Esta epístola, una de las llamadas «de la cautividad», fue dirigida a un tal Filemón, hombre de nota en Colosas y, probablemente, anciano de aquella iglesia. Éste tenía un esclavo llamado Onésimo, que significa «útil», pero últimamente había resultado perjudicial a su amo, pues le había robado (probablemente sisando; comp. con Tit. 2:10), escapándose a continuación y llegando a Roma, donde la providencia de Dios le esperaba, pues habiéndose hecho encontradizo con Pablo, que allí estaba preso, fue convertido a la fe cristiana mediante el ministerio del apóstol. Al ser Onésimo esclavo de Filemón, Pablo no podía retenerle consigo sin el consentimiento de su amo, pero le envió a éste una carta de recomendación, en la que le pide con todo interés que le perdone y le acoja amablemente. No hay razón para dudar de que Pablo consiguió de Filemón lo que le pedía.
En cuanto a la división de la epístola, seguimos los epígrafes de la Ryrie Study Bible:
I. Saludos (vv. 1–3).
II. Alabanza de Filemón (vv. 4–7).
III. Petición a Filemón (vv. 8–17).
IV. Garantía a Filemón (vv. 18–21).
V. Asuntos personales (vv. 22–25).
Versículos 1–3
Como en las demás epístolas paulinas, hallamos aquí el remitente, el destinatario y la bendición- saludo inicial.
1. El remitente es doble (v. 1a): «Pablo, prisionero (mejor, encadenado) de Cristo Jesús (esto es, por causa de su dedicación al Señor) y Timoteo el hermano (en la fe cristiana)» (lit.). El vocablo griego désmios significa (como en Mt. 27:15, 16; Mr. 15:6; Hch. 16:25, 27; 23:18; 25:14, 27; 28:17; Ef. 3:1; 4:1; 2 Ti. 1:8 y aquí en el v. 9), el preso en cadenas (v. por ej. Hch. 26:29, al final). Timoteo acompañaba a Pablo cuando el apóstol escribía la carta.
2. También los destinatarios son varios (vv. 1b, 2): «a Filemón, el amado (hermano) y colaborador nuestro, y a Apfía (o Afía, no Apia) la hermana y Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que (está) en tu casa» (lit.). Pablo llama a Filemón colaborador (gr. sunergó, vocablo ya conocido; con ésta, son diez veces las que ha salido en los escritos de Pablo, y todavía saldrá una más en el v. 24) y a su hijo (probablemente) Arquipo lo llama «compañero de milicia» (lit. cosoldado; gr. sustratióte) lo que indica que ambos eran líderes de iglesia: el primero, en Colosas; el segundo, en Laodicea (v. Col. 4:17). Por lo que se ve, la familia entera se había convertido hasta poder hablarse de «iglesia» o centro de reunión al que acudían los demás fieles que vivían en la vecindad.
3. La bendición-saludo (v. 3) es exactamente la misma de Romanos 1:7, a cuyo comentario remitimos al lector.
Versículos 4–7
En estos versículos, dentro de una acción de gracias a Dios, el apóstol reconoce las cualidades (o gracias) cristianas de amor, fe y buenas obras que brillan en Filemón.
1. Vemos primero la acción de gracias de Pablo (v. 4): «Doy gracias a mi Dios siempre, haciendo (participio de presente) memoria de ti en mis oraciones». Al decir «mi Dios», el apóstol expresa su siempre íntima relación y comunión con Dios, a quien sirve (comp. con 2 Ti. 1:3). «Hacer memoria» (como en Ro. 1:9) no significa meramente recordar, sino mencionar «en voz alta», como dice S. Bartina.
2. El versículo 5 presenta un problema de exégesis, según aparece a primera vista: «porque oigo (participio de presente) de tu amor y de la fe que tienes hacia (gr. pros, como en Jn. 1:1b, entre otros lugares) el Señor Jesús, y para con (gr. eis) todos los santos» (lit.), es decir, todos los creyentes. El problema está en cómo interprelar eso de «la fe … para con todos los santos». ¿Qué clase de fe es ésta? Hay tres métodos de solución, claramente expuestos por H. Carson:
(A) «Es posible interprelar fe como fidelidad.» Entonces, Pablo daría a entender que Filemón estaba sirviendo al Señor y a los creyentes con amor y fidelidad.
