Ubicación de los Centros Educativos Infantiles
Los requisitos técnicos referidos a ubicación de los centros infantiles deben estar alineados con la normativa vigente establecida a nivel estatal, autonómico y local si la hubiere.
Como condición general y a la que se refieren la mayoría de las normativas consultadas, los centros destinados a la infancia deben ubicarse alejados de actividades consideradas como nocivas, insalubres y/o peligrosas.
Recomendaciones de seguridad vial en entornos escolares
Lo correcto sería poder realizar una auditoría de seguridad vial por personal especializado, evaluando el estado inicial del entorno, de forma que bajo un inventario inicial, se puedan llevar a cabo las acciones precisas para cubrir las necesidades específicas del colectivo y la población, evitando situaciones de riesgo y optimizando los recursos, a través de una reorganización de los elementos viales y el establecimiento de prioridades.
Aportamos las directrices necesarias para poder optimizar la seguridad, mediante una reorganización urbanística y bajo los parámetros de prevención que se detallan a continuación, recomendando incluir la vigilancia en aquellos puntos más críticos, y la formación a las familias para realizar el trayecto de la forma más segura y educativa posible
Vías de circulación
Peatonales o vía 30
Señalización vertical
Zona frecuentada por menores (peatonales).
Zona escolar.
Luminosas.
Situadas en todos los accesos principales
Semáforos
Regulados en tiempo variable.
Horarios de entrada y salida.
Anchura de la calzada.
Tipo de peatón.
Pasos de peatones
Elevados.
Que deriven a la puerta de acceso.
Bandas de calmado del tráfico
Situadas anterior a los pasos de peatones.
Aceras y calzada
Mantenimiento adecuado.
Accesibles.
Antideslizantes.
Anchura.
Mobiliario urbano
No obstaculizar aceras ni acceso.
Sin reducir la visibilidad.
Estacionamientos
Reserva de plazas de estacionamiento limitado.
Evitar plazas de aparcamiento en batería.
Entradas de aparcamientos privados y públicos con espejos de visualización.
Vallas de protección y canalización
En todo el perímetro del centro infantil.
Espacios abiertos estratégicos que canalicen y deriven a las personas a espacios seguros.
Transporte público
Paradas en carriles rectos y visibles.
Transporte escolar
Autobuses con SRI adecuados.
Estacionamiento propio.
Sin maniobras hasta que los menores estén ubicados dentro del centro o del autobús.
Sistemas de control y localización de menores.
Conocer los medios materiales y procedimientos de actuación de seguridad en caso de accidente.
Delimitación de los centros educativos destinados a la infancia
Vallas delimitadoras En el caso de que el edificio que alberga el centro infantil estuviera rodeado por un espacio exterior utilizado como acceso y patio de juegos infantiles, la delimitación perimetral ha de basarse en los criterios de prevención de lesiones y la protección de menores ante extraños. Los requisitos que ha de cumplir el cerramiento son:
Fabricado con materiales atóxicos, inastillables, no punzantes y atraumáticos. Que no sean conductores del calor ni de la electricidad.
Si es de barrotes verticales, la distancia entre éstos no debería superar los 10 cm de separación.
En ningún caso se deben instalar barrotes horizontales, ya que son fácilmente escalables por menores o por extraños.
La altura recomendada es de 1,50 m.
Debe evitarse un tratamiento excesivamente cerrado, permitiendo la visibilidad pero protegiendo a los niños de extraños, y evitando la intrusión de personas u objetos desde el exterior.
Requisitos de seguridad para las puertas de acceso de seguridad infantil
Tipo de puerta de las denominadas de emergencia de doble hoja o de una sola y con amplitud suficiente (recomendada 1,20 m) para facilitar la salida en caso de emergencia: apertura en el sentido de la evacuación, barra antipánico de empuje, dispositivo de fácil y rápida apertura sin utilizar llave y sin tener que actuar sobre más de un mecanismo. Norma de referencia UNE-EN 1125:2000.
La altura de la barra o mecanismo de apertura ha de situarse a 1,20 m de altura desde el suelo: consiguiendo que sea inaccesible a los menores pero dentro de los parámetros establecidos en el documento básico de seguridad utilización y accesibilidad del Código Técnico de Edificación (DB-SUA CTE), donde se señala esta medida como la máxima permitida para facilitar la apertura a personas con discapacidad.
Si el mecanismo de apertura es eléctrico, éste ha de contar con un sistema alternativo manual.
Si las puertas estuvieran fabricadas en su mayoría de vidrio, éste debería de ser de seguridad (Normas de referencia EN 14449:2006 o UNE-EN 12150-2:20059), laminado o templado o contar con mecanismos que garanticen la seguridad infantil en caso de rotura (Norma de referencia UNE 172402:2011. Escuelas infantiles. Gestión del servicio. Requisitos generales), además de contar con señalización entre 0,85 y 1,20 m para los menores y entre 1,50 y 1,70 m para los adultos, evitando que se puedan confundir con espacios abiertos.
Ha de incluir un sistema de cierre automático por retorno suave, evitando que se queda abierta por descuido y el atrapamiento por un cierre brusco, ya sea por manipulación de adultos y/o niños o por un golpe de aire.
Debe incorporar sistemas de protección antipilladedos en los dos ángulos de las bisagras (como mínimo hasta 1,20 m de altura desde el suelo), adecuados a la puerta y al medio donde se encuentre (exterior o interior).
Deberían existir dos puertas de acceso (cumpliendo ambas con los requisitos descritos anteriormente), creando entre ellas una zona estanca de seguridad que evite la salida de menores a la vía pública de forma directa, sin la supervisión de un adulto.
La vía de evacuación como tal, ha de precisar en todo momento de iluminación y señalización y estar libre de obstáculos.
Zona de seguridad
Como norma general, desde que se accede al centro infantil, se debería establecer una Zona de Seguridad, comprendida entre el suelo y, como mínimo, a 1, 20m de altura, donde:
No existan elementos punzantes, cristales grandes que no sean de seguridad, plantas peligrosas, materiales traumatizantes, caustico o tóxico. Este perímetro incluye los radiadores, colgadores y cualquier otro elemento como columnas y esquinas que se deberán recubrir con material atóxico, blando y absorbente de impactos que minimice los efectos de cualquier caída o golpe accidental.
Las paredes deberían recubrirse de material no poroso, impermeable, de fácil limpieza y atóxico.
