vídeo cuenta la historia reciente de este estado, y los motivos que le llevaron a sustituir el enfoque materialista del PIB por el más espiritual FIB:

Vídeo tomado del usuario de Youtube "aratoealfrael"