Tener que realizar un autorrescate en trabajos verticales es una posibilidad que, aunque remota, debe anticiparse y planificarse correctamente en todas las situaciones. Descender o elevar a un compañero, superar obstáculos como nudos o fraccionamientos o realizar un cambio de cuerda son sólo algunas de las maniobras que todo técnico debería conocer. Ahí van algunas de las técnicas más utilizadas a día de hoy.
¿Hacia arriba o hacia abajo?. Cuando hablamos de técnicas de autorrescate en trabajos verticales diferenciamos dos grandes bloques:
Descender a la víctima
Elevar a la víctima
En este artículo vamos a repasar paso a paso maniobras de evacuación por descenso exclusivamente.
La primera opción a valorar a la hora de planificar un rescate será el descenso de la víctima. Elevar a la víctima es una opción perfectamente viable si se ha planificado correctamente, pero siendo mucho más sencillo descenderla que elevarla daremos siempre prioridad a la primera posibilidad.
La principal dificultad de una maniobra de rescate de un trabajador suspendido de una cuerda es desengancharlo de esa cuerda y pasarlo a un sistema alternativo de descenso. En trabajos verticales nos podemos encontrar con dos situaciones claramente diferenciadas:
Trabajador suspendido de su descensor
Trabajador suspendido de bloqueadores/anticaídas/elemento de amarre.
En el primer caso el desbloqueo es muy sencillo, pues bastará con activar la palanca del descensor para transferir el peso de un sistema (su cuerda) a otro (por ejemplo, la cuerda del rescatador). Hablamos aquí de un sistema “desembragable”. En el segundo caso, los dispositivos no son desembragables por lo que nos veremos obligados a elevar al rescatado para poder desbloquearlos.
Existen diversas técnicas para desbloquear a una persona suspendida de dispositivos no desembragables, aunque en este artículo nombraremos tres:
Una vez desbloqueada la víctima nos podemos encontrar con dos situaciones claramente diferenciadas:
Descenso sin obstáculos: el descenso se realiza desde el punto de desbloqueo de la víctima hasta el suelo directamente.
Descenso con obstáculos: rescatado y rescatador deben sortear algún obstáculo antes de poder alcanzar el suelo: fraccionamientos, desvíos, cambios de cuerda, nudos, etc.
Lo ideal sería siempre hacer un descenso sin obstáculos, pero esto no siempre es posible. Por ejemplo, si la víctima se encuentra trabajando en una zona en la que resulta imposible bajar al suelo (porque hay agua, o por la presencia de alguna máquina de una fábrica que no es posible detener) no quedará más remedio que cambiarse a otras cuerdas o superar un fraccionamiento o un desvío en caso de que se haya optado por estas opciones para poder descender a una zona segura.
De nuevo aquí, lo ideal sería hacer un rescate por cuerdas distintas a las del herido, aunque no siempre es posible. Correctamente planificado el autorrescate de una víctima puede realizarse por las mismas cuerdas de la víctima. Por supuesto, siempre deberíamos contar con un plan b por si una de las cuerdas de la víctima resultara dañada.
➔ En este artículo todos los rescates se realizan sobre las mismas cuerdas
➔ El acceso a la víctima se hace siempre desde arriba, colocando el descensor en la cuerda del anticaídas del accidentado y nuestro anticaídas en la cuerda de su descensor.
Los casos en los que haya que acceder desde abajo complican ligeramente la maniobra ya que el rescatador debe posicionar su anticaídas por encima de la víctima como si de un paso de nudo se tratara antes de iniciar el rescate propiamente dicho.