(B) «También es posible ver aquí un quiasmo.» Un quiasmo es una figura de dicción en la que los miembros de un párrafo se cruzan, de modo que el primero, por ejemplo, se corresponde con el cuarto, y el segundo con el tercero. En el caso presente, la correspondencia sería como sigue:
«Porque oigo de tu amor (a) y de la fe que tienes (b) hacia el Señor Jesús, (c)
y para con todos los santos» (d)
(a) se corresponde con (d), y (b) se corresponde con (c).
(C) «Hay, sin embargo, una tercera posibilidad, que consiste en tomar ambos, el amor y la fe estrechamente entrelejidos en una actitud que, por una parte, está dirigida hacia el Señor y, por otra, hacia los santos». A mi juicio, esta última es la mejor solución. El distinto nivel de los objelos de dedicación se echa de ver suficientemente por la diversidad de proposiciones: pros, en relación con el Señor; eis, en sentido de dirección a los hermanos.
3. Según S. Bartina, el versículo 6 «es el más oscuro de toda la carta». Es de notar que el versículo 5 forma una digresión parentética, por lo que el versículo 6 empalma con el versículo 4, lo que se aclara supliendo el verbo orar: «y oro para que la participación (gr. koinonía, comunión) de tu fe se haga operante (gr. energués, eficaz) en el pleno conocimiento de todo el bien (que hay) en nosotros (mejor atestiguado, en los MSS, que vosotros) en orden a (gr. eis) Cristo» (lit.). Me temo que a Bartina los árboles le han impedido ver el bosque, pues ya ha comenzado mal al traducir: «porque tu fe participada se hace operante …», sin advertir que guénelai no está en indicativo, sino en subjuntivo. A continuación examina una gran cantidad de interprelaciones sugeridas por tan expertos exegelas como Dodd, Bultmann, Dibelius, González Ruiz, Zedda y Médebielle. Con toda la modestia de quien se sabe muy inferior a todos ellos en exégesis bíblica, permítaseme aventurar el juicio siguiente: Creo que se equivocan por no entender quién es el que comparte la fe. Lo que Pablo desea, y por lo que ora, es que los demás miembros de la comunidad cristiana compartan la fe que hay en Filemón, a fin de que, de este modo, el nivel de fe de toda la comunidad se muestre operante en el pleno conocimiento de las ricas bendiciones que todos han recibido, y este pleno conocimiento «les conduzca a una confianza más honda en Cristo y a prestarle obediencia también más profunda» (Carson).
4. En el versículo 5, Pablo ha mencionado el amor y la fe de Filemón. En el versículo 6, propone como ejemplo para todos la fe de Filemón, la cual, si es compartida por los demás miembros de la comunidad, será operante para que todos ahonden en el conocimiento de las realidades sobrenaturales que hay en ellos. En el versículo 7, Pablo se refiere al amor de Filemón, que ha sido causa de gozo y consolación en todos, ya que, dice el apóstol, «por medio de ti, hermano, han obtenido refrigerio (gr. anapépautai, en prelérito perfecto: acción pasada con efectos duraderos en el presente) las entrañas de los santos» (lit.). Dice Bartina: «Entre los hebreos las entrañas eran la sede de los sentimientos, incluso de los más nobles, y vienen a expresar lo mismo que nuestra palabra corazón». ¿A qué se refiere aquí Pablo? No hay que devanarse los sesos para adivinar al instante que el apóstol alude a la generosidad de Filemón, gracias a la cual muchos de los miembros de la comunidad cristiana, necesitados de bienes materiales, se habían visto aliviados por el amor práctico de Filemón (comp. con 1 Jn. 3:17, 18). Nótese que Pablo mismo no debía nada a Filemón (v. 19), por lo que el entusiasmo con que comparte el gozo y el consuelo de los demás muestra más subidos quilates de generosidad.
Versículos 8–17
Viene ahora la pelición que Pablo hace a Filemón a favor de Onésimo.
1. «Por lo cual, dice Pablo (v. 8), esto es, por la generosidad que Filemón ha mostrado tan abundantemente, aunque tengo mucha libertad (gr. parrhesían, vocablo bien conocido, pues ha salido ya 23 veces, con esta, y aún ha de salir otras 8 veces) en Cristo para mandarte lo que es correcto (que hagas)» (lit.). Dejamos aquí en suspenso el sentido, a fin de analizar un par de expresiones.
(A) El apóstol afirma que tiene libertad, esto es, puede tomarse la libertad, para imponer a Filemón un mandato (gr. epitássein, de la misma raíz que el sustantivo epitagué, bien conocido), pero nótese que dice tener tal libertad en Cristo, es decir, en virtud de la autoridad y de la comisión apostólicas recibidas del Señor, no le manda como persona privada, sino como delegado de Cristo.
