Las clases de fuegos caracterizan los diferentes tipos de fuegos dependiendo del material combustible.
La norma europea clasifica los tipos de fuegos:
Clase A: son fuegos de material combustible sólido como madera, cartón, papel, tejidos, neumáticos, etc..
Clase B por hidrocarburos: son fuegos de líquidos inflamables como combustible, gasolina, queroseno, aguarrás, etc..
Clase B por disolventes polares: son fuegos de gases inflamables como etanol, propano, butano, acetileno, hidrógeno, metano, etc..
Clase C: son los fuegos eléctricos.
Clase D: son fuegos de metales inflamables como aluminio en polvo, lana de acero, magnesio, etc..
Clase F: son los fuegos de aceites de cocina.
La norma UNIT 528:1978 “Clasificación de los fuegos y de los agentes extintores”, que recoge la clasificación dada por la norma norteamericana NFPA 10, y divide los fuegos de acuerdo a la siguiente tabla: (reemplaza la clase F por la K).
El tipo de fuego afecta la selección de la operación de extinción de incendios. Los espumógenos de extinción de incendios se aplican sobre todo en incendios de las clases A y B.
Los incendios de clase A son incendios tridimensionales o incendios estructurales encendidos de un combustible común como plástico, madera, matorral, papel, caucho, neumáticos, basura, etc..
Los incendios de clase A podrían también incluir accidentes de tráfico, incendios de plantas de tratamiento de residuos, almacén, incendios forestales, incendios de matorrales, edificios residenciales, etc..
Los incendios de clase A se pueden extinguir con agua. Para extinguir más rápido el incendio, ahorrar agua y mejorar la autonomía de los bomberos, se requiere el uso de un espumógeno específico de clase A.
Los espumógenos de clase A tienen grandes capacidades humectantes y de expansión. Reducen la tensión superficial del agua y permiten la penetración más profunda en el material inflamable.
En la clasificación de incendios de los EE.UU., existen 2 tipos de incendios de clase B:
Incendios de hidrocarburos de clase B: incendios de líquidos inflamables como combustible, diésel, queroseno, heptano, benceno... compuestos de carbono e hidrógeno.
Los incendios de hidrocarburos de clase B se encuentran principalmente en industrias petroquímicas como refinerías o almacenamientos en tanques, también en extinción de incendios de aeronaves, industrias marinas.
Los hidrocarburos no se mezclan con agua.
Los incendios de hidrocarburos de clase B requieren un espumógeno específico de clase B de extinción de incendios que se extienda rápidamente arriba de la superficie del combustible y selle los vapores, evitando el reencendido.
Incendios de disolventes polares de clase B: Los disolventes polares se dividen en 7 familias principales:
Alcoholes: metanol, etanol, isopropanol, etc..
Cetonas y aldehídos: acetona, acetaldehído, metil-etil-catinona, MIBK, etc..
Ésteres: acetato de etilo, etc..
Éteres: éter dietílico, MTBE, THF, etc..
Glicoles: una combinación de "alcohol + éter": MEG, MPG, butoxietanol, butil carbitol, etc..
Aminas: trimetilamina, etc..
Ácidos: ácido acético, ácido propiónico, etc..
Los incendios de disolventes polares de clase B son aquellos que ocurren en industrias petroquímicas, centrales eléctricas, destilerías, plantas de procesamiento de disolventes y revestimientos (pinturas, barniz, perfume, aroma, aceites esenciales, fragancias, etc..).
Los disolventes polares son hidrófilos (atractivos al agua), son mezclables en agua. Utilizar AFFF en un incendio de disolvente polar provocará que el espumógeno se rompa y se mezcle rápidamente con el combustible.
Esta es la razón por la que, los incendios de clase B de disolventes polares requieren un espumógeno de clase B resistente al alcohol. El espumógeno forma una capa de espumógeno que se extiende rápidamente arriba de la superficie del combustible. También crea una capa de polímero resistente a la capacidad destructiva de los disolventes y a las emisiones de vapores.
• NO UTILICE los extintores de agua para combatir fuegos en los equipos energizados.