En las aulas destinadas a gimnasios y psicomotricidad, la protección de las paredes, sería además de lo anteriormente mencionado, revestidas de material blando absorbente de impactos, así mismo los suelos deberían disponer, en estas aulas, de suelos blandos, fijos o portátiles, como tatamis o colchonetas, adecuados y certificados para esta actividad y los usuarios que la disfrutan.
Todas las puertas deberían disponer de sistema antipinzamientos en los dos ángulos de las bisagras y en el lateral. Para puertas exteriores se deberían colocar sistemas de bloqueo que eviten que la puerta se cierre de golpe.
Suelos infantiles
Para determinar las características comunes y concretas de los pavimentos de un centro destinado a la infancia de 0 a 3 años hay que tener en cuenta la estrecha relación de los niños de estas edades con el suelo, las particularidades de las actividades programadas en cada espacio, el medio donde va instalado (interior o exterior), el eficaz mantenimiento e higiene, y las normativas vigentes.
Para reducir el riesgo de lesión, minimizar las consecuencias producidas por caídas, favorecer el desarrollo motriz y la adquisición de nuevas habilidades, así como el fomento de la higiene, los pavimentos han de cumplir los siguientes requisitos:
Ligeramente blandos de forma que amortigüe las previsibles caídas y minimice las consecuencias si llegan a producirse. El nivel de amortiguación y resistencia variará en función de la actividad desarrollada en cada entorno y del medio donde se encuentre. La Norma de referencia es la UNE-EN 1177:2009: Revestimientos de las superficies en las áreas de juego absorbedoras de impactos. Determinación de la altura de caída crítica.
Suelos continuos que eviten tropiezos por discontinuidad o elementos salientes.
Aislante térmico para evitar humedades y que otorguen confort y calidez a los niños.
Antideslizantes incluso en medio húmedo.
De fácil limpieza y desinfección: el continuo contacto del niño con el suelo exige de gran higiene.
Resistentes al uso y desgaste, favoreciendo el mantenimiento y la durabilidad de los mismos.
Otros conceptos relativos a la seguridad de las superficies son:
Todos los desniveles de terreno han de ser salvables para los niños, aquéllos que sean susceptibles de provocar caídas y/o riesgo de lesión por manipulación indebida, se deben acotar a la accesibilidad infantil.
Si existieran escalones en los espacios destinados a la infancia, éstos deberán ser sustituidos por rampas protegidas con material antideslizante.
Los zócalos y otros ornamentos, pueden derivar en elementos traumatizantes y/o astillables, además de no favorecer la higiene de estos espacios, por lo que se han de evitar siempre y en el caso de existir proteger con dispositivos adecuados para evitar lesiones o minimizar las consecuencias de las mismas.
No deben existir revestimientos textiles, ya que son cúmulos de suciedad y fomentan las alergias.
En las instalaciones interiores, los requisitos de seguridad e higiene se deben basar en el uso al que son destinadas:
En estancias de uso continuado infantil la calidez, el confort y la amortiguación serán prioritarias, el vinilo, en sus diferentes versiones (losas, rollo, etc.), cumple con todos los requisitos establecidos.
En los aseos y las zonas de cambio hay que fomentar la higiene y el antideslizamiento por encima de todo.
En las salas donde se realice la actividad de psicomotricidad debe prevalecer la amortiguación de impactos.
Las instalaciones exteriores, contarán con diferentes pavimentos en función de las características de los elementos de juego y las actividades ofertadas (juegos de agua, areneros, césped, etc.), el caucho en sus diferentes grosores según Norma UNE-EN 1177:2009, es el pavimento más adecuado para la absorción de impactos, reduciendo los riesgos críticos por caída, y ofreciendo la calidez y el confort que los niños necesitan.
Paredes y techos centros educativos
Las características de los revestimientos verticales deben conseguir minimizar las consecuencias de lesiones, golpes o choques accidentales contra éstos, además de favorecer la higiene y limpieza de las instalaciones.
Los siguientes requisitos de protección e higiene de las paredes (interiores y exteriores), han de existir como mínimo en la medida de referencia que determina la zona de seguridad (1,20 m de altura desde el suelo).
Los elementos traumatizantes, como esquinas, columnas, salientes, zócalos, etc., han de contar con protecciones de material absorbente de impactos, adecuado a la instalación y el medio (interior/exterior) donde se encuentre.
Deben ser de superficie lisa, impermeables, facilitando la limpieza y desinfección de las mismas.
Resistente al desgaste y al fuego, incluidas las protecciones de los elementos traumatizantes.
En aquellos espacios donde se requiera fomentar el descanso de los niños (zonas de sueño), las paredes deben disponer de aislamiento acústico. Esta característica se recomienda en toda la instalación para favorecer la aplicación de los proyectos lúdicos y/o educativos.
Los espacios destinados a juegos rápidos y al desarrollo de la motricidad deben incorporar protecciones acolchadas absorbentes de impactos que minimice los efectos de golpes y choques accidentales.
Puertas centros educativos infantiles
Los objetivos comunes a alcanzar son en todos los casos, evitar:
La accesibilidad a la apertura y la salida autónoma por parte de los menores sin la supervisión de un adulto.
Lesiones por atrapamiento de extremidades y por golpes o choques involuntarios al confundir los vidrios con espacios abiertos.
Heridas y cortes derivadas de la rotura de vidrios.
El difícil acceso por parte del adulto obstaculizando la evacuación en caso de emergencia.
PUERTAS INTERIORES
Antipilladedos en los dos ángulos de las bisagras (interior y exterior de la puerta) cubriendo una altura mínima de 1,20 m desde el suelo.
Antiatrapamiento lateral (zona de apertura y cierre de la puerta) a 1,20 m de altura desde el suelo.
Manillas situadas a un mínimo de 1,40 m de altura desde el suelo, con este requisito se consigue la inaccesibilidad infantil a la manipulación del sistema de apertura y determina la medida para realizar el rebaje que permita la instalación del antiatrapamiento lateral de la puerta a 1,20 m de altura.
Cristales de visualización de personas para que antes de realizar la apertura el adulto se asegure de que no haya ningún niño situado en la superficie de barrido y le golpee al abrirla. Recomendados a una altura de 0,50 m y otro a 1,50 m.
