El uso del Señor, Don y tío en el antiguo lenguaje castellano: un poco de historia. Las fórmulas de cortesía Vos, Usted y Usía.

F. J. Barragán de la Rosa Agosto 2017

INTRODUCCION

Vamos a tratar aquí de unos aspectos del lenguaje castellano, una evolución de algo que era más que unas simples reglas de cortesía, que no son únicas en la localidad de Coria del Río, pero que sí dándose en esta localidad dichas costumbres, observamos que las mismas van desapareciendo de nuestra manera de hablar. Solamente se conservaron en zonas muy aisladas de la geografía española, hasta desaparecer o alterar su significado con el tiempo desde el siglo XVI hasta la actualidad. Con este trabajo se trata de recopilar una información dispersa que no nos permite contemplar unos aspectos poco tratados en el uso del lenguaje reverencial o de etiqueta en su conjunto. Trataremos en primer lugar de los títulos reverénciales Señor, Don y tío, y en segundo lugar de los pronombres de cortesía vos, usted y Usía.

El asunto de este trabajo cobra mayor interés porque la formalidad en el lenguaje va de retirada. En efecto en el habla moderna del castellano, es decir en la usada por los jóvenes, todas las etiquetas del tratamiento educado tienen una alta tendencia a ser eliminada, pues muchos jóvenes las consideran innecesarias, son por ello desconocidas e infrecuentes su uso en la vida diaria. Esto lo constato desde hace tiempo desde la atalaya de mi pertenencia al cuerpo de docentes y más concretamente debido a mi trato regular con los estudiantes universitarios.

El conocimiento más profundo de la evolución del idioma español en el aspecto que aquí se va a tratar no es algo baladí, sino que nos va a permitir cubrir un importante objetivo que a continuación esbozo. A través de las expresiones que usaban pasadas generaciones, podemos acercarnos a otras concepciones de la vida y otras formas de relacionarse la gente en el pasado, que nos permiten comprender mejor sus formas de vida y los vínculos que se establecían entre las distintas clases sociales.

LA ANTIGUA SOCIEDAD ESTAMENTAL Y “EL TRATAMIENTO” EN EL LENGUAJE

Antes de hablar del “tratamiento entre las personas” que hablaban entre sí en los siglos pasados, conviene introducir algunos aspectos de la antigua organización de la sociedad. En el Antiguo Régimen s. XVI-XIX los estamentos privilegiados de la sociedad se componían por la realeza, la nobleza constituida por la alta nobleza (condes, marqueses, duques, barones… recuérdese Coria del Río tuvo como señor al conde de Altamira descendiente del Conde-duque de Olivares desde 1636 hasta la supresión del los Señoríos con la proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812.) que son los grandes propietarios, dueños de numerosas tierras y señoríos; y la baja nobleza formada mayoritariamente por caballeros e hidalgos (en Coria del Río la presencia de unas pocas familias que se pueden contar con los dedos de las manos eran los de “estado noble” en nuestro caso hidalgos) . El clero era otro estrato privilegiado aunque no por derecho de cuna pues englobaba en su seno sujetos de todos los estratos sociales. Los privilegios de la nobleza (de la que su sector más numeroso era el de los hidalgos) y del clero consistían especialmente en la exención a la hora de pagar impuestos y ventajas exclusivas de regirse por leyes propias y a la hora de ser juzgados por tribunales especiales de estos estamentos.

La clase denominada estado llano, raso o común constituía el sector de los no privilegiados, los pecheros. Eran la mayoría de la población y agrupaba personas muy diferentes, tanto por su condición económica como social (campesinos conocidos en Coria del Río como pelentrines, jornaleros, artesanos y algunos burgueses o ricos…) todos ellos se denominaban pecheros porque tenían que “pechar” con el pago de los impuestos y los marginados o la abundante clase conocida en Coria del Río como pobres de solemnidad (gran parte de los jornaleros junto a mendigos).

LOS TÍTULOS DE LAS PERSONAS SEÑOR, DON Y TÍO.

Señor

Quitando el tratamiento de Alteza y Majestad, reservado a los reyes y a su familia directa, el tratamiento de Señor correspondía a la alta nobleza. Originalmente sólo a Dios, a Jesucristo y a los santos se les podía llamar Señor (ej. de esto último es que la ermita más antigua de Coria del Río se llamaba la ermita del Señor San Juan). En la España medieval del s. X-XIV se aplicó el título de Señor inicialmente sólo a los reyes, a los grandes nobles a quienes los monarcas consideraban los Grandes de España también a los más altos cargos eclesiásticos, como a los arzobispos y cardenales. Señor proviene del latín senior ("mayor, de más edad"), forma comparativa de senex ("más viejo").

