3. Los distintos tipos de necesidades

La necesidad es una motivación, o impulso humano, dirigida a satisfacer una carencia de naturaleza diversa.

Las necesidades se refieren a aquellos bienes y servicios sin los cuales no es posible la supervivencia o una calidad de vida digna. Hay que diferenciarlas de los deseos, o la consecución de cosas que nos hacen sentir mejor. Esta diferencia es importante, si bien se tiende a confundir ambos conceptos y su línea de demarcación a veces es difusa, especialmente en la sociedad actual, en la que se consumen cantidades ingentes de bienes superfluos.

Las necesidades económicas son aquellas cuya satisfacción exige el empleo de recursos escasos y, por tanto, la realización de actividades económicas.

La mayoría de las necesidades humanas tienen carácter económico, puesto que para satisfacerlas se requieren recursos que son escasos. Sin embargo, no todas tienen este carácter. Por ejemplo, pasear, o tomar el sol pueden ser necesidades que no implican el uso de recursos escasos, más allá del tiempo dedicado a satisfacerlas. Pero hemos dicho que el tiempo es nuestro recurso más preciado y escaso, ¡nuestra propia vida! ¿Entonces?. 

Por otra partes los seres humanos tenemos otras necesidades de orden social o anímico: amig@s, afecto, aceptación... que tampoco se pueden considerar necesidades económicas.  Se suelen distinguir dos tipos de necesidades humanas, aunque muchas veces los límites entre una y otra categoría no están claros.

1. Necesidades básicas o primarias: son aquellas que son imprescindibles satisfacer para sobrevivir, y son comunes a todo ser humano, como alimentarse, vestirse o tener una vivienda.

2. Necesidades secundarias: son aquellas que no son imprescindibles para la supervivencia pero que su satisfacción mejora el bienestar de las personas. Estas necesidades son esencialmente culturales, es decir, dependen del momento histórico, la zona geográfica, la clase social, el sistema económico, etc. Se incluyen en este apartado tener ropa elegante, un móvil de última generación, o hacer un viaje de placer.

En las sociedades económicamente desarrolladas la idea de bienestar ha ido evolucionando y se ha ampliado el concepto de necesidades básicas. Por ejemplo, hoy día la educación y la salud se consideran imprescindibles, y se entienden como necesidades primarias también  aquellas que hay que satisfacer para vivir dignamente como ciudadanos. El bienestar humano no se concibe como la mera supervivencia, sino como el desarrollo integral de la persona (económico, social y cultural). Sin embargo, en la mayoría de los países del mundo, los menos desarrollados, ni siquiera están cubiertas las que se han llamado "necesidades básicas" en la clasificación. Las cifras de muertes diarias por falta de alimento o de agua potable son escalofriantes.En cualquier caso, a medida que una sociedad se desarrolla, también lo hacen sus necesidades, que evolucionan hacia formas más sofisticadas, como el ocio, la comunicación o el arte. 

La Economía, como se ha señalado en el apartado anterior, supone que las necesidades humanas son ilimitadas, aunque este supuesto no es del todo realista. Si tomamos la definición dada más arriba, las necesidades serían limitadas, una vez alcanzado un nivel de vida digno. Pero la Economía no distingue entre necesidad y deseo, sino que, por el contrario, ambos conceptos  se identifican, dando lugar a ese carácter infinito que se les atribuye, ya que los deseos y caprichos sí pueden considerarse ilimitados. La sociedad actual es muy representativa de la falta de contención en el consumo y de la aparente incapacidad del ser humano a la hora de poner freno a sus deseos, siempre fomentados desde el Marketing y la Tecnología.

El siguiente vídeo muestra las nefastas consecuencias que tiene el consumismo sobre los recursos naturales del planeta Tierra, la vivienda de todos los humanos.

Vídeo tomado del usuario de YouTube "Energía Verde"