Actúan interrumpiendo la reacción química del fuego. El polvo químico ABC es el extintor más utilizado en la actualidad y es efectivo para fuegos clase A, B y C. Sale por una manguera con un orificio de la misma sección que ella.
En los fuegos clase A actúa enfriando la superficie en llamas ya que se funde, absorbiendo calor y además, crea una barrera entre el oxígeno del aire y el combustible en llamas. Tiene que saberse que como desventaja, el polvo químico es algo tóxico para las personas, ensucia mucho y es oxidante de metales y circuitos electrónicos. Para equipos electrónicos sofisticados, se recomienda matafuego ABC de gas HCFC 123 (gas Halon o Freón, ecológicos).
Los extintores de polvo químico seco son diseñados para proteger áreas que contienen riesgos de fuego Clase A (combustibles sólidos), Clase B (combustibles líquidos y gaseosos), Clase C (equipos eléctricos energizados).
Aolicaciones típicas: Industrias, oficinas, viviendas, transporte, comercios, escuelas, garajes, etc.
Actúan, al igual que los extintores a base de polvo, interrumpiendo la reacción química del fuego. Tienen la ventaja de ser agentes limpios, no ensucian (es un gas) y son aptos para fuegos de las clases A, B y C. Por ello se los recomienda en centros de cómputos, equipamientos sofisticados electrónicos (audio, aparatos científicos, computadoras, televisión, etc.).
Los extintores de HCFC 123 bajo presión son diseñados para proteger áreas que contienen riesgos de fuego Clase A (combustibles sólidos), Clase B (combustibles líquidos y gaseosos) y Clase C (equipos eléctricos energizados). El gas sale por una manguera con final con expansión.
Aplicaciones típicas: áreas de computadoras, comunicaciones, bibliotecas, documentos, galerías de arte, laboratorios, etc.
Los extintores de agua pulverizada son diseñados para proteger todas las áreas que contienen riesgos de fuegos Clase A (combustibles sólidos) y Clase C (equipos eléctricos energizados) en forma eficiente y segura. Son muy modernos.
Tienen una boquilla de salida especialmente diseñada para producir una salida del agua en forma de niebla , que sumado a que el agente extintor es agua destilada muy pura, lo convierten en un agente extintor que no conduce la electricidad y además no daña los equipos electrónicos que no son atacados por el fuego. El tanque del matafuego es de acero.
Aplicaciones típicas: servicios aéreos, edificios de departamentos, bancos museos oficinas, hospitales, centro de cómputos, industrias electrónicas, centro de telecomunicaciones, escuelas, supermercados, etc.
Desplazan o eliminan el oxígeno de la reacción química del fuego creando una atmósfera inerte y disminuyen el calor debido al enfriamiento que causa el dióxido de carbono al expandirse.
Deben usarse únicamente para extinguir fuegos Clase B o C. Estos matafuegos son poco efectivos para fuegos clase A, porque tienen pobre poder extintor aunque pueden usarse para fuegos chicos.
Los extintores de dióxido de carbono son diseñados para proteger áreas que contienen riesgos de incendio Clase B (combustibles líquidos y gaseosos) y Clase C (equipos eléctricos energizados). Las toberas de salida son de plástico o goma, para evitar que a las personas se les congele la mano.
Aplicaciones típicas: Industrias, equipos eléctricos, viviendas, transporte, comercios, escuelas, aviación, garajes, etc.
El fuego Clase D son aquellos que tienen como combustible algún tipo de metal (como el magnesio, potasio, sodio, aluminio, etc).
Aunque parezca lo contrario, todos los metales en las condiciones adecuadas pueden entrar en combustión. Por ejemplo el hierro en forma de acero o el aluminio, en principio están considerados materiales no combustibles, de hecho se utilizan en la fabricación de estructuras, pero esos mismos materiales en formas de polvo de aluminio o de virutas o fibras finas en el caso del hierro, pueden entrar en ignición fácilmente, y además hacerlo de forma muy intensa.
