Las causas del paro
La teoría económica neoclásica explica la existencia de desempleo como un exceso de oferta de trabajo con salarios por encima del equilibrio. Para restaurar el equilibrio del mercado, habría que bajar los salarios hasta que coincidan la oferta y la demanda, desapareciendo el paro.
Según este enfoque, el problema que subyace al desempleo es la rigidez de los salarios, que impide que éstos bajen lo suficiente como para ajustar la oferta y la demanda de trabajo. La rigidez salarial proviene de dos factores: la acción de los sindicatos, que presionan al alza, y la del Gobierno, que establece un salario mínimo que garantice una vida digna a todo trabajador.
Bajo esta escuela de pensamiento liberal, la solución del paro pasaría por la liberalización total del mercado de trabajo. Es decir, la eliminación de la acción de los sindicatos y del Gobierno, y la consecuente reducción de salarios.
La teoría económica keynesiana, por su parte, achaca las causas del desempleo, no al propio mercado de trabajo, sino al de bienes y servicios. La explicación es que la demanda de trabajo es una demanda derivada de la producción y ventas de las empresas: a mayor demanda de bienes y servicios, mayor producción y mayor demanda de empleo. Pero si la demanda de bienes y servicios disminuye, las empresas reducen su actividad productiva y también sus necesidades de trabajo, apareciendo el paro. En esta situación, los keynesianos proponen que el Estado tome la iniciativa y estimule la actividad económica mediante la inversión pública.
Otros factores que pueden explicar el desempleo son los siguientes:
Desajustes entre la oferta y la demanda en relación a la cualificación de los trabajadores: suele ocurrir que en determinados momentos el mercado ofrece una gran cantidad de personas con una cualificación concreta pero las empresas no la necesitan en esa cuantía, generándose desempleo en la profesión. Es el caso de los albañiles o los arquitectos en el sector de la construcción en los periodos de crisis económica, que afecta especialmente a este sector. O el exceso de personas con titulación universitaria que caracteriza el mercado de trabajo en España, frente a la escasez de titulados medios con formación profesional.
El desigual reparto del empleo: a pesar de la regulación de la jornada laboral máxima, existen personas que están pluriempleadas o hacen horas extraordinarias sistemáticamente, mientras que otras no tienen trabajo. Si la distribución del empleo fuera más igualitaria, podría paliarse el problema del paro. En esta línea ha surgido un movimiento a favor del reparto del tiempo de trabajo: trabajar menos, y ganar menos, para poder trabajar más personas.
La tecnología: los avances tecnológicos, concretamente la robotización de tareas, llevan a una continua sustitución de trabajo por capital, combinación más eficiente desde el punto de vista empresarial. Los robots consiguen una productividad muy superior a la que alcanza el trabajo humano, apropiándose la empresa de estas ganancias. En este sentido existe actualmente un rico debate sobre a quién pertenecen estas ganancias de productividad, esta generación de valor, y cómo deben repartirse. Desde el punto de vista social, ¿no debería distribuirse entre empresa y trabajadores? Incluso se ha planteado la posibilidad de que los robots coticen a la seguridad social como sujetos creadores de valor.
En el vídeo siguiente se plantea la amenaza laboral que puede implicar la robotización y abre el debate sobre el futuro de las sociedades: ¿habrá empleo para tod@s? ¿se aprovechará la mejora de la productividad para erradicar el hambre y la pobreza? o, por el contrario ¿se agrandarán las desigualdades socioeconómicas?
Vídeo adaptado del usuario de Youtube "Oppenheimer"
Este otro vídeo va más allá y plantea la iniciativa del sindicato UGT en el sentido de que los robots deben cotizar a la Seguridad Social como sujetos creadores de valor. ¿Qué opinas al respecto?
Vídeo tomado del usuario de YouTube "Canal Social UGT"