Una convulsión es una alteración eléctrica repentina y descontrolada del cerebro. Puede provocar cambios en la conducta, los movimientos o los sentimientos, así como en los niveles de conocimiento. Si el paciente presenta dos o más convulsiones o tiendes a tener convulsiones recurrentes y no febriles se sospecha de epilepsia.
Existen muchos tipos de convulsiones que varían según su intensidad. Los tipos de convulsiones difieren según dónde y cómo se producen en el cerebro. La mayoría de las convulsiones duran de 30 segundos a 2 minutos. Las convulsiones que duran más de cinco minutos constituyen una emergencia médica. Pueden ir seguidas de somnolencia y confusión que pueden durar varias horas o días.
Las células nerviosas (neuronas) del cerebro crean, envían y reciben impulsos eléctricos que permiten que las células nerviosas del cerebro se comuniquen. Cualquier cosa que interrumpa estas vías de comunicación puede provocar una convulsión.
La causa más común de las convulsiones es la epilepsia. Sin embargo, no todas las personas que tienen una convulsión tienen epilepsia. A veces, las convulsiones se producen debido a las siguientes causas:
Fiebre alta, sobre todo en los niños.
Infecciosas: como la encefalitis o la meningitis.
Falta de sueño
Bajo nivel de sodio en la sangre (hiponatremia), lo que puede suceder con la terapia con diuréticos.
Medicamentos, como ciertos analgésicos, antidepresivos o terapias para dejar de fumar, que reducen el umbral convulsivo.
Un traumatismo craneal que causa un área de sangrado en el cerebro.
Accidente cerebrovascular.
Tumor cerebral.
Abuso del café (cafeína).
Drogas ilegales o recreativas, como las anfetaminas o la cocaína.
Abuso de alcohol, durante momentos de abstinencia o de extrema embriaguez.
Infección por COVID-19, etc.
Estímulos rítmicos: Algunos estímulos rítmicos externos, como luces y/o ruidos o música intermitentes, pueden provocar crisis epilépticas. Se correlacionan con un incremento en la potencia de las ondas delta y theta en el electroencefalograma (EEG). Ésto explica el fenómeno ocurrido en 1997 en el que cientos de niños japoneses sufrieron ataques epilépticos mientras veían un capítulo de "Pokémon". Casi 700 niños japoneses sanos, sufrieron de brotes espontáneos que se vincularon con la llamada "epilepsia fotosensible" en el que ciertos estímulos visuales provocan las convulsiones. Esto tiene un importante repercusión social y psicológica en pacientes adolescentes que quieren ir a una discoteca y les es nocivo el bullicio, la música en alto volúmen y especialmente la música electrónica; y los juegos de luces que parpadean y cambian de colores. A eso se le suma que habitualmente es un lugar en donde hay consumo de alcohol.
Aun así, muchas veces se desconoce la causa de la convulsión.
En las convulsiones, los signos y síntomas pueden oscilar entre leves y graves, y variar según el tipo de convulsión. Algunos de los signos y síntomas de convulsiones son:
Confusión temporal
Episodios de ausencias
Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas
Pérdida del conocimiento o conciencia
Síntomas cognitivos o emocionales, como miedo, ansiedad, o "déjà vu" (sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se está produciendo por primera vez).
Las convulsiones se pueden dividir en focales o generalizadas, en función de cómo y dónde comienza la actividad cerebral anormal.
Las convulsiones focales se producen a causa de actividad eléctrica anormal en una parte del cerebro. Las convulsiones focales pueden ocurrir con pérdida del conocimiento o sin ella:
Convulsiones focales con alteración de la conciencia. Estas convulsiones involucran un cambio o la pérdida del conocimiento o conciencia. Puede mirar fijamente en el espacio y no responder con normalidad a su entorno o realizar movimientos repetitivos, como frotarte las manos, mascar, o tragar.
Convulsiones parciales de semiología compleja: Son episodios de movimientos y automatismos motores, como puede ser abrocharse y desabrocharse un botón repetitivamente, caminar en círculos, etc. No recuerdan lo sucedido.