(B) Dice que tiene esa libertad para mandarle lo que es correcto (o apropiado) que Filemón haga. (Ése es el sentido del participio griego anékon, verbo que ha salido ya en Ef. 5:4; Col. 3:18, y ya no vuelve a salir más.) No es, pues, una mera «conveniencia», sino algo que a Filemón le «corresponde» hacer.
2. El apóstol continúa diciendo (v. 9) que, a pesar de la libertad que tiene para mandarle (v. 8), no le manda, sino que le ruega o, mejor, que apela (gr. parakaló, aquí en sentido de apelación; comp. con 2 Co. 5:20) a él: «Más bien apelo (a ti) por amor, siendo cual soy (yo) Pablo (ya) anciano (gr presbútes, como en Lc. 1:18 y Tit. 2:2), y ahora, además, un preso encadenado de Cristo Jesús» (lit. V. el comentario al v. 1). La humilde apelación de Pablo, al dar de lado a su autoridad y libertad para mandar a Filemón, se basa aquí: (A) no en la autoridad, sino en el amor; (B) no en su personalidad, sino en su ancianidad; (C) no en sus virtudes, sino en sus cadenas.
3. En los versículos 10–12, declara cuál es su apelación. La apelación está formulada en los versículos 10a, 12, mientras que los versículos 10b, 11 contienen dos razones con que refuerza su apelación.
(A) La apelación es la siguiente: «Apelo a ti a favor de (gr. perí, acerca de) mi hijo, al que engendré en mi encadenamiento, a Onésimo … el cual vuelvo a enviarte, a él en persona (gr. autón, al propio), esto es, mis entrañas» (lit.; para el sentido de este último vocablo, véase el comentario al v. 7). Nótese la tremenda concisión de las frases de Pablo, a causa de la ternura que siente al escribir esto, por lo que, según los más importantes MSS, ni siquiera emplea el verbo acógele (gr. proslaboú, aoristo de imperativo), que los MSS posteriores han añadido, como si al apóstol se le hubiese olvidado en el ardor de la emoción. Dice H. Carson: «La afectuosa referencia a Onésimo (en el v. 10) es típica del cálido lazo de amor que existía entre Pablo y sus convertidos. Es también una anotación sobre lo que la gracia de Dios había obrado en el apóstol mismo. Éste es el fariseo de antaño, confiado en su propia justicia, el heredero del exclusivismo judío, y está hablando de un pagano, y de un esclavo pagano, y de las heces mismas de la sociedad romana—y con todo, se refiere a él como a su hijo—» Por otra parte, las frases entrecortadas del versículo 12 dan a entender que, al devolver a Filemón su antiguo esclavo Onésimo, es como si se desprendiera él mismo de parte de su propia persona, de lo mejor que hay en él: ¡su propio corazón!
(B) Las razones con que Pablo refuerza su apelación a Filemón para que acoja favorablemente a Onésimo son dos: (a) es su hijo en la fe (v. 10b), a quien engendró en Cristo Jesús mediante el Evangelio (v. 1 Co. 4:15), por lo que apela a Filemón para que lo trate como a hijo de su amigo Pablo; (b) antes le fue inútil; más aún, le fue perjudicial, pues le robó; pero ahora, ya convertido, le será útil, como lo es para el propio Pablo (v. 11). Aunque el apóstol usa ákhreston para «inútil», y eúkhreston para «útil», no cabe duda de que, aprovecha el significado de «Onésimo», que significa «provechoso», para hacer un juego de palabras.
4. La apelación de Pablo queda todavía más reforzada: (A) por la forma tan caballeresca con que se comporta al enviárselo, ya que podía retenerle (vv. 13, 14); (B) por los buenos servicios que, hecho ya cristiano, Onésimo ha de prestarle a Filemón (vv. 15–17).
(A) Dicen así los versículos 13 y 14 (lit.): «a quien yo quería (el verbo fuerte eboulomen, con el sentido de «”tenía intención de”) relener junto a (gr. pros) mí mismo, para que en lugar de (gr. huper, como sinónimo de antí) ti me sirviera en las cadenas del Evangelio (es decir, sufridas por la causa del Evangelio), mas aparte de tu consentimiento (gr. gnómes) no quise (el verbo suave elhélesa, el mismo de 1 Ti. 2:4) hacer nada, para que tu bondad (esto es, tu buena acción) no fuese como por necesidad (es decir, forzado), sino por impulso espontáneo».