Si la puerta estuviera fabricada en su mayoría de vidrio, éstos han de contar de señalización visualmente contrastada, evitando que se puedan confundir con espacios abiertos. Esta señalización ha de incluir el campo visual de los niños, por ello se realizará a una altura inferior comprendida entre 0,85 y 1,10 m y a una altura superior comprendida entre 1,5 y 1,7 m. Norma de referencia: CTE-DB-SUA (Seguridad frente al riesgo de impacto o de atrapamiento).
Todos los vidrios han de ser de seguridad (laminados o templados) o bien contar con mecanismos de seguridad infantil que en caso de rotura de los cristales no supongan un riesgo de corte para los niños: Láminas adhesivas de protección de vidrios: convierten un vidrio normal en uno de seguridad, evitando que se astillen en caso de rotura.
PUERTAS CORREDERAS
Para puertas interiores correderas las exigencias de seguridad son las siguientes:
Sistemas de bloqueo que impidan la apertura o cierre de la puerta por parte del niño, permitiendo el fácil desbloqueo por parte del adulto.
El hueco o espacio comprendido entre la puerta y la zona interior del tabique ha de superar los 3 mm, para evitar el atrapamiento de la mano mientras se abre o cierra la puerta.
Las guías por donde se deslizan las hojas no han de suponer en ningún caso discontinuidad del pavimento que provoque tropiezos a niños y adultos.
Si disponen de vidrios, éstos han de cumplir los mismos requisitos de seguridad descritos en puertas interiores.
PUERTAS EXTERIORES
El aluminio es el material más utilizado para la fabricación de puertas exteriores, a la durabilidad y resistencia a la intemperie como características favorables, añade las características de cortante en los laterales y de traumatizante (esquinas y cantos) como defectos para estas instalaciones.
Los requisitos de seguridad para las puertas que dan al exterior son los mismos que los descritos en las puertas interiores, añadiendo el sistema de antiatrapamiento lateral (zona de apertura y cierre) a 1,20 m de altura desde el suelo, distinto de las puertas interiores por sus características propias.
VENTANAS Y BALCONES
La presencia de ventanas y balcones o terrazas en un centro infantil debe ofrecer todos los beneficios de iluminación y ventilación de estos equipamientos, eliminando cualquier riesgo de accidente que derive en una caída desde gran altura. Las pautas ofrecidas para la prevención se han de valorar en cualquier caso, indiferentemente de la altura ocupada por el centro dentro del edificio y del sistema de apertura de la ventana o balcón (corredera, practicables, oscilobatientes, abatibles o sistema mixto).
El objetivo principal y común para todos los elementos es el de evitar la manipulación infantil de cualquiera de sus componentes (sistema de apertura, hojas, guías) para que no se produzcan:
Caídas desde gran altura.
Lanzamiento de objetos al exterior.
En base a esto, la gestión del riesgo debe incluir sistemas de prevención que además eviten:
Lesiones derivadas de golpes o choques involuntarios al confundir los vidrios con espacios abiertos.
Heridas y cortes por la rotura de vidrios.
Obstaculizar las vías de evacuación en caso de emergencia.
A partir de estos objetivos, los requisitos de seguridad comunes en ventanas, balcones o terrazas son:
Sistema de apertura por encima de la zona de seguridad siendo únicamente accesible por los adultos (se recomienda que la parte móvil también se sitúe por encima de la zona de seguridad).
Incorporar dispositivos de bloqueo en las hojas cuando estas permanezcan abiertas, evitando las lesiones por atrapamiento si es corredera o por golpes contra ellas si es cualquier otro sistema.
La disposición del equipamiento (muebles, juguetes, etc.) y de los elementos ornamentales (macetas, jardineras, etc.) del entorno inmediato no han de suponer en ningún caso elementos que faciliten la escalada.
Los vidrios han de seguir los requisitos de seguridad especificados en todas las instalaciones.
En el caso de necesitar la incorporación de dispositivos de protección para caídas de gran altura y el lanzamiento de objetos, se excluirán todos aquellos que obstruyan el acceso o salida en caso de emergencia (rejas permanentes).
El único sistema que ofrece los requisitos de seguridad y es de fácil desinstalación por un adulto son las redes de resistencia mínima de 20 kg por hilo y certificadas con perímetro de seguridad UNE-EN 1263.
En las zonas de preparación de alimentos, cocina y comedor, se instalaran mosquiteras.
SEGURIDAD INFANTIL DE ENCHUFES EN CENTROS EDUCATIVOS
El objetivo para establecer los objetivos preventivos es el de evitar la manipulación infantil a las tomas de corriente, los dispositivos conectados y los cables derivados.
Tomas de corriente situadas por encima de la zona de seguridad: esta longitud determina la situación de los cables de los dispositivos enchufados, por esta razón la altura recomendada es de 1,50 m desde el suelo.
En caso de que los cables sean accesibles éstos deberán incorporar dispositivos recogecables para situarlos fuera de la manipulación infantil.
Si por defecto constructivo o de origen, los enchufes se encuentran por debajo de la zona de seguridad deben incorporar dispositivos de protección infantil, a ser posible integrados en el enchufe ya que ofrecer mayor resistencia y seguridad. Respecto a los cables de los dispositivos, éstos han de sujetarse a la pared (mediante elementos de sujeción o tapa cables) o bien utilizar recursos (por ejemplo aprovechando la situación del mobiliario) para evitar el acceso de los niños. En todos los espacios el entorno inmediato de los enchufes debe evitar la escalada, eliminando el equipamiento y/o mobiliario que propicie esta acción.
La proximidad de las tomas de agua y las de corriente, por ejemplo en espacios como la biberonería, la zona de cambios, los aseos y los lavamanos interiores de las salas, no deben existir enchufes ni interruptores próximos a las tomas de agua, en caso de existir se deben extremar las precauciones a nivel organizativo, de manipulación y de metodología para evitar el contacto entre ambas y una vez determinado el riesgo si es necesario anularlas.
ILUMINACIÓN EN CENTROS EDUCATIVOS
ILUMINACIÓN NATURAL
La iluminación es una de las herramientas más útiles para la prevención de accidentes en cualquiera de sus ámbitos. Todas las estancias y en especial las zonas de tránsito que derivan en vías de evacuación han de disponer de una iluminación adecuada que evite caídas, golpes y tropiezos, guiando de forma segura la evacuación en caso de emergencia.
Todas las estancias destinadas a actividades infantiles han de contar con iluminación natural, deben incorporar elementos que regulen la intensidad lumínica para evitar deslumbramientos y excesos de aporte calórico en el interior de las estancias, favoreciendo el desarrollo de las actividades y el descanso de los niños. Se sugieren sistemas integrados en los vidrios como láminas de protección solar o bien persianas o contraventanas, evitando los elementos textiles por no favorecer la higiene de las estancias.