Convulsiones focales sin pérdida del conocimiento. Estas convulsiones pueden alterar las emociones o cambiar la manera de ver, oler, sentir, saborear o escuchar, pero sin perder el conocimiento. También pueden provocar movimientos espasmódicos involuntarios de una parte del cuerpo, como un brazo o una pierna, y síntomas sensoriales espontáneos, como hormigueo, mareos y luces parpadeantes.
Los síntomas de las convulsiones focales pueden confundirse con otros trastornos neurológicos, como migraña, narcolepsia o enfermedades mentales.
Las convulsiones que aparentemente se producen en todas las áreas del cerebro se denominan «convulsiones generalizadas». Los diferentes tipos de convulsiones generalizadas comprenden:
Crisis de ausencia. Las crisis de ausencia, previamente conocidas como «convulsiones petit mal» (epilepsia menor), a menudo ocurren en niños y se caracterizan por episodios de mirada fija en el espacio o movimientos corporales sutiles como parpadeo o chasquido de labios. Pueden ocurrir en grupo y causar una pérdida breve de conocimiento.
Crisis tónicas. Las crisis tónicas causan rigidez muscular. Generalmente, afectan los músculos de la espalda, brazos y piernas, y pueden provocar caídas.
Crisis atónicas. Las crisis atónicas, también conocidas como «convulsiones de caída», causan la pérdida del control muscular, que puede provocar un colapso repentino o caídas.
Crisis clónicas. Las crisis clónicas se asocian con movimientos musculares espasmódicos repetitivos o rítmicos. Generalmente afectan el cuello, la cara y los brazos.
Crisis mioclónicas. Las crisis mioclónicas generalmente aparecen como movimientos espasmódicos (mioclonías) breves repentinos o sacudidas de brazos y piernas.
Crisis tónico-clónicas. Las crisis tonicoclónicas, previamente conocidas como «convulsiones de gran mal» (epilepsia mayor), son el tipo de crisis epiléptica más intenso y pueden causar pérdida abrupta del conocimiento, rigidez y sacudidas de todo el cuerpo y, en ocasiones, pérdida del control de la vejiga o mordedura de la lengua. Cuando afectan sólo una mitad del cuerpo o sólo un brazo, se las llama "Jacksonianas" y el hemisferio cerebral afectado es el contralateral.
Tener convulsiones en momentos determinados puede provocar circunstancias peligrosas para ti o para otras personas. Podrías correr el riesgo de tener:
Caídas. Si sufres alguna caída durante una convulsión, puedes lastimarte la cabeza o romperte un hueso.
Ahogo. Si tienes una convulsión mientras nadas o tomas un baño, corres riesgo de ahogarte por accidente.
Accidentes automovilísticos. Una convulsión que causa la pérdida del conocimiento o del control puede ser peligrosa si estás conduciendo un automóvil u operando maquinaria.
Complicaciones en el embarazo. Las convulsiones durante el embarazo pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el bebé, y ciertos medicamentos antiepilépticos aumentan el riesgo de defectos al nacer. Si tienes epilepsia y planeas quedar embarazada, trabaja con tu médico para que pueda ajustar tus medicamentos y controlar tu embarazo según sea necesario.
Problemas de salud emocional. Las personas que padecen convulsiones son más propensas a tener problemas psicológicos, como depresión y ansiedad. Los problemas pueden ser resultado de dificultades para lidiar con la enfermedad y de los efectos secundarios de los medicamentos.
Evitar que el paciente se muerda o se lastime.
Si hay fiebre, bajarla con antitérmicos y medios físicos; e investigar la causa.
Administración de benzodiacepinas (Diazepam).
Si se trata de un estado de mal, actuar y derivar.
El estatus epiléptico (EE) es una crisis epiléptica prolongada o una serie de crisis durante las cuales el paciente no recobra completamente la conciencia. Se definió el EE como crisis epiléptica que dura más de 30 minutos o dos o más crisis epilépticas subintrantes entre las cuales no existe recuperación completa de la conciencia y con una duración mayor de 30 minutos. Una nueva definición más operativa considera como EE, en adultos o niños mayores de 5 años, cualquier actividad epiléptica de más de 5 minutos de duración, caracterizada por una crisis duradera, o dos o más crisis durante las cuales el paciente no retorna a su situación previa de conciencia.
El estatus epiléptico es una emergencia neurológica que requiere una atención inmediata. El diagnóstico y el tratamiento deben ser continuos a lo largo de los primeros minutos hasta su resolución.