Señor no es un título nobiliario propiamente dicho, sino que expresaba la dignidad de alta nobleza otorgada por el monarca. Por tanto en la designación de Señor entraban los condes, duques y marques; quienes gozaban de Señorío feudal. La designación se daba indicando el lugar de jurisdicción (ej. Señor de Atienza, Señor de Badajoz etc.) Los Señores poseían autoridad jurisdiccional, es decir estaban facultados por el Rey para ejercer no sólo su dominio sobre el territorio y vasallos vinculados, sino también todo tipo de autoridad, entre la que se contaba la de impartir justicia, conceder premios o castigos, imponer y recaudar tributos etc.

Después de la Reconquista de Sevilla Alfonso X El Sabio hace el reparto del Reino de Sevilla (1265) y a partir de entonces Coria y la Guardia (actual Puebla del Río) son repoblada por cristianos llegados desde el norte con el fuero de la ciudad de Sevilla (de forma incierta no sabemos cuantos fueron realmente pero hemos de pensar que el mayor numero correspondió a catalanes en el caso de Coria y leoneses en general). En la imagen el monumento que rememora simbólicamente la entrega de la Carta Puebla a los lugareños de la Guardia. Este monumento se encuentra en la Puebla del Río.

En épocas variables en diversas partes de España se generalizó el tratamiento a algunos hidalgos y sus descendientes cono Señor (aunque con preferencia se les siguió llamándolos Don), pero nunca se aplicó a los plebeyos aunque estos fuesen ricos. Existía un padrón de hidalgos que usualmente se guardaba en los cabildos municipales, para incorporarse a esa clase normalmente había que efectuar una probanza de nobleza y pagar unos derechos al rey en ciertos casos.

Entre los s. XIV-XVII los Reyes, fueron disminuyendo el poder de la nobleza de manera progresiva, hasta que ya en el s. XIX por el año 1837 en España eran abolidos todos derechos y los privilegios de los Señores Nobles. Esto dio lugar a la desaparición del carácter de Señor, pero el uso de la palabra se ha trasmitido hasta nuestros días, usándose Señor solamente como fórmula de cortesía.

Don

El tratamiento Don proviene del latín domĭnus(propietario o señor) y fue aplicado desde tiempos medievales con categoría inferior a la de Señor, término domĭnus también dio origen a la palabra dueño. El tratamiento "don" tuvo un uso histórico muy similar al español en otros idiomas como portugués, italiano y en menor medida francés, aunque no ha persistido en ellos. En su uso original Don se anteponía al nombre de pila o al nombre de pila seguido del apellido.

El uso en España del Don parece haber sido rigurosamente empleado con carácter excluyente para personas “especiales” probablemente hasta fines del siglo XVIII o comienzos del XIX. Ya en el s. XVI Sancho reflexiona sobre ese don, indicando como el hidalgo Alonso Quijano adopta el nombre de Don Quijote de la Mancha, cuando no tenía derecho a usarlo pues hasta entonces solo merecía el tratamiento de merced. Hubo, sin embargo, continuas incorporaciones al grupo de los merecedores del tratamiento de Don como el de los licenciados por una universidad.

En 1611 el rey don Felipe III de España mandó que el tratamiento de Don o Doña estuviese limitado a obispos, a los hijos de personas tituladas, aunque fuesen bastardos y a mujeres e hijas de los hidalgos. A mediados del s. XVII los monarcas españoles necesitados de aumentar sus ingresos, pusieron en venta tanto los títulos de hidalguía que en algunos casos incluía un escudo de armas y por supuesto el derecho ya al uso del don/doña. Por real cédula del 3 de julio de 1664 se estableció que su costo sería de doscientos reales por "una vida", de cuatrocientos por "dos vidas" y de seiscientos los "a perpetuidad".

En las tierras de Indias la situación del uso y título de Don fueron distintas, pues su aplicación se generalizó antes. Ya en1573 el rey don Felipe II concedió el carácter de hidalgo, aunque no necesariamente el tratamiento de don/doña, a todos los conquistadores e hijos de los primeros pobladores en las posesiones españolas en América. El uso del tratamiento de Don/Doña se generalizó por simple asentamiento en los registros parroquiales de bautismos, confirmaciones, casamientos y sepulturas, así como en muchos cabildos.

