2. La Producción Final: el PIB

La primera variable que vamos a estudiar es la producción final total de un país durante un período de tiempo, generalmente un año, que coincide con la Oferta Agregada, u oferta total de bienes y servicios. Se trata del Producto Interior Bruto o PIB, el indicador económico más utilizado a nivel mundial.

Se trata de sumar, en términos monetarios, la totalidad de bienes y servicios finales producidos por las empresas, tanto privadas como públicas, de los tres sectores económicos básicos: agricultura, industria y servicios. Se contabilizan sólo los bienes finales porque las materias primas, u otros materiales, ya van incorporados al valor del producto; por ejemplo, se cuenta el valor del pan, pero no el de la harina que contiene. En este sentido, el producto final es equivalente a la suma de los valores añadidos generados a lo largo de la cadena de valor de cada bien o servicio.

Producción = Valor Añadido = Oferta Agregada

donde qi es la cantidad producida por la empresa i, y Pi el precio del producto.


EJEMPLO

El ejemplo anterior pone de manifiesto el efecto engañoso que puede tener la evolución de los precios sobre la variación del PIB: si los precios suben en un periodo de tiempo, aún permaneciendo invariables las cantidades producidas, el resultado final será un incremento de la producción en términos monetarios; sin embargo, la cantidad física producida es la misma. Para solucionar este problema, se distinguen dos magnitudes: el PIB Nominal y el PIB real. (Recuerda el apartado 6 del tema anterior: El dinero y la inflación).

El PIB Nominal o PIB a precios corrientes, es la producción de bienes y servicios finales durante un periodo de tiempo valorada según los precios vigentes en ese periodo. El PIB real o PIB a precios constantes, es la producción de bienes y servicios finales durante un periodo de tiempo valorada según los precios de un periodo anterior, tomado como periodo base. El cálculo de la producción a precios constantes de un año base elimina el efecto de la variación de los precios, y consigue reflejar la variación de la producción en términos físicos al compararla con años anteriores.

El PIB real se puede obtener a partir del PIB nominal conociendo la tasa de inflación del periodo (g) o el llamado "deflactor" (d: medida de la evolución de los precios de los bienes producidos), a través de la siguiente expresión:

PIB real = PIB nominal / (1 + g)

donde g (o d) se expresa en tanto por uno

La importancia de la medida de la producción de un país radica en el carácter prioritario que suele tener el crecimiento económico en las políticas aplicadas por los gobiernos, que se traduce en un incremento de la producción final de bienes y servicios: en unas condiciones de crecimiento de la población en un país, deberá aumentar la cantidad de bienes y servicios producidos por las empresas, y con ello el número de empleos, para mantener el bienestar de la población. Lógicamente, el crecimiento económico vendrá dado por un crecimiento del PIB en términos reales, y no meramente nominales. 

El PIB es la medida de la producción más utilizada a nivel mundial, sin embargo, existen otros criterios de medición, cuya combinación da lugar a diferentes indicadores:

a) Según su carácter geográfico o nacional:

Si llamamos RFN a la renta obtenida por las empresas nacionales en el exterior, y RFE a la renta que obtienen las empresas extranjeras dentro del país, tenemos la siguiente equivalencia:

PN = PI + RFN - RFE

b) Según la valoración de los bienes y servicios:

Llamando Ti a los impuestos indirectos, la equivalencia entre ambas es:

cf = pm - Ti

c) Según la consideración de la depreciación del capital:

Si denominamos D a la depreciación del capital, tenemos:

PN = PB - D

El indicador de la producción que más se utiliza en los distintos países es el PIB: el Producto Interior Bruto (a precios de mercado). Se prioriza, por tanto, el carácter geográfico de la producción frente al nacional. Y se opta por el valor en bruto, sin descontar la amortización, debido a la dificultad de su medida y a los diferentes criterios aplicados para su cálculo. Por último, se valora a precios de mercado, al precio final pagado por el consumidor. Hay que tener en cuenta que cuando se presenta un indicador sin especificar si es a pm o a cf, se entiende que es el primero, a precios de mercado.

El siguiente gráfico recoge el PIB de España en el período 2.000-2.023, medido en millones de euros y a precios corrientes, es decir, en términos nominales, sin descontar el efecto de la inflación:

En el gráfico se observa cómo decrece el PIB en los periodos de recesión económica, como ocurre en los años 2009 a 2013 coincidiendo con la crisis financiera mundial. Más tarde, en 2020 se produce un fuerte caida del PIB como consecuencia de la pandemia del COVID y el parón que supuso en la actividad económica mundial. El resto de periodos se caracterizan por el incremento continuo del PIB nominal, indicador de crecimiento económico.

El gráfico siguiente muestra el crecimiento (o decrecimiento) del PIB en el periodo de referencia.

El crecimiento nominal del PIB es engañoso cuando los precios son inestables. Como vimos en el tema anterior, si existe inflación el crecimiento real es inferior al nominal, ya que este último se produce por la subida de precios, y no por un incremento real de la producción. 

El gráfico siguiente muestra una comparativa entre el crecimiento del PIB en España en términos nominales y valores reales para el periodo 2.005-2.023. Se puede apreciar una diferencia notable entre ambos. En el año 2.023 el crecimiento nominal fue del 2,5 por ciento, mientras que la tasa de inflación se situó en el 3,56 por ciento, dando como resultado un decrecimiento del PIB en términos reales del 1,02 por ciento.

Un indicador importante, que aporta más información que el PIB en términos absolutos, es el PIB per cápita o por habitante, que pone en relación la producción total de un territorio con el número total de personas que ha participado en su obtención, la sociedad en su conjunto. Es el indicador más utilizado para hacer comparaciones internacionales.

El gráfico siguiente muestra el valor en euros de este indicador para las distintas comunidades autónomas, así como las medias de la Unión Europea y de España.

El gráfico refleja la gran disparidad entre comunidades autónomas respecto al PIB per cápita: la comunidad de Madrid encabeza el ranking y obtiene un valor un 82,2 por ciento superior al alcanzado por Andalucía, comunidad que figura a la cola. Por otra parte sólo dos comunidades, Madrid y País Vasco, superan a la media de la Unión Europea, y sólo siete se sitúan por encima de la media de España. Los datos corroboran la gran desigualdad en la distribución de la producción y de la renta en España, rasgo típico del capitalismo.

Por último, y como resumen de lo visto acerca del PIB, tenemos un vídeo en el que el INE explica cómo se elabora este importante indicador.

Vídeo tomado del usuario de YouTube "INEDifusión"