➔ Se ha elegido la técnica de desbloqueo por contrapeso con estribo para todos los escenarios
➔ El mosquetón del descensor del rescatador irá conectado a la anilla ventral de manera que el gatillo quede mirando haciendo dentro y la abertura quede hacia abajo (en el siguiente punto se explica el porqué)
➔ Como conexión entre víctima y rescatador usaremos uno o dos mosquetones (o una cinta exprés con mosquetones de seguridad) que conectarán su anilla esternal con el mosquetón de nuestro descensor
Son varias las ventajas de este sistema frente al uso del cabo corto: por un lado la víctima cuelga mucho más cerca de nosotros (lo que nos permite asistirla en caso necesario). También nos permite salirnos del sistema en caso de necesidad dejando colgando a la víctima en las cuerdas, algo muy complicado de hacer cuando ésta cuelga directamente de nuestro cabo corto. Por último permite que, una vez llegados al suelo, podamos, gracias a la posición del conector de nuestro descensor descrita en el punto anterior, soltarnos del descensor dejando colgada a la víctima de él
Esto nos permite colocarla en posición sentada con las piernas dobladas si está consciente o en posición lateral de seguridad (PLS) si está inconsciente ya que el rescatador llega al suelo antes que la víctima, algo muy importante si queremos evitar las consecuencias derivadas de lo que se conoce como “muerte del rescate”
➔ A esta conexión corta añadiremos una segunda conexión (conexión larga), ya que al efectuar el recate sobre las mismas cuerdas de la víctima ésta necesita un segundo punto de conexión con el sistema de seguridad. Haremos esta conexión larga con nuestro cabo largo, que conectaremos en la anilla esternal de la víctima [/su_box]
A continuación vamos a repasar paso a paso cinco maniobras de rescate con las que nos podemos encontrar en caso de emergencia.
Es la situación más sencilla de resolver y a la vez la más probable pues en la mayoría de los casos nos encontramos trabajando suspendidos del descensor.
1. Acercarnos a la víctima por la cuerda de su anticaídas hasta situarnos ligeramente por encima de él. No seguiremos bajando para evitar que su anticaídas quede en posición desfavorable (por debajo de su anilla esternal, en caso de no lo estuviera).
2. Conectar nuestro cabo largo a su anilla esternal y bajar ligeramente hasta que el mosquetón de nuestro descensor se encuentre a la altura de la anilla esternal de su arnés.
3. Utilizando uno o dos mosquetones, conectar su anilla esternal al mosquetón de nuestro descensor.
4. Activar la palanca del descensor de la víctima hasta que quede totalmente suspendida de nosotros. Es importante procurar que las cuerdas no queden atrapadas entre víctima y rescatador y que los mosquetones de la conexión corta trabajen correctamente (eje longitudinal).
5. Sacar la cuerda de su descensor y comprobar que nuestro anticaídas no está bloqueado.
6. En caso necesario (depende de cada fabricante) añadir un mosquetón de frenado adicional en una de las anillas laterales de nuestro arnés, pasar la cuerda inactiva de nuestro descensor y descender hasta el suelo.
1. Repetir los pasos 1-3 del escenario nº1.
2. Colocar un bloqueador (normalmente nuestro “puño” o el de la víctima) en la cuerda de la que está suspendida la víctima y conectar el mosquetón del pedal en su anilla esternal.
3. Pasar el pedal por un mosquetón conectado en el agujero superior del puño (con ello ganamos unos valiosos centímetros) y subirse al estribo de manera que todo nuestro peso esté sobre él.
Es importante no colocar el puño demasiado alto, ya que después nos costará recuperarlo
La altura del estribo es crítica para que la maniobra de desbloqueo se haga cómodamente. Si lo colocamos más abajo, la víctima se nos quedará muy alta y nos costará elevarla.
Si lo colocamos muy arriba, los mosquetones que nos conectan a la víctima (ver punto nº2) nos impedirán ponernos de pie ya que la conexión no será suficientemente larga. Una buena referencia es que una vez cargado todo nuestro peso sobre él, el pie se nos quede justo por debajo del culo de la víctima.
4. Agarrados con una mano a la cuerda de la víctima, cogeremos su arnés por debajo de la anilla ventral con la otra mano y tiraremos hacia arriba de modo que elevemos a la víctima tres o cuatro dedos, lo suficiente para que el bloqueador de pecho pierda tensión. Abrimos el bloqueador, sacamos la cuerda y volvemos a cerrarlo.
5. Cogemos los dos segmentos del estribo con una mano y sacamos el pie del estribo. Soltamos lentamente el estribo hasta que la víctima quede totalmente suspendida de nosotros.