No deben existir cordones de cortinas, estores o de cualquier otro dispositivo por debajo de la zona de seguridad, para ello se deben utilizar dispositivos como enrolla cordones que eviten la manipulación infantil de estos elementos.
ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
Los requisitos de seguridad para la iluminación artificial se basan en las siguientes cualidades y características del colectivo.
Los bebés permanecen la mayor parte del tiempo en la posición de tumbados, por lo que su campo visual se dirige directamente hacia las fuentes de luz.
Al encontrarse en pleno desarrollo visual sus ojos son más sensibles a la intensidad lumínica.
Para permitir un desarrollo natural es precisa una iluminación indirecta todos los espacios infantiles (incluidos los aseos y zonas de cambio).
Todas las luminarias han de estar protegidas, evitando que éstas caigan de forma accidental. Unificando ambos conceptos (iluminación indirecta y protección de luminaria), se debe incorporar protectores que difuminen la luz directa.
VENTILACIÓN Y CLIMATIZACIÓN DE CENTROS EDUCATIVOS
VENTILACIÓN
Todas las estancias infantiles deben disponer de ventilación natural directa para obtener una óptima calidad del aire. En aquellos espacios donde no exista ventilación natural, se deberán incorporar sistemas que permitan la renovación y mejoren la calidad del aire.
Las zonas odoríferas (cocinas, aseos, zonas de cambio) deben contar con mecanismos eficaces de evacuación de olores.
CLIMATIZACIÓN
Si el sistema de calefacción del centro es a través de radiadores, éstos deberían ubicarse fuera de la zona de seguridad, en caso contrario incorporaran protecciones adecuadas para evitar traumatismos y quemaduras. Los requisitos de seguridad para las protecciones de radiadores deben:
Estar fabricadas con materiales que soporten altas temperaturas y eviten la perdida de calor.
Ser adecuadas al modelo a proteger, compatible con el sistema de fijación de forma que se pueda acceder al radiador para su mantenimiento y limpieza.
Incluir todos los elementos susceptibles de provocar riesgo de lesión: temperatura, salientes (llaves de paso, tubos, etc.) para que la protección del medio sea completa.
ESPACIOS EDUCATIVOS ESPECÍFICOS
SALA MULTIUSOS O POLIVALENTE
Debe constituir un espacio cambiante con todas las prestaciones de organización y de seguridad. El acondicionamiento debe permitir la puesta en práctica de las diferentes actividades (educativas, lúdicas, psicomotricidad, talleres de familias, etc.) y las labores asistenciales (cambios, aseos, alimentación y sueño) a todos los grupos de edad, independientemente de las necesidades y/o habilidades y capacidades adquiridas.
Para el desarrollo de las diferentes actividades, se recomienda que el mobiliario y el equipamiento sea móvil (optimizando los recursos espaciales), ofreciendo la versatilidad necesaria en cada momento, así como disponer de un almacén cercano donde poder guardar los diferentes materiales necesarios para cada actividad y facilitar la adaptación a las diversos usos.
En el caso de que las normativas vigentes autorizaran este espacio como zona de comedor, debería situarse lo más próximo posible a la cocina, para favorecer el traslado de los alimentos.
El sistema de climatización debería ser graduable de forma particular en cada estancia para mantener una temperatura constante independientemente de la intensidad calórica que a cada una de ellas le llegue de forma natural. Para favorecer esta medida se debería instalar termómetros de pared en cada sala de uso infantil.
ZONA DE CAMBIOS
En el caso de ser un espacio diferenciado de forma física de la sala donde se desarrollen las actividades (pudiendo ser compartidos por dos salas) la visibilidad con la zona donde permanecen el resto de niños se ha de mantener en todo momento mientras se realiza el cambio, además de ser accesible desde la misma.
Se deben evitar traslados innecesarios con el bebé, la disposición de los equipamientos y los accesorios de higiene se orientan en este sentido, situando en la parte inferior o superior del cambiador casilleros independientes con los útiles necesarios para la higiene individual de cada niño, y próximo al cambiador una bañera encastrada en la encimera, con grifo tipo ducha y giratorio para facilitar el baño, ubicado en la zona opuesta al cojín de cambios para evitar obstaculizar el traslado del niño a la bañera. Y cercano al cambiador un cubo higiénico con cierre hermético y accionamiento de pedal para depositar los pañales usados.
Mueble cambiador
Altura recomendada de entre 85 a 86 cm.
La encimera, orientada a la zona donde permanecen el resto de niños, debe ser de material no poroso, fácilmente lavable y con cantos romos; las medidas mínimas establecidas para realizar el cambio de forma cómoda y segura son 70 cm de profundidad y 60 cm de ancho, ampliables en función del espacio disponible.
En las zonas de cambio utilizadas para niños mayores de 1 año (con avanzado desarrollo motriz), se recomienda la incorporación de unas escaleras (fijas o retractiles) de seguridad para que acceda a la parte superior con ayuda del adulto, debe contar con protecciones laterales para evitar caídas y se pueda apoyar mientras sube o baja de ellas.
Cojín cambiador
El cojín cambiador situado encima de la encimera debe cumplir con los siguientes requisitos de seguridad:
Medidas mínimas: 50 cm de ancho y 70 cm de largo. En ningún caso las medidas del cojín cambiador deben superar a las de la encimera, se recomienda un borde perimetral anticaídas de 3 cm mínimo.
La espuma debe ser de una densidad de 25 kg/m3 con revestimiento no poroso y fácilmente lavable, cumplir con todas las normativas de seguridad de estos elementos y con protección antimicrobiana, antibacteriana y antimicótica, además ha de ser resistente a la abrasión, a la transpiración, a la orina y a la sangre.
Los bordes han de elevarse de la base 5 cm mínimo protegiendo de caídas involuntarias.
La base debe ser antideslizante, aun así se recomienda que el cojín cambiador se sujete a la encimera para evitar que éste se mueva por la acción del niño.
ASEOS INFANTILES
Las dimensiones de los lavabos e inodoros deben ser acordes a las medidas antropométricas de los niños y los grifos accesibles a los menores, la temperatura del agua debe ser regulada únicamente por adultos, estableciendo preferentemente agua fría para evitar quemaduras. El número de aseos viene determinado en las normativas y decretos reguladores de estos espacios.