(a) Lo primero que salta a la vista aquí es la extrema finura y delicadeza del apóstol (nótese, por ejemplo, ese «en lugar de ti me sirviera»). Esas líneas son un modelo de cortesía cristiana, y hasta de diplomacia eficaz. Como se dice en Aragón: «parece que está dando cuando pide».
(b) En la frase de Pablo, notada en el paréntesis del párrafo anterior, se puede advertir una indirecta fina del apóstol a Filemón, que se hace explícita, directa, en el versículo 19b («aun tú mismo te me debes a mí»). Los beneficios espirituales que Filemón había recibido de Pablo (incluida probablemente su conversión mediante el ministerio del apóstol) le obligaban en cierto modo a prestar sus servicios a Pablo (comp. con 1 Co. 9:11).
(c) En lugar de hacer uso de sus derechos, y retener a Onésimo, el apóstol prefiere enviarlo a su anterior amo. Dice S. Bartina: «Resuelve el caso, no precisamente quedándoselo y suponiendo que el amo ya accede, ni siquiera notificándole que lo tiene en su poder e interprela su asentimiento, sino poniéndole enteramente a su disposición la cosa deseada, aquí Onésimo».
(d) Lo de «tu bondad», esto es, «tu buena acción» (gr. to agathón sou) hace referencia al obsequio que Filemón prestaría al apóstol «si decidiese devolver a Onésimo para que éste sirviera a Pablo» (Ryrie).
(B) Todavía le quedan a Pablo razones con que reforzar su apelación para que Filemón acoja favorablemente a Onésimo (vv. 15–17). Traducimos también literalmente: «Porque tal vez por esto se alejó por un tiempo (gr. pros hóran), a fin de que lo recuperases a perpeluidad, no ya como a esclavo, sino más que esclavo, (como) hermano amado, especialmente para mí, cuánto más para ti, tanto en la carne (es decir, a nivel social humano) como en el Señor (esto es, a nivel cristiano, donde ambos, amo y criado, comparten los mismos bienes espirituales, las mismas bendiciones celestiales). Si, pues, me tienes por copartícipe (gr. koinonón; comp. con v. 6 y con 2 Co. 8:23), acógele (¡ahora tenemos el verbo gr. proslaboú!) como a mí, es decir, como si fuera yo mismo».
(a) De nuevo tenemos aquí nuevas muestras de la fineza y de la cortesía cristiana del apóstol, pues, en primer lugar, no dice que Onésimo «se escapó» o «se fugó», como era, en realidad, el caso, sino «se alejó» (el mismo verbo de Hch. 18:1, 2, entre otros lugares).
(b) Con ese «tal vez» («Porque tal vez por esto se alejó, elc.») del versículo 15, el apóstol expresa su fe en los misteriosos designios de la divina providencia. Por eso ha escogido la forma pasiva («fue alejado», dice realmente, en aoristo de la voz pasiva), como dando a entender que, sin percatarse de ello, Onésimo había estado en manos de Dios cuando creía escapar para siempre de su amo. Dios había delerminado que fuese al contrario: iba a escapar por breve tiempo, a fin de quedar a perpeluidad (gr. aiónion) con su amo.
(c) También es de notar que Pablo no dice que Filemón ya no iba a recuperar en Onésimo al esclavo, sino que, más que como a esclavo lo iba a recuperar como a hermano amado. Dice Ryrie: «No (es una) emancipación legal para Onésimo, sino una emancipación práctica a causa del cambio de actitud de Filemón hacia su esclavo, quien era ahora también su hermano en Cristo».
(d) Al llamar a Filemón su «consocio» o «copartícipe» (gr. koinonón, el mismo vocablo de 2 Pedro 1:4 «copartícipes de la naturaleza divina»), el apóstol da aquí a entender que Filemón compartía con Pablo, tanto las bendiciones como las labores del Evangelio, por lo que había de recibir a Onésimo como al copartícipe de esas bendiciones y de esas labores, del mismo modo que habría de acoger al propio Pablo (v. 17).
Versículos 18–21
En estos versículos, hallamos las garantías que Pablo da a Filemón con respecto a los perjuicios que le hubiese causado Onésimo.