Lo mismo pasa con otro tipo de metales cuando están en forma de limaduras, polvo o tiras finas, como el caso de los alcalinos (potasio, sodio o litio) y los alcalinotérreos (magnesio, zinc o calcio). De hecho a veces la combustión se produce tan fácilmente y la reacción puede ser tan violenta, que algunos metales deben almacenarse aislados del contacto con el aire, en atmósferas inertizadas (con nitrógeno por ejemplo) o en líquidos neutros.
Todos los metales combustibles y los que además entran fácilmente en ignición, suelen producir unas reacciones de combustión muy violentas, con procesos de oxidación de alta velocidad y fuertemente exotérmicos, con una liberación de calor por unidad de medida, mucho mayor que, por ejemplo la mayoría de los líquidos combustibles. Esto se produce en el caso de que estén en forma de polvo sedimentado, porque si el polvo se encuentra en suspensión la combustión es tan violenta que lo que se tiene es una explosión.
Debemos tener en cuenta además un dato importantísimo, la combustión de estos metales como el magnesio o el sodio, se debe a un proceso de oxi-reducción más que de oxidación, lo que quiere decir que se puede dar sin presencia de oxígeno. Tienen una capacidad de combustión tal y una afinidad tan alta con el oxígeno, que pueden seguir en combustión sobre los medios de extinción que se suelen usar para extinguir fuegos de tipo A, B y C (como el dióxido de carbono o el nitrógeno). Además el uso del agua en cualquier de sus formas está totalmente descartada para la extinción de los fuegos de clase D, algunos metales como el potasio o el sodio, entran en combustión espontánea al contacto con ella, en una reacción rápida y fuertemente exotérmica que suele finalizar en una explosión.
Por estas razones la extinción de este tipo de fuegos es tan delicada y los medios de lucha contra ellos han de escogerse de manera específica. Por lo pronto no es aconsejable acercarse a este tipo de incendios sin la dotación adecuada de equipos de respiración autónoma y ropa protectora, es recomendable también la instalación de sistemas automáticos o de control remoto para minimizar la presencia de personas en las cercanías. La detección precoz y la intervención rápida alejando de la zona del incendio de otros metales o materiales combustibles para reducir la cantidad es otra buena medida al respecto.
Los medios de extinción empleados en los fuegos de Tipo D, se agrupan bajo la denominación de Polvos Especiales, que son un conjunto de mezclas de composición y dosificación variadas y que cada fabricante patenta.
– Modelo 570: que contiene como agente extintor, una mezcla de cloruro de sodio en polvo seco, muy eficaz con los fuegos con magnesio, sodio, potasio o aluminio el polvo.
– Modelo 571: su contenido extintor se basa en el polvo de cobre (un agente extintor de gran capacidad), se usa sobre todo para fuegos relacionados con materiales como el litio.
La Clase K ó F son las mismas clase de fuego, sólo depende del lugar de la región que se refiera. El fuego Clase K se refiere al fuego de aceites vegetales o grasas animales producido en freidoras, planchas dentro de la cocina. (Fuego Clase K = Kitchen = Cocina). La clasificación Clase K es utilizada en Estados Unidos y América. En Europa corresponde a la Clase F ya que siguen el orden alfabético A, B, C, D, y F.
El fuego Clase K es una subclase del fuego Clase B, que implica a el fuego producido por grandes cantidades de gasolina, aceites, pintura, gases y líquidos inflamables y lubricantes.) pero debido a las características de estos tipos de incendios se ha considerado muy importante ser tratado en una clase aparte los fuegos producidos en una cocina que es a lo que se refiere esta clase.
Tener en consideración que en un mismo incendio puede llegar a desarrollar diferentes clases de fuego por ello lo más importante es lograr sofocarlo a tiempo, para ello lo ideal es tener al alcance mantas ignífugas apaga fuegos, con ella podemos prevenir males mayores.
Los elementos activos contra fuego adecuados que se deben utilizar para extinguir este tipo de fuego son:
Manta ignífuga apagafuego, como elemento primario y complemento de los extintores y sistemas de extinción de campanas, para sofocar los primeros conatos de incendios. Estas mantas deben de cumplir la certificación EN 1869/1997, norma que especifica que las mantas ignífugas están destinada esencialmente a extinguir fuegos de aceites para cocina.