Los inodoros no deben contar con tapa para evitar la manipulación infantil y favorecer la higiene, a excepción de aquellos que en previsión de no utilizarse en un largo periodo de tiempo se recomienda el tapado de los mismos mediante cajón extraíble de madera que cubra la parte superior.
Los suelos y las paredes de los aseos deben ser lisos, antideslizantes, fácilmente lavables y desinfectables en toda su superficie, sin esquinas ni zócalos para facilitar la limpieza, contarán con sumidero en el centro (modelos de orificios muy pequeños y sin filos cortantes) para la evacuación del agua en caso de escape accidental o juegos infantiles.
En estos espacios las puertas deberían ser de apertura hacia el interior para facilitar el acceso a los niños de forma autónoma.
BIBERONERÍA ESCUELAS INFANTILES
Puede ser un espacio separado físicamente de la sala destinada a los bebés de 0 a 1 año o bien incorporada dentro de la misma, en cualquier caso su ubicación ha de tener contacto visual directo con los niños y por razones de higiene, estar diferenciada de la zona de cambios.
El mobiliario que acoja esta función ha de incorporar a los criterios de higiene y funcionalidad los de seguridad: cantos romos, herrajes ocultos, revestimientos atóxicos, ausencia de elementos salientes, puntiagudos, cortantes, etc.
Se recomienda una barra fría que conste de encimera no porosa y fácilmente lavable y una pileta encastrada para la limpieza de los útiles necesarios para la preparación de alimentos.
Los accesorios necesarios para la higiene y mantenimiento de los alimentos son esterilizador, frigorífico y microondas, sobre este último recordar que su característica de calentamiento por ondas hace que éste no sea homogéneo ni uniforme, por lo que el alimento calentado en este dispositivo, se deberá remover hasta que alcance una temperatura regular en todo el contenido antes de ofrecérselo al menor.
La preparación de los alimentos (ya sean biberones o papillas) se ha de establecer en el espacio destinado para ello. Durante el traslado de los mismos los niños deben estar estables, evitando tropiezos que deriven en la caída del alimento encima de los menores.
ZONA DE SUEÑO ESCUELAS INFANTILES
Los criterios para determinar las medidas de seguridad de estos espacios se basan en el descanso de los niños y el control permanente de los adultos, independientemente de si éstos se ubican en el interior de las salas o físicamente separada de ellas (recomendada para el tramo de 0-1 año). En este último caso el control visual debe ser mediante cristales de seguridad incorporados al tabique de separación, o en su defecto con dispositivos de control visual y sonoro (intercomunicadores de bebés), además de ser accesibles para los adultos en todo momento.
La iluminación natural debe graduarse en intensidad mediante elementos que no supongan riesgos de lesión y favorezcan la higiene.
La iluminación artificial debe ser indirecta y con la luminaria protegida (al igual que en toda la instalación) y añadir reguladores de intensidad evitando importunar el descanso y facilitando el tránsito a los adultos.
Se recomienda aislamiento acústico para favorecer el descanso de los niños que duermen mientras el resto permanece realizando las actividades propias de la sala.
El mobiliario y equipamiento destinado a esta función ha de cumplir con la normativa legal vigente de estos productos.
Si el mobiliario para ejercer el descanso son cunas, se ha de tener en cuenta el factor altura y la disposición de las mismas a la hora de gestionar los riesgos y facilitar la evacuación de estos espacios en caso de emergencia.
Los elementos como ventanas, enchufes, dispositivos electrónicos, cordones de cortinas, etc., aún situándose por encima de la zona de seguridad pueden permanecen dentro del alcance del niño con habilidades motrices para ponerse de pie en la cuna.
La disposición de las cunas han de cumplir con los siguientes requisitos:
Se debe poder sacar al niño desde al menos un lateral.
La zona de piso entre cunas ha de tener una anchura mínima de 50 cm.
Cada una de las cunas puede ser movida de forma independiente sin afectar al resto.
La puerta de acceso a la zona de sueño debe ser hacía el exterior y contar con una amplitud que ha de superar como mínimo en 20 cm al ancho exterior de la cuna, permitiendo la maniobrabilidad en caso de evacuación por emergencia, de no cumplir con este requisito se deberá incorporar carros de evacuación a la estancia que suplan este defecto.
PATIOS ESCOLARES
Los menores han de estar controlados y protegidos en todo momento, de forma que ningún niño pueda salir al exterior del recinto sin control. Así mismo la delimitación ha de evitar la toma de contacto físico con extraños y objetos del exterior, la distancia del cerramiento no debe permitir alcanzar objetos desde el interior.
Las áreas de juego susceptibles de provocar riesgos por compartir el espacio de caídas (toboganes) y de vaivén (columpios) deben disponer de recorrido señalizado de entrada y evacuación de la misma para evitar golpes entre usuarios.
El patio exterior ha de ser accesible en toda la superficie que esté dentro del campo visual de los adultos, los espacios no visibles se han de delimitar de la accesibilidad infantil.
Los desniveles de terreno, las rejas de desagües, muros de contención o cualquier otro elemento peligroso para la manipulación infantil de forma fija o eventual, han de permanecer acotados y delimitados de la accesibilidad infantil.
Debería existir una zona techada para resguardar a los niños de eventuales inclemencias meteorológicas y debe disponer de zonas de sombras naturales o forzadas.
Los patios han de cumplir con la normativa vigente de áreas de juego, además el equipamiento ha de regirse según los siguientes requisitos:
Todos los juguetes deben ser adecuados a las habilidades y destrezas de los niños, además de cumplir con las normas de estos equipamientos.
Los juguetes relativos a las áreas de juego han de cumplir con la normativa relativa a parques infantiles, por la edad a la que van destinados éstos no deben superar los 1,50 m de altura en su cota más alta y han de estar anclados al suelo de forma firme, la superficie que soporta estos juegos debe ser de material blando absorbente de impactos adecuado al medio exterior.
En el caso de existir areneros, éstos deben someterse a mantenimiento periódico, además de permanecer protegidos y tapados mientras no sean usados (evitando la defecación de animales y otros riesgos sanitarios).
En ningún caso se puede instalar ningún tipo de piscina de agua.
El mobiliario ajeno a los juegos de los niños deben estar de acuerdo con los requisitos establecidos en la zona de seguridad y contar con características que los hagan aptos para uso infantil.