1. Al pedir misericordia para Onésimo, el apóstol no echa al olvido el perjuicio que Filemón sufrió por la deslealtad de su esclavo, quien se había fugado después de robarle. Lo que le pide (v. 18) es que,
«si te perjudicó, dice, en algo o te debe (algo), cárgalo a mi cuenta». Para esta última frase, usa Pablo el verbo griego ellogáo (v. la variante ellogueítai—de elloguéo—, el mismo verbo, en Ro. 5:13, los dos únicos lugares en que tal verbo ocurre en todo el Nuevo Testamento). El citado verbo se empleaba por entonces en sentido técnico comercial. No ha de pensarse por eso que el apóstol llevase una especie de cuenta corriente con Filemón.
2. En efecto, lo que con eso quiere decir lo expresa claramente en el versículo 19: «Yo, Pablo, lo escribí (aoristo epistolar, en lugar de “lo estoy escribiendo”) con mi propia mano (recordemos que Pablo solía escribir sus cartas por mano de un amanuense), yo (lo) abonaré» (lit.). En la fraseología de los versículos 17–19, ve el Dr. Ryrie «una bella ilustración de cómo nuestro pecado es imputado a Cristo, con lo que Dios nos recibe en el mérito de Su Hijo (2 Co. 5:21)». No puede asegurarse si Pablo escribió de su propia mano solamente ese versículo (la primera mitad de él), como es lo más probable, a mi juicio, o algunos versículos más, como opinan otros. Lo que es poco probable es que escribiese de su puño y lelra toda la carta (como opina Lightfoot).
3. La segunda parte del versículo 19 merece una consideración especial, ya que, en las versiones, se pierden ciertos matices importantes del original. Vamos a traducir literalmente: «por no decirte que aun a ti mismo te me debes más». No usa Pablo aquí el mismo verbo del versículo 18, como podríamos pensar por lo que leemos en nuestras versiones, sino un compuesto (gr. prosopheíleis, donde el prefijo pros adquiere un sentido de intensidad o aumento). Dice Bartina: «Se sabe que quien devolvía un esclavo al dueño cobraba una cantidad bastante alta, que solía indicarse en el bando de captura o evaluarse por la costumbre … Es posible que Pablo, como aprehensor y reintegrador de un esclavo, aluda a esta deuda material. Filemón tendría para con él, por este concepto, un pago pendiente. El saldo entre defraudación de trabajo en Onésimo y de recompensa por concepto de devolución en Filemón estaría a favor de Pablo». Aparte de esta posible interprelación, está el hecho, patente en el contexto, de que Filemón, con la mayor probabilidad, había sido convertido mediante el ministerio del apóstol (v. en especial, el comentario al v. 13).
4. El versículo 20 es otro ejemplo de la finura, la cortesía, la ternura y la santa diplomacia del apóstol. Dice así en la NVI: «Sí (gr. nai, como expresión familiar de afecto, en el sentido de “¡Ea! ¡Vamos!”), hermano, haz que yo obtenga de ti algún provecho en el Señor; da refrigerio a mi corazón en Cristo». Tenemos aquí tres delalles dignos de examen:
(A) El apóstol continúa con la idea del versículo 19 («… a ti mismo te me debes más»), para decirle a Filemón que, si se pone a pasar cuentas, va a salir perdiendo. Así que no está de más el que Pablo, por el mucho bien que ha hecho a Filemón (al ser instrumento de Dios en su conversión y devolviéndole el esclavo fugado), saque también algún provecho de Filemón. ¿Qué provecho es ése? No tiene por qué alarmarse Filemón. Pablo no se le va a comer la hacienda. Sólo es una razón más para inducirle a que acoja favorablemente a Onésimo.
(B) El segundo delalle, que no le ha pasado desapercibido a S. Bartina es que Pablo usa aquí, para lo de «obtener provecho» el verbo onaímen, en aoristo de optativo de la voz media de onínemi,
¡precisamente de la misma raíz de la que procede el nombre Onésimo (provechoso)! Se advierte, pues, que el apóstol no pierde ninguna oportunidad de dar a entender el provecho que Filemón obtendrá con la vuelta de Onésimo; por lo que Pablo puede, a su vez, demandar algún provecho: «da refrigerio a mi corazón». Como parafrasea Bartina: «Que obtenga (yo) este beneficio de ti en el Señor, y serás para mí provechoso más que para el mismo Provechoso».