En la actualidad en España, el uso de don y doña está cada vez más limitado a los escritos aplicándose como señal de respeto a las personas, sea en razón de su estatus social, edad, experiencia o logros personales. Se suele emplear en el habla cotidiana para los maestros o profesores, para los sacerdotes y también para presentar a personas de edad avanzada y trayectoria personal o profesional destacada, siempre como una muestra de afecto y reconocimiento.

Tío

Este tratamiento respetuoso de tío se otorgaba ya desde el s. XV a personas mayores sin títulos de ninguna clase a los que por tanto nos se les podía tratar de señor, ni de don , donde también se incluían a los hermanos del padre o de la madre. Por tanto estamos hablando de personas del vulgo (o que podríamos llamar del estamento llano) designados como tío en aquellos tiempos en que a las personas de edad del estado noble se les trataba de vos. Mientras tanto a los pecheros se les hablaba de usted como apreciaremos más adelante. El tratamiento de respeto desde la Edad media incontestablemente incluía al padre y a la madre, y así fue hasta principios del s. XX en que se fue cambiando progresivamente por un trato de confianza ( reflejado en el desuso de padre/madre a favor de papa/mamá y el tuteo), por lo que no tiene nada de extraño que también para vecinos mayores ajenos a la familia se extendiese esta fórmula de tío ( como tío Antonio o tía Virtudes por ejemplo), esto alcanzaba a veces familiarmente hasta el mote con lo cual se podía hablar del tío Prisas o del tío Meme .

Por tanto tío/tía que tiene una primera acepción para designar a un pariente, el hermano del padre o de la madre, tenía una segunda acepción en el lenguaje coloquial de un tratamiento de respeto que a partir recomienzos del s. XX en muchos lugares como Andalucía se fue perdiendo, mientras que en otros como Castilla la Mancha se han mantenido en ambientes rurales.

La etimología del término tío curiosamente deriva del griego theios, que significa primariamente “divino”, pero que también podía usarse como título honorífico, con el sentido de “respetable, venerable, señor”. Theios, con pronunciación itacista thios, debió de introducirse como t(h)ius en el léxico del latín vulgar de algunos reinos románicos occidentales como palabra referida al pariente hermano del padre o de la madre. Esa palabra evolucionaría luego ya en las lenguas romances: concretamente a tío en castellano y a zio en italiano. Una fecha probable para esta introducción del término griego en el latín vulgar pudo ser el siglo VI d. C., momento en que ya estaba generalizada la pronunciación itacista del griego (es decir diversos sonidos vocalicos y diptongos del griego antiguo se transforman en el griego moderno en el fonema [i]). Entonces, además, el Imperio Bizantino, bajo el mando del emperador Justiniano, intentaba reconquistar y recomponer el Imperio Romano en toda la cuenca del mediterráneo. Lo consiguió parcialmente, en tiempo y espacio: logró apoderarse de toda Italia y de una franja costera de Hispania arrebatada al Reino de los Visigodos aproximadamente desde el 552 hasta el 625.

A finales de la Edad Media la palabra tío usada en contextos familiares o rurales, adquiriría un segundo significado para designar así a una categoría inferior a los títulos de “Señor” o de “Don”. Esta acepción antigua derivaría de la connotación respetuosa que hemos visto para el griego theios. Con esa acepción se documenta, por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes (1554). El joven lazarillo se dirige con este título al viejo ciego: "No diréis, tío, que os lo bebo yo, –decía-, pues no le quitáis de la mano”. Finalmente diremos que la acepción tío como tratamiento de respeto, se fue desgastando, adquiriendo una connotación un tanto despectiva e imprecisa, pudiendo culminar este proceso a finales del en el s. XIX con expresiones como “¡vaya tío!” que hoy son tan populares. Entre los que siguen empleando este tratamiento como forma de indicar respeto está el pueblo gitano que aún emplea esta designación para los patriarcas de un clan como por ej. el Tío Raimundo.