NORMATIVA EQUIPAMIENTO ESCOLAR
PUERICULTURA ESCOLAR
Los requisitos para los productos de puericultura en escuelas infantiles son:
Cumplirán con la legislación europea que limita la comercialización y uso de sustancias peligrosas, especialmente en lo que respeta al uso de ftalatos.
Con propiedades ignifugas para el revestimiento y relleno según normativa aplicable.
Densidad suficiente para resistir las deformaciones por caídas de niños sin riesgo para las personas (25 kg/m3).
No deben presentar huecos por donde el niño pueda introducir los dedos.
Todos los acabados han de ser redondeados, no pueden existir aristas, ni elementos cortantes, el material empleado en la fabricación y/o los acabados no debe tener un efecto tóxico o irritante al entrar en contacto con él.
En el caso de llevar tornillos, éstos deben estar ocultos a la manipulación infantil y no pueden desprenderse. Así mismo no deben existir partes pequeña que se puedan separar o desmontar.
Los arneses (cuya anchura mínima debe ser de 0,15 cm), deben regularse a la longitud adecuada de la dimensión corporal del menor, evitando que queden sueltos y se enrolle en el cuello. Se recomienda arneses de 5 puntos y utilizarlo en cualquier circunstancia.
Si disponen de ruedas, han de contar con freno accionable por pedal, en todas ellas, impidiendo que éstas giren una vez bloqueadas.
La estabilidad del producto debe residir durante su uso o por manipulación infantil.
Si dispone de partes móviles, éstas no deben producir atrapamientos al estar en movimiento o en contacto con otras partes móviles.
No deben existir huecos o salientes que deriven en el enganche de la ropa del niño (sobre todo cordones, cintas, etc., que puedan provocar estrangulación).
Los artículos plegables deben incorporar en el sistema de cierre mecanismos de doble acción o bien se debe ejercer una presión adecuada para evitar que la fuerza de un menor pueda abrirlos o cerrarlos. Así mismo deben incluir un sistema de bloqueo que evite la posibilidad de plegado accidental durante su uso.
En ningún caso se deben utilizar productos en niños con edades no recomendadas en las instrucciones de uso del fabricante.
Deben ser resistentes y duraderos en función del uso masivo que se le da en centros destinados a la infancia, se recomienda revisión periódica de los componentes.
Las instrucciones de uso del fabricante debe incorporar información adicional y las advertencias de seguridad necesarias para evitar riesgos durante su uso y mantenimiento.
Añadir a estas recomendaciones generales, otros requisitos específicos que debe disponer el equipamiento de productos de puericultura para centros destinados a la infancia de 0 a 3 años se basa en:
Cunas: deben cumplir la Norma UNE-EN 716-2:2008
Hamacas: no se pueden utilizar por niños que se pueden incorporar por si solos (EN12790)
Tronas: deben impedir que el niño pueda deslizarse hacia delante cuando esté sentado incorporando para ello una barra entre las piernas, además deben contar con protecciones laterales. (EN 14988: 2006)
Hamacas siesta: deben incorporar patas que levanten la hamaca del suelo, para evitar el contacto con él, lona transpirable. (XPS 54-045; UNE-EN 71)
MOBILIARIO ESCUELAS INFANTILES
Las características de seguridad que deben cumplir el mobiliario de las escuelas infantiles son:
Estabilidad: teniendo en cuenta que pueden existir desniveles e irregularidad en las superficies, el mobiliario debería disponer de patas estabilizadoras regulables para salvar estos defectos. Las patas además, ayudan a salvaguardar los muebles y favorecer su durabilidad y mantenimiento, además de fomentar la higiene de los espacios.
El mobiliario auxiliar que no ofrezca una resistencia estructural debido a su ligereza debe contar con anclajes reversibles a la pared para evitar que pueda caer encima.
Los elementos como pomos, tiradores, perchas, etc., que se sitúen dentro de la zona de seguridad deberían ser de material blando, evitando contusiones derivadas de golpes y/o choques involuntarios.
Todas las puertas del mobiliario deben contar con protección antiatrapamiento de dedos.
Los herrajes deben quedar ocultos de la manipulación infantil.
La superficie debe ser no porosa, facilitando la limpieza y desinfección; en el caso de ser fabricado en madera ha de contar con la característica de inastillable, por lo que se recomienda la madera de haya.
Las partes móviles del mobiliario, que sean accesibles durante un uso normal deben mantener, cuando estén en movimiento una distancia de seguridad de menos de 0,8 o a partir de 2,5 cm, para evitar atrapamientos de dedos o pies.
Los acabados deben contar con bordes romos y sin salientes traumatizantes, en el caso de incumplirse este requisitos se deben incorporar protecciones anti-traumatismos.
Los contenidos de riesgo de lesión o accidente infantil deberán ser inaccesibles a la manipulación infantil, para ello el continente deberá incorporar seguros de protección infantil o cerradura.
Los barnices y pinturas empleados en los acabados del mobiliario deberán ser atóxicos. Para ello se recomiendan los barnices al agua, evitando siempre los de poliuretano por la toxicidad que experimenta al entrar en contacto con la boca del niño.
Los cajones y cubetas deben incorporar elementos que eviten la salida completa, para evitar que un niño se pueda tirar contenido y cajón o cubeta encima si lo manipula.
Los espejos deben ser de seguridad y estar adheridos a la pared para evitar desprendimientos.
Las sillas y las mesas se establecerán en los espacios en función de las tallas acordes a los niños que acoge.
El mobiliario que disponga de ruedas ha de contar con freno accionable por pedal, en todas ellas, impidiendo que éstas giren una vez bloqueadas.
SEGURIDAD INFANTIL EN JUGUETES
Los juguetes destinados a la denominada “primera infancia” de 0 a 3 años son los que por la vulnerabilidad del colectivo (dadas sus características físicas e inmadurez motriz), además del habitual descubrimiento de las características de los objetos que manipulan a través de la boca, son los que precisan de mayores niveles de seguridad.
Se considera que un juguete es seguro cuando atendiendo al comportamiento habitual de un niño, éste no pone en riesgo la seguridad y la salud del menor y otros agentes dinámicos, mientras se utiliza. Para determinar esta denominación todos los juguetes comercializados en la Unión Europea, han de cumplir con la normativa, identificada con el Marcado CE, además de informar al consumidor de forma eficaz del uso apropiado y de los riesgos en el caso de que este uso no se produzca.