Se denomina EE refractario a aquél que se mantiene más de 30-60 minutos, a pesar del tratamiento adecuado con fármacos antiepilépticos de primera y segunda línea.
En niños, hasta un 51% son secundarios a causas infecciosas. En adultos, la causa más frecuente, en epilépticos previos,
La causa más frecuente en pacientes epilépticos es el incumplimiento de la medicación, la modificación del tratamiento y en los no epilépticos son las las lesiones neurológicas agudas o residuales, lesiones vasculares, fundamentalmente vasculares, traumáticas, tóxicas y metabólicas. No se puede encontrar una causa precipitante en el 10-30% de los pacientes, sobre todo en epilépticos previos.
El EE se puede clasificar en estatus parcial o estatus generalizado y estos subtipos pueden dividirse a la vez en status epiléptico (SE) no convulsivo,y status epiléptico convulsivo.
Es decir, que existirían 4 tipos fundamentales de SE:
Parcial convulsivo,
Generalizado convulsivo (GCSE)
Parcial no convulsivo
Generalizado no convulsivo.
Algunos de ellos, si no reciben tratamiento, pueden evolucionar al llamado "Estado Epiléptico Sutil" o no convulsivo. Es una forma generalizada de estatus EEG con mínimas manifestaciones motoras. Se refiere a una etapa final de un estado epiléptico tónico-clónico prolongado, se caracteriza por movimientos mioclónicos focales o multifocales, coma y descargas epileptiformes lateralizadas pseudoperiódicas con un trazado de fondo lento y de bajo voltaje en el electroencefalograma, los movimientos mioclónicos reflejan graves daños cerebrales causados por el estado epiléptico prolongado y puede no ser de naturaleza epiléptica.
Dr. Carlos Aníbal Ruffini
Durante el período de observación inicial hay que documentar la existencia de EE y, si es posible, identificar el tipo. Son emergencias que requieren diagnóstico rápido y tratamiento agresivo. El diagnóstico o el no disponer de EEG no debe retrasar el tratamiento. Cuando un tratamiento falla se debe iniciar inmediatamente el siguiente sin demora. «El tiempo es cerebro»
El tratamiento inicial de primer nivel es con Benzodiazepinas (Diazepam, Lorazepam o Clonazepam) y de segundo nivel Fenitoína o Difenilhidantoína Epamin M.R.) está bien protocolizado. Cuando los fármacos de primera y segunda elección fallan estamos ante un EE refractario y no existe consenso sobre los tratamientos de tercer y cuarto nivel (Fenobarbital, Midazolam, Ácido Valproico, etc.). El tratamiento farmacológico del EE debe ser inmediato y escalonado hasta conseguir lo antes posible su resolución
Medidas generales
El tratamiento del EE comienza con las medidas de soporte vital, aplicables a todo paciente con deterioro del nivel de conciencia. Inmediatamente después el objetivo del tratamiento es finalizar la crisis bien con fármacos o bien identificando y tratando la causa o el factor desencadenante, corregir las complicaciones sistémicas y prevenir las recurrencias.
El control de la vía aérea debe ser prioritario y cuidadoso. En la mayoría de los pacientes, a pesar de las apneas que se suceden durante las crisis, puede realizarse una adecuada ventilación y oxigenación manteniendo permeable la vía aérea, utilizando cánulas orofaríngeas o nasofaríngeas y aplicando oxigenoterapia. Se intubará cuando exista evidencia clínica o gasométrica de compromiso respiratorio.
Monitorizar constantes vitales y glucemia (método rápido).
Colocar vía venosa y realizar analítica.
Administrar tiamina 100 mg Vitamina B y glucosa al 50% 50 ml (si la glucemia está baja).
Otros: colocar sonda nasogástrica si hay intoxicación, disminuir la hipertermia (se asocia a daño neuronal), realizar TAC craneal, punción lumbar si se sospecha infección, identificación y tratamiento etiológico del EE.
Actuación ante ataque epiléptico
La epilepsia es una enfermedad de carácter crónico que se caracteriza por la súbita presencia de una serie de crisis repetidas, las cuales son de origen cerebral, donde se manifiestan una sintomatologÍa muy variable, la cual se desencadena debido a una especie de actividad eléctrica que se da en las células neuronales, de manera excesiva e hipersincrónica, que se da en ciertas zonas cerebrales.