(C) El tercer delalle es el nuevo nivel al que coloca Pablo su pelición: «Haz que yo obtenga de ti algún provecho EN EL SEÑOR; da refrigerio a mi corazón en Cristo» (ésta es la única lectura acreditada en los MSS). No se trata, pues, de meras transacciones humanas. Tanto el beneficio que Pablo pide a Filemón por haberle devuelto su antiguo esclavo, como el refrigerio que por ello puede, a su vez, proporcionar Filemón a Pablo, han de ser en el Señor, en Cristo, es decir, en la esfera de la fe cristiana, en la que ha sido el Señor quien capacitó a su embajador en cadenas para el servicio que ha prestado a un hermano en la fe, y en la que Pablo desea obtener el refrigerio que Filemón ha de proporcionarle. No hay de por medio intereses materiales; nos movemos en el área de las realidades sobrenaturales. ¿Cómo podrá negarse Filemón a dar ese refrigerio al apóstol?
5. El apóstol está plenamente confiado en que ha ganado el pleito y no duda de que Filemón accederá a sus ruegos … y todavía hará más de lo que le pide: «Convencido de que me harás caso, te escribo la presente, sabiendo que harás incluso más de lo que te pido» (NVI). Nótense, en primer lugar, los dos verbos de seguridad: pepoithós (persuadido) y eidós (sabedor); los dos tienen forma de prelérito perfecto (es una actitud continua, bien fundada en hechos del pasado). La «obediencia» de nuestras versiones ha sido suavizada justamente en la NVI mediante ese «hacer caso», conforme al sentido del verbo hupakoúo, escuchar desde abajo: es una obediencia, no al imperio, sino a las razones. En lo de «harás incluso más de lo que te pido», ven los autores una alusión a la manumisión de Onésimo; sí que es posible, pero a mi juicio no es muy probable a la vista del versículo 15, al final («a perpeluidad», o «para siempre»). En todo caso, lo que importaba era la nueva relación entre amo y siervo, fundada en los vínculos sobrenaturales de fe y amor en el señor (v. sin embargo, el comentario a 1 Co. 7:21).
Versículos 22–25
El apóstol no tiene más que rogar a favor de Onésimo, pero todavía le queda por hacer un ruego más; ahora, sólo por sí mismo. Tras de esto, solamente le quedan los saludos y la bendición de costumbre.
1. La pelición es la siguiente (v. 22): «Y al mismo tiempo, prepárame alojamiento; porque espero que por medio de vuestras oraciones os seré concedido (lit. os seré regalado)». Recordemos que la hospitalidad era ya proverbial entre los orientales, pero el carácter mismo del cristianismo añade nueva fuerza a lo que antes era deber de humanidad o de patriotismo (v. Ro. 12:13; 1 Ti. 3:2; Tit. 1:8; He. 13:2; 1 P. 4:9). Al decir: «espero que por medio de vuestras oraciones os seré regalado» (lit. gr. kharisthésomai), el apóstol no piensa en sí como «objelo de regalo», cual si él mismo se estuviese poniendo valor o precio, sino en la kháris o favor gratuito de Dios, quien, en respuesta a las oraciones que los creyentes de la familia de Filemón (y los que se reunían en iglesia en su casa, v. 2) elevaban a favor del apóstol, podía regalar, tanto a Pablo como a los de la casa de Filemón, con el gozo y la alegría que la absolución de Pablo en la causa ante el César les había de proporcionar.
2. Los que, juntamente con Pablo, saludan a los de Filemón, son (v. 23) Epafras (gr. Epaphrás), quien, aun cuando era un líder en la iglesia de Colosas (Col. 1:7), se hallaba entonces en Roma (v. también Col. 4:12); «quizás se quedó como prisionero voluntario» (Bartina). Por eso lo designa el apóstol con el apelativo de «concautivo de guerra» (gr. sunaikhmálotos, el mismo vocablo de Ro. 16:7 y Col. 4:10). «En Cristo Jesús» significa «por la causa del Mesías, Jesús de Nazarel». A los saludos de Epafras, se unen (v. 24) los de Marcos, Aristarco (el de Hch. 19:29; Col. 4:10), Demas (el de Col. 4:14, antes de que abandonase al apóstol; 2 Ti. 4:10) y Lucas, el médico autor humano del Evangelio que lleva su nombre y de Hechos de los apóstoles. Pablo los llama «mis colaboradores» (gr. hoi sunergoí mou).
3. La bendición final es exactamente la misma de Gálatas 6:18, excepto el «Hermanos» que, en Gálatas 6:18, va en cabeza de la bendición. El «Amén» que aparece en nuestras versiones no figura en los MSS más importantes.