Una de las normas de seguridad más importantes, es la obligación en todos los juguetes de mencionar aquellos que son destinados a menores de 36 meses, habiendo pasado las pruebas necesarias para verificar que no generan ni contienen piezas pequeñas que puedan ser ingeridas o inhaladas. Así pues los juguetes no destinados a menores de 36 meses y que además tengan implícito riesgos para ellos, deben llevar la advertencia de no adecuados para menores de 36 meses o bien el símbolo que así lo identifica, incluyendo la explicación del riesgo específico que origina esta restricción.
Además de los juguetes comercializados, en muchos centros se llevan a cabo propuestas de alto contenido pedagógico con otros instrumentos para realizar el juego que no son juguetes, donde los niños interactúan con diferentes materiales y objetos favoreciendo el aprendizaje por el descubrimiento, la sociabilización, la realidad, etc., son por ejemplo el Cofre de los Tesoros y el juego heurístico. Para evitar riesgos derivados de la actividad no se deben utilizar objetos que entrañen peligro de lesión o atragantamiento: botes de cristal, legumbres, botones, etc.
ELEMENTOS DE PSICOMOTRICIDAD INFANTIL
Todos los elementos destinados a la estimulación motriz o bien mobiliario realizado en foam deben favorecer el desarrollo y la adquisición de nuevas habilidades sin que ello suponga riesgos para los niños, así mismo las medidas deben estar acordes a la evolución antropométrica de los usuarios, las características y requisitos de seguridad que deben cumplir son:
No deben resultar tóxicas al contacto, excluyendo para su fabricación los ftalatos.
Autoextinguible (Ignifugo M2)
Resistentes a la abrasión, a la exposición solar, a la transpiración, a la saliva humana, a la orina y a la sangre.
Deben contar con protección antimicrobiana, antibacteriana y antimicótica.
Deben facilitar la limpieza con productos tradicionales fomentando la higiene.
En el caso de llevar cremalleras para desenfundar el producto, recomendadas para facilitar la higiene, éstas deben permanecer ocultas a la manipulación infantil, así como evitar posibles lesiones y heridas producidas por el cursor.
La densidad de las espumas ha de ser adecuada al peso de los niños: 25 kg/m3.
Ofrecer garantías de mantenimiento que optimicen la gestión y los recursos.
SEGURIDAD VIAL INFANTIL EN LOS ENTORNOS ESCOLARES
Los fatales atropellos que cada año se suceden en los entornes escolares, ponen de manifiesto la necesidad de adaptar los espacios viales frecuentados por menores a sus necesidades y características.
Partiendo de la base que las ciudades están construidas por y para adultos, las medidas de prevención y seguridad de estos espacios necesitan de una auditoria vial que detecte las deficiencias y ofrezca soluciones que se integren en la realidad del municipio, consiguiendo beneficios de movilidad que repercutan en toda la población, priorizando la protección de los más vulnerables.
Como requisito básico: Las familias deben cumplir con los requisitos de protección que los menores necesitan, sabiendo que son el ejemplo a seguir por éstos y el modelo de actuación que imitaran en el desarrollo de su autonomía como peatones y futuros conductores. Si nos acercamos a un centro en las horas de entrada y salida podemos observar la cantidad de infracciones.
Por parte de los responsables de la ordenación viaria y movilidad, el trabajo colaborativo con el resto de agentes implicados (familia y escuela) debe establecer las bases para crear estos entornos bajo los criterios preventivos que éstos requieren y que deberían considerar los siguientes conceptos:
Vía de circulación: lo ideal es que sea peatonal o como mucha vía 30 (reduciendo el riesgo de accidente y la gravedad de la lesión en caso de producirse), de un solo sentido, ofreciendo mayor protagonismo a los peatones, evitando el tráfico de paso y reduciendo el número de automóviles que soporta la zona.
Señalización: los accesos al centro educativo deben informar a los conductores mediante señalización vertical y/o marcados viales de superficie, que se encuentran próximos a zona frecuentada por menores, de forma que extremen las medidas de precaución y reduzcan la visibilidad.
Semáforos: la regulación en tiempo variable, facilita la movilidad peatonal en momentos de máxima aglomeración (entradas y salidas), así como circulación rodada en el resto de tiempo. En el caso de existir cruces amplios, éstos deben contar con refugios peatonales para albergar a varias personas.
Reductores de velocidad: instalados previamente a los cruces de peatones, se consigue una desaceleración antes de la llegada al mismo (IMPORTANTE: la labor educativa de las familias al no cruzar entre automóviles o por sitios no establecidos).
Pasos de peatones: elevados o con rebajes en las aceras, cumpliendo con la accesibilidad del espacio, deberían derivar lo más próximo a la puerta de acceso del centro educativo.
Aceras y calzada: el estado de conservación debe ser óptimo, evitando caídas a menores con habilidades motrices en desarrollo. La anchura de las mismas debe establecerse en función de la aglomeración de personas, niñ@s y sillas de bebés, siendo lo suficientemente amplias para albergarlas.
Mobiliario urbano: la ubicación y distribución del mismo no debe suponer en ningún caso la obstaculización visual de peatones y conductores, de la misma forma no obstruirá los pasos de cruce o la reducción de las aceras.
Estacionamiento: en centros destinados a la primera infancia, se debe tener en cuenta la necesidad de estos menores a ir en dispositivo de retención infantil adecuado a su peso y talla y la necesidad de las familias a disponer de un espacio donde poder sujetar a los niñ@s a estos dispositivos de forma tranquila, por lo que deben existir zonas de estacionamiento con limitación horaria para esta función. Sobre el tipo de estacionamiento, se recomienda los denominados en línea, evitando los de batería (por invasión de calzada ante un despiste o imprudencia). Así mismo los aparcamientos situados en las zonas de acceso principal o cercanos al centro deben disponer de elementos de seguridad como espejos de visualización panorámica para evitar atropellos involuntarios al salir de dichos espacios
Vallas de protección y canalización de personas: éstas deberían rodear todo el perímetro del centro educativo, estudiando la ubicación de los espacios abiertos en aquellos puntos donde se canalice a los peatones a los cruces establecidos para ello, el resto de vallado (con elementos de seguridad), debe proteger a los menores de salidas sin control.
Transporte público y/o escolar: llegados a este punto, y como base inicial de este artículo, el transporte escolar debe cumplir con los requisitos de seguridad, que aun no siendo de obligado cumplimiento, ofrezca los beneficios de control y separe de forma clara los espacios destinados a vehículos de los de los peatones.
Otros conceptos de seguridad relativos son:
Los autobuses escolares deben contar con SRI adecuados a los menores que lo utilizan
Disponer de un estacionamiento propio y exclusivo, con visibilidad clara y donde no coincidan con peatones.
Las maniobras no se pueden ejercer hasta que los menores estén ubicados dentro del centro o del autobús.
Utilizar sistemas de control y localización de menores que aseguren la ubicación de los mismos, evitando la marcha si falta algún niñ@ por subir o que se quede en el interior cuando ha finalizado el servicio.
Conocer los medios materiales y procedimientos de actuación de seguridad en caso de accidente. Realización de ejercicios donde todos los agentes se impliquen y sepan cual es su función.
En definitiva la regulación de los entornos viales es vital para la prevención de accidentes, una responsabilidad compartida:
Por un lado por parte de las administraciones y responsables de los centros, colaborando para conseguir espacios adaptados bajo los parámetros de prevención, recomendando incluir la vigilancia en aquellos puntos más críticos. Una ordenación que se debe basar en la protección de los usuarios más vulnerables (niñ@s) según sus necesidades y características, con el beneficio para toda la población que ello supone.
Por otro los adultos somos responsables de su control y educación continúa, la sociedad en general fomenta y valora las clases de educación vial que los menores reciben en su etapa educativa, y que incluyen valores como el respeto, la convivencia y la conciencia social. Todos conocemos las normas establecidas y pocos las cumplimos, de forma inconsciente nuestras prioridades se encaminan más hacia objetivos personales que hacia los educativos (educación, respeto, cumplimiento de normas). Debemos ser conscientes de que aquello que los adultos decimos y enseñamos (modelo a seguir) debe alinearse con lo que hacemos (coherencia de criterios), para llegar a conseguir la cultura preventiva que se persigue.
El transporte escolar es utilizado a diario por miles de niños en España, y que como ya hemos insistido en muchas ocasiones debería incluir los mismos requisitos de seguridad en cuanto a retención que el transporte privado.
En esta ocasión queremos recordar algunas de las normas de seguridad necesarias en las diferentes acciones que se llevan a cabo, recomendaciones a tener en cuenta por los todos colectivos (agencias de transportes, técnicos de movilidad, adultos acompañantes, conductores, centros escolares) para hacer de todo el proceso un elemento educativo de autoprotección en los menores y por supuesto unas rutas adecuadas a sus necesidades y a la optimización de la movilidad del resto de conductores.
PARADAS DE RECOGIDA
Deberían situarse en puntos donde no se obstaculice la visibilidad ni la circulación del resto de conductores: en tramos rectos y con acceso directo a la calzada peatonal.
La señalización de la misma es muy importante para los niños y para el resto de conductores: estableciendo una zona de seguridad donde los pequeños puedan esperar la llegada del transporte por turnos (a ser posible con alineación frente a la parada antes que de forma lineal) y sin riesgos.
PARADA DEL CENTRO EDUCATIVO
Ubicada próxima a la puerta de acceso: en aquellos centros donde existan diferentes accesos, es muy recomendable dejar una puerta exclusiva para los niños que acceden mediante este transporte, diferenciada de aquellos que lo hacen a pie. Evitando siempre que los niños tengan que efectuar un cruce al bajar o subir del autobús.
La parada no debe obstaculizar el acceso del centro, ni suponer un riesgo para los niños que acceden a pie ni para el resto de conductores.
Se recomienda que se establezca una parada fija reservada para el transporte escolar bien señalizada, informando al resto de conductores y a los peatones de que ese espacio es exclusivo para el autobús escolar.
AL BAJAR Y SUBIR DEL AUTOBÚS
NIÑOS
Subir y bajar únicamente cuando el autobús se encuentre totalmente parado.
Tu seguridad y la de tus compañeros dependen de ti, no empujes, juegues, saltes ni cometas imprudencias que te puedan poner en riesgo a ti y al resto de pasajeros mientras subes, bajas o esperas el autobús.
Asegúrate de recoger bien las cintas de las mochilas, bufandas, cordones, etc., para evitar que puedan engancharse en las puertas y otros equipamientos del autobús.
Si tienes que cruzar, hazlo siempre por los espacios señalizados (pasos de peatones, semáforos), y NUNCA cruces por delante o por detrás del autobús, ni entre los automóviles aparcados o parados.
CONDUCTOR
Abrir las puertas cuando el autobús se encuentre totalmente parado y en las paradas establecidas.
Realizar las maniobras cuando se asegure que todos los niños se encuentran en el acceso del centro educativo o perfectamente sentados: de esta forma también educaremos a los menores en autoprotección y comportamiento dentro del autobús.
INTERIOR DEL AUTOBÚS
Todos los equipajes se guardarán en los espacios reservados para tal fin, evitando objetos sueltos puedan provocar lesiones de diversa consideración en caso de accidente o frenada brusca.
Los pasillos debe estar libres de obstáculos.
Todos los ocupantes deben ir en su SRI o con el cinturón abrochado
EN CASO DE EMERGENCIA
Es imprescindible realizar simulacros en el autobús, con los pequeños y los acompañantes para saber cómo actuar en caso de emergencia, todos deben tener un papel activo y bien definido en caso de evacuación.
Enseñar la conducta PAS, y la ubicación de las salidas de emergencia (puertas de servicio, ventanas de emergencia y martillo, trampilla de emergencia), así como la ubicación y utilización de extintores.
TODOS deben conocer las medidas de seguridad, autoprotección y emergencias: recomendamos pictogramas para los más pequeños y Códigos QR para todos
CONTROL
Una vez más las nuevas tecnologías son aliadas para llevar un exhaustivo control de los niños que utilizan el servicio de transporte escolar, sistemas basados en aplicaciones que nos ayudan a evitar que un niño se olvide fuera o dentro del autobús.
Por ultimo volvemos a recordar la importancia de contratar servicios de autocares que respondan a todos los equipamientos de seguridad incluidos los sistemas de retención infantil adecuados al autocar y a los menores, un equipamiento que los adultos (AMPAS, Dirección del centro, administraciones públicas) deben exigir a las agencias de transporte y que cada vez son más las que lo incluyen en su servicio de transporte escolar.
Evacuación:
Es el conjunto de acciones que se establecen para trasladar a las personas en situación de riesgo a zonas de seguridad donde el nivel de riesgo sea mínimo.