Generalmente este tipo de ataques se caracterizan por presentar convulsiones en la victima, porque presentan al cuerpo humano sacudiéndose de una manera muy rápida e incontrolable, donde ademas los músculos de la victima se contraen y se relajan repentinamente de manera irregular.
Cuando se presenta un ataque de este tipo, puede resultar perturbador presenciarlo, sin embargo a pesar de lo complicado que se pueda ver, estas crisis convulsivas resultad en realidad inofensivas. Por este motivo te dejamos aquí algunas pautas a considerar, para saber como actuar ante un caso similar:
Lo primero que se debe hacer ante una crisis convulsiva, es evitar que la víctima llegue a lastimarse, por lo que se recomienda proteger a la victima de una caída involuntaria, para lo cual se debe acostar a la victima sobre el suelo en un área segura, tratando de vitar la presencia de muebles u objetos cortantes en el área cercana a la persona afectada.
Por tanto es muy recomendable colocar una almohada bajo la víctima a fin de que descanse su cabeza, tratando también de aflojar las prendas de vestir que se encuentren ajustadas, en especial las que se encuentran alrededor del cuello. También se debe procurar colocar a la persona de costado, de tal manera que si la victima vomita, evitemos que el vómito sea aspirado hacia sus pulmones.
De este modo si observamos que se presenta un caso de convulsión debemos en primer lugar conservar la calma, y evitar la aglomeración de personas alrededor de la victima, y tratando que la victima permanezca en el mismo lugar hasta que la convulsión haya cesado. No olvidar que se debe tener cuidado que la victima se lastime en caso de producirse una caída, para lo cual se debe retirar los objetos o muebles cercanos con los que pueda lastimarse.
Como ya se dijo luego de aflojarle las prendas que le ajusten el cuello y colocar al enfermo de lado, en caso de presentarse se debe permitir que la saliva, mucosidad o vomito salga por la boca, evitando que la victima pueda aspirar todos estos fluidos. En todo momento se debe monitorear los síntomas presentados a fin de informar luego al médico.
Durante una convulsión se debe evitar introducir cualquier tipo de objeto entre los dientes de la victima para evitar probables mordeduras en la lengua o mejillas. Simplemente cuando la convulsión empieza se debe evitar mover los miembros del afectado con el fin de impedir las contracciones musculares involuntarias que se están produciendo, solo se debe esperar a que acabe la crisis convulsiva. Si hubiere presencia de fiebre, no se debe aplicar agua fría ni alcohol.
Tampoco es recomendable suministrar a la victima cualquier liquido vía oral, hasta que las convulsiones hayan cesado, ya que se requiere que esta se encuentre totalmente despierta y consciente, para que pueda ingerir líquidos o medicamentos.
Una vez que los síntomas de la crisis convulsiva han finalizado, es normal que las victimas recuperen la consciencia de manera inmediata, si es que la convulsión fue de breve duración, sin embargo también podrían mostrarse somnolientos o confusos algunos instantes e incluso sentirse confundidos, mostrando un comportamiento inadecuado, realizando movimientos involuntarios. No olvidar que a estas alturas la victima aun se muestra confusa.
Si el paciente perdiese la consciencia se debe colocarlo acostado de lado y esperar a que este despierte por si solo. es decir se debe evitar despertarlo a la fuerza, y mucho menos exigirle que se levante.
Finalmente no olvidar que ante una crisis epiléptica no hay que alarmarse, solo se debe prestar el apoyo al afectado de la manera como se menciono anteriormente, la crisis pasara por si sola, sin embargo se deberá recurrir inmediatamente al medico cuando la convulsión dure mucho mas tiempo que en ocasiones anteriores, que puede ser de 3 a 4 minutos, por lo que siempre se debería cronometrar el tiempo de duración de estas crisis.
Ademas se urge el apoyo medico cuando el paciente presenta una convulsión después de otra sin llegar a recuperar la consciencia,o cuando como producto de la crisis se ha producido una caída que ha provocado heridas o golpes de consideración. Asimismo si después de una convulsión no se restablece la respiración se debe prestar primeros auxilios a la victima con respiración boca a boca o induciéndole con un respirador artificial.