LAS FÓRMULAS DE RESPETO VOS, USTED Y USÍA

La forma normal de referirse a la persona con que se habla en castellano es el pronombre tú. Sin embargo existen Vos y Usted para hablar de manera formal. La primera palabra está en desuso al menos en España. Por eso actualmente usamos sólo usted para referirnos a personas mayores, profesores, clientes o extraños, siempre y cuando se haya establecido tácitamente una relación de respeto. Pero esto no fue siempre así en el castellano hablado en España como vamos a ver. Por otra parte antiguamente una altísima autoridad como reyes, papas y emperadores hablaba en plural cada vez que se refería a sí misma. Esto indicaba en la concepción medieval que su carácter de autoridad le venía de Dios por cuya gracia se consideraba elevado a dicha dignidad y por tanto hablaba en plural en cierto modo para denotar la aquiescencia divina (los dos hablaban por su boca). Por eso adoptaba la forma Nos, en correspondencia la persona que se dirigía al rey debía emplear el pronombre Vos para indicar acatamiento. De ello derivan otras fórmulas de respeto en el lenguaje que incluyen el Vos, Usted y Usía a las que vamos a referirnos a continuación. Fórmulas que conservan hasta cierto punto vigencia en el mundo contemporáneo, pero que están en franco retroceso.

Vos

El origen del Vos castellano se remonta a al s. XI como fórmula general de cortesía, proveniente de la voz latina “vos”, donde Vos generalmente era la forma plural de la segunda persona gramatical. Por esa época pero los súbditos empezaron a usarla en el trato con su soberano para indicar su superioridad. Este uso se mantuvo en el castellano antiguo.

Así, tenemos que en los ss. XI–XII el Vos pasa también a emplearse en castellano como distinción de rango social y virtud caballeresca, mientras el tuteo se reservaba al ámbito familiar. En los ss. XIII–XIV avanza la Reconquista y se consolidan los grupos sociales (nobleza, clero y pueblo llano, compuesto de labradores, artesanos y mercaderes), de modo que el Vos cobró fuerza en todos los estamentos, empleándose también en ocasiones de superior a inferior. Al final de ese periodo sigue existiendo el vos pragmático (cuando se espera un favor o beneficio del interlocutor), pero pierde vigencia la virtud caballeresca. A finales del siglo XV, el fin de la Reconquista modifica nuevamente las fórmulas de tratamiento. Entonces el vos se utiliza también para quienes tienen igual rango, lo que lleva a un desgaste que hace necesario la introducción de una nueva fórmula, vuestra merced (que acabaría derivando a la contracción usted) con el verbo en tercera persona para indicar sumisión. Entonces, el tú volvió a recuperar su primitivo valor de segunda persona del singular para indicar relación de confianza.

Don Gaspar de Guzmán Conde- Duque de Olivares (1587 - 1645) adquirió Coria como lugar de su Señorío en 1636, pasando su vecinos a ser sus vasallos y por tantos tributarios de tan importante señor. D. Gaspar de Guzmán fue valido y primer ministro del rey Felipe IV, gobernando en la práctica 22 años (1621-1643). Si bien recibió el ducado de su padre y abuelo de acrecentó "El Estado de Olivares" formado por Olivares, Heliche, Castilleja de Guzmán, Castilleja de la Cuesta y Albaida, con nuevas adquisiciones de otros lugares dentro de la zona del Aljarafe como: Sanlúcar La Mayor, Tomares, San Juan de Aznalfarache, Aznalcóllar, Coria del Río, Camas, Bollullos de La Mitación, Palomares, La Puebla de Coria y Salteras. Además de ello adquirió el Ducado de Sanlúcar La Mayor Condado de Aznalcóllar y Marquesado de Mairena del Aljarafe.

Coria como lugar de Señorío pasó a descendientes del Conde-Duque de Olivares, los Condes de Altamira

No obstante en lo s. XVI-XVII la fórmula vos, que como hemos indicado junto al tu, es usada entre iguales o familiares. Como hemos señalado en castellano el vos fue, en un principio, tratamiento solo propio de nobles o como forma de respeto similar al actual usted, pero cuando pasó a la Indias ya tenía el valor sustitutivo del tú. Es decir se empleaba la forma vos para el pronombre de segunda persona singular en lugar del tú estándar y así se mantuvo en las colonias más alejadas de la España peninsular como Argentina y Chile. Mientras tanto también en los s. XVI-XVII se empieza a usar “Vuestra Merced” como fórmula para marcar distancia que rápidamente en le lenguaje vulgar pasó a contraerse en el Usted. Por eso el Usted se fue extendiendo sobre todo desde Andalucía hacia las zonas americanas con más contacto con la península como pueden ser Méjico y Colombia. En esas fechas en Andalucía Occidental con centro en la metrópoli de Sevilla, ciudad que monopolizaba el comercio con las colonias americanas, irrumpe el uso de usted en la familia como fórmula de trato de los hijos hacia los padres y sobre todo el ustedes empieza a entrar en competencia con el vosotros para ser usada para la segunda persona del plural entre iguales (sin que el verbo se conjugue en la tercera persona del plural)