NOTA: Destacar que la transferencia directa de la víctima sobre el rescatador con esta técnica no es factible si ésta se encuentra lejos de la cabecera (20 metros o más).
En efecto, debido a que el “chicle” de la cuerda de la víctima será de entre el 3 y el 5% de la longitud de cuerda que haya entre ella y la cabecera —según norma EN 1891 A, cuerdas de bajo coeficiente de alargamiento—, al soltar el peso del estribo es muy probable que el puño colocado en la cuerda de la víctima se nos quede fuera de alcance y dificulte el control del estribo, ya que ésta tenderá a “subir” a medida que se vaya transfiriendo el peso a las cuerdas del rescatador.
Por ello, en estos casos añadiremos un paso más a la secuencia: colocaremos el descensor de la víctima en su anilla ventral y transferiremos su peso de su bloqueador de pecho a este descensor y no a nosotros directamente.
De este modo, una vez colgado de su descensor, podremos transferir su peso a nuestras cuerdas activando simplemente la palanca.
6. Descender hasta el suelo (añadir mosquetón de frenado si necesario).
➔ Rescate nº3: víctima inconsciente suspendida de bloqueador de pecho. Cambio de cuerda
1. Repetir los pasos 1-5 del escenario nº 2.
2. Conectar un segundo descensor (el de la víctima) a nuestra anilla ventral de modo que también coja el mosquetón de la conexión corta y pasarle la cuerda a la que queremos cambiarnos. Tensamos ligeramente esta cuerda a mano.
3. Conectar el anticaídas de la víctima a nuestra anilla esternal y pasarle la cuarta cuerda.
4. Activamos el primer descensor para iniciar la transferencia de una cuerda a otra hasta quedarnos suspendidos totalmente del segundo sistema.
5. Soltar las cuerdas del descensor y anticaídas de las cuerdas de arranque y continuar con el descenso.
1. Repetir los pasos 1-5 del escenario nº 2. Es fundamental que tanto la conexión corta como la larga entre víctima y rescatador no queden situadas en el lado cóncavo (o interior) que forma la comba del fraccionamiento, sino en el lado convexo (o exterior). De lo contrario podríamos quedarnos atrapados en la propia comba, al quedar la víctima a un lado y el rescatador al otro.
2. Descender hasta que nuestro descensor se sitúe a la altura del nudo del fraccionamiento.
3. Conectar un segundo descensor (el de la víctima) a nuestra anilla ventral de modo que también coja el mosquetón de la conexión corta y pasarle la cuerda a la que queremos cambiarnos, (la que sale del fraccionamiento y va al suelo). Tensamos ligeramente esta cuerda a mano.
4. Activamos el primer descensor para iniciar la transferencia de una cuerda a otra hasta que ambas cuerdas tengan más o menos la misma tensión.
5. En este momento estaremos conectados a tres cuerdas, por lo que aprovecharemos para cambiar el anticaídas de la cuerda que sale del fraccionamiento hacia arriba a la cuerda que sale del fraccionamiento hacia abajo.
6. Terminamos la transferencia activando el primer descensor hasta quedarnos totalmente suspendidos del segundo descensor.
7. Soltar la cuerda del primer descensor y continuar con el descenso.
1. Repetir los pasos 1-5 del escenario nº 2.
2. Detenerse cuando el nudo se encuentre 1 metro por debajo de nuestro descensor.
3. Hacer un nudo mariposa en la cuerda del descensor, por debajo del nudo que queremos saltar y tan pegado a éste como sea posible.
4. Conectar este último nudo a la cuerda de suspensión por encima de nosotros mediante un bloqueador (por ejemplo un puño) de manera que se forme una comba. El nudo mariposa debe quedar a la misma altura que nuestro descensor.
5. Colocar el descensor de la víctima en nuestra anilla ventral y conectarlo al tramo de cuerda que sale de la comba y va hasta el suelo. Tensarlo a mano todo lo que se pueda.
6. Activar el primer descensor para transferir el peso al segundo descensor.
7. Retirar el primer descensor y seguir bajando.