2.1. La cantidad demanda de un bien y su precio

El mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales para la toma de decisiones de compra por los consumidores. El precio, por tanto, es una variable fundamental para el estudio de la demanda, y conviene "aislarla" del resto de variables de la función de demanda. De esta forma, se puede analizar la relación de la cantidad demandada de un bien con su precio, ceteris paribus, es decir, manteniendo constantes las otras tres variables: la renta de los consumidores, el precio de los bienes relacionados y las preferencias.

¿Qué relación mantiene la demanda de un bien con su precio?

La Ley de la Utilidad Marginal Decreciente afirma que la satisfacción que obtiene un consumidor al incrementar sucesivamente las unidades que consume de un bien es cada vez menor. Este enunciado puede interpretarse también en términos de valor: el consumidor otorga un valor (medida de su utilidad) cada vez menor a las unidades adicionales de un bien.

De la ley se deduce que el precio que está dispuesto a pagar el consumidor por unidades adicionales del bien, es también decreciente. Por las primeras unidades del bien está dispuesto a pagar precios altos, correspondientes a un grado de satisfacción alto; pero cuanta más cantidad tiene del bien, menor es el grado de utilidad que le aporta, por lo que el precio que está dispuesto a pagar es menor cada vez.

Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:

A menor precio mayor demanda y a mayor precio menor demanda

Supongamos un consumidor que nos revela sus intenciones de ir al cine mensualmente en función del precio de la entrada. La gráfica y la tabla siguientes muestran su elección para varios precios (€):

La curva de demanda resultante de las elecciones del consumidor es convexa y decreciente: si el precio de la entrada es 10 €, sólo iría al cine una vez al mes; si el precio baja a 6 € iría tres veces; y si fuera de 2 €  acudiría 7 veces cada mes.

Mediante el ejemplo se ha expresado la curva de demanda para un consumidor individual. Si se tratara de representar a todos los consumidores de un mercado, por ejemplo, de Estella, la curva de demanda sería el resultado de sumar horizontalmente las cantidades demandadas por los distintos consumidores para cada precio. Esta curva de demanda del mercado tiene la misma forma que la individual, pero en el eje de abscisas aparecen las sumas de las cantidades demandadas por el conjunto de consumidores, como se representa en esta otra gráfica:

La curva en este caso representa la cantidad demandada por todos los consumidores que forman el mercado para cada uno de los precios: a 10 €, irían al cine 100 consumidores cada mes, a 6 € la entrada el consumo aumentaría a 300 visitas, y a 2 € irían 700 personas en un mes.

Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos a lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.

En los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para representar la demanda, pero para facilitar su estudio y simplificar la realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la demanda como una recta decreciente en relación al precio:

 

La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación de la recta:

QD = 850 - 75P     ceteris paribus

La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la demanda. Si el precio fuera cero (P=0) la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas de cine al mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 € nadie iría al cine (QD=0).

Ejemplo

En un pequeño pueblo de Navarra se estima la demanda semanal de naranjas mediante la siguiente función:

QD = 1000 - 200P

La cantidad de naranjas se mide en kilogramos y el precio en euros.

1. ¿Cuál es el precio máximo por kilogramo de naranjas que están dispuestos a pagar los consumidores del pueblo?

2. Y si las naranjas fueran gratis, ¿cuántas comprarían cada semana?

3. ¿Cuántas naranjas se consumirían si el kilogramo se vendiera a 3€? ¿y si el precio fuera de 1€ el kilogramo?

Para contestar a estas cuestiones sólo tenemos que observar y analizar la función de demanda.

Respuesta 1

Para solucionar esta cuestión veamos para qué precio nadie compraría naranjas.

En ese caso la cantidad demanda sería cero, por lo que la ecuación quedaría de la siguiente forma:

0 = 1000 - 200P

Operando:

1000 = 200P

P = 1000/200 = 5€/Kg.

El resultado indica que si el precio de las naranjas llega a 5€/Kg. la gente no está dispuesta a comprar nada. 

Se puede deducir, por tanto, que el precio máximo será 4,90€/Kg. (por no andar con céntimos de euro).

Respuesta 2

"Las naranjas son gratis" se expresa en nuestra función igualando a cero el precio (P):

QD = 1000 - 200(0) = 1000

Los habitantes del pueblo consumirían 1000 kilogramos de naranjas a la semana si éstas fueran gratis.

Respuesta 3

Si P = 3€/Kg. necesitamos saber cuántas naranjas se consumirían semanalmente. Para obtener este dato sólo hay que sustituir en la ecuación de la demanda de naranjas el valor del precio:

QD = 1000 - 200(3) = 1000 - 600 = 400 Kg./semana

Operamos de la misma forma si el precio por kilogramo es de 1€:

QD = 1000 - 200(1) = 1000 - 200 = 800 Kg./semana

Tal como esperábamos, al bajar el precio de 3 a 1€ el consumo semanal de naranjas aumenta al doble, pasando de 400 a 800 kilogramos.

En los últimos años el gobierno de España ha aplicado medidas "antitabaco" para reducir el consumo de este "bien", entre ellas la subida de su precio, vía aumento de los impuestos que gravan el tabaco, que suponen alrededor del 70 por ciento de su precio. Se puede esperar una caída del consumo, aún teniendo en cuenta que se trata de un bien de carácter adictivo del que no es fácil desengancharse. La relación entre el consumo de tabaco y su precio se analiza en el siguiente artículo.

La Ley de la Demanda Decreciente respecto al precio debe cumplirse siempre, en caso contrario no sería una "Ley". Se puede pensar en cualquier bien de precio alto, por ejemplo los iPhone, que siguiendo la ley deberían venderse en menor cantidad que sus sustitutivos, los Android. El siguiente reportaje de Computer Hoy (J.A.Pascual, 07/07/2018) analiza las cuotas de mercado mundiales de los smartphone, confirmando las menores ventas de Apple en comparación al resto: Android vs iPhone