Con el paso del tiempo el uso culto de España rechazó vos entre los s. XVII-XVIII dejando usted como forma de respeto y tú para el uso familiar o entre iguales. La colonización de América a finales del siglo XVI se produce en el momento en que vos todavía se usaba para el trato entre iguales y con este valor se implantó en varias zonas como forma popular de tratamiento para la segunda persona del singular, pero perdió sus connotaciones de prestigio.

Los núcleos urbanos cultos de América que quedaron más expuestos a la influencia del español europeo siguieron la reestructuración de los pronombres de la península y rechazan el vos en favor del tuteo (casi todo México, las Antillas y Perú), mientras que en el resto el vos para trato entre iguales ha sobrevivido, con distinta consideración, hasta la actualidad.

El voseo acaba desapareciendo del español peninsular y filipino ya en el siglo XIX; quedando usted como el pronombre de cortesía, que expresa respeto de un hablante hacia otro mientras que «tú» representa el trato de familiaridad (entre familiares o hacia amigos cercanos) o de inferioridad (el dueño hacia su empleado) como se hace actualmente.

No obstante en España, el uso del vos como registro de una confianza intermedia entre los hablantes resistió en las clases populares en algunas zonas, como por ejemplo en la Andalucía rural, donde aún se empleaba en el s. XIX, según emana de documentos literarios; por ejemplo, aparece en las novelas de Fernán Caballero. Es decir, en Andalucía en el s. XIX el tuteo se empleaba en esa época en dirección hacia abajo (hijos o criados) o igualitario, en la intimidad familiar (entre hermanos o cónyuges), en tanto que el vos se emplea para una distancia intermedia, en dirección de abajo hacia arriba (hijos a padres, por ejemplo), o en forma simétrica, cuando no existía una gran confianza (por ejemplo, entre vecinos). Ya ha principio del s. XX no se detecta el uso del vos en ningún caso.

Usted

Se estima Usted como fruto de la contracción de vuestra merced, un tratamiento o título de cortesía que se usaba antiguamente desde el s. XIV con aquellos que no tenían renombre por donde se les debiera dar otros tratamientos superiores. Es decir a personas de cierta importancia pero que carecían de un título nobiliario concreto. Originariamente una merced en la Castilla bajomedieval representaba la concesión de un premio por simple voluntad del rey como reconocimiento de los méritos de alguna clase contraídos por un vasallo. Por tanto llamar a alguien de “vuesa merced” era una forma de reconocerle cierta valía personal aunque no poseyera siquiera título de nobleza.

Las palabras vuestra o vuesa merced evolucionarían hacia vusted y a partir de este vusted surgió usted. Sobre la evolución del uso de Usted en España y sobre todo en relación al de Vos, ya nos hemos referido en el anterior apartado.

Usía

Usía por último es una forma de tratamiento muy infrecuente que en España se concede a los jueces en los escritos oficiales, pero también a otras autoridades como alcaldes. También es forma de tratamiento empleada para coroneles del ejército y capitanes de navío. Por Ejemplo: "¡a las órdenes de usía, mi coronel!".Incluso a los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público se los trataba de "usía ilustrísima", en este caso ya en desuso. Usía es un síncope de la palabra "usiría", que significa "vuestra señoría".

Bibliografía general:

- Azofra Sierra, María Elena Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid : Universidad Nacional de Educación a Distancia (2009)

-Wikipedia y diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para las entradas Vos, Usted y Don

- Artículo “Tío” en http://tradicionclasica.blogspot.com.es/

- Estudios de Lingüística del Español (ELiEs)

- Bob de Jonge “El desarrollo de las variantes de "vuestra merced" a "usted". Estudios de Lingüística del Español, Nº. 22, 2005 (Ejemplar dedicado a: Actas del II Congreso de la Región Noroeste de Europa de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL).