Hermandad de Nra. Sra. del Rosario (8)

Hermandad de Nra. Sra. del Rosario

Escudo de la Hdad. del Rosario

Las cofradías del Rosario surgen en la comarca del Aljarafe por propia iniciativa de los frailes dominicos “promotores” o del clero y autoridades locales, esto ocurre en torno al último tercio del siglo XVI, es decir, en plena etapa de la universalización del rezo y devoción. Por una cláusula testamentaria de 1643 de Antonio Caceiro sabemos de la existencia de un altar a la “Virgen y Madre de Dios de el Rosario”, en dicha cláusula establece ofrecer una limosna para decir misas por su alma ante el mismo. De ello deducimos que con anterioridad ya se habría constituido una congregación de fieles devotos de esta advocación del Rosario. Es decir la constitución con caracter espiritual de una cofradia que aún no contaba con la aprobación jurisdiccional del Arzobispado de Sevilla. Al parecer Bartolomé (Rodríguez- Martín ) Japón prospero hombre de negocios coriano se comprometió a sufragan en el segundo tercio de este siglo parte de las obras de la Capilla destinada a la Virgen de Rosario. La erección de una capilla propia como anexo a la nave lateral derecha de la parroquia para sustituir al retablo anterior de la Virgen, es una prueba de la pujanza económica de esta cofradía.Otras ricas familias corianas debieron ser protectoras de la Hermandad.

La hermandad del Rosario de Coria se erige formalmente en 1657 cuando se aprueban sus reglas conservadas en un legajo del Archivo Arzobispal de Sevilla siendo el Provisor del Arzobispo (equivalente a los actuales obispos vicarios) quien aprueba dichas constituciones redactadas dos años antes por el fraile dominico Juan Vidal, del Convento de Regina Coeli. Regía por entonces la Diócesis sevillana el dominico Fray Pedro de Tapia, que hizo mucho propagar la devoción al rosario. La cofradía fue fundada en Coria del Rió por el referido como fraile Juan Vidal Cofradía quien actúa en nombre del Prior del convento dominico de San Pablo (Casa Grande de Santo Domingo, actual iglesia de la Magdalena de Sevilla), de cuya hermandad “matriz” del Rosario se convierte por tanto en filial.

Esta cofradía que económicamente logró una gran solvencia tuvo ciertas posesiones en tierra y ganado de las que nos han llegado noticias (como le pasaba la de la Estrella y la del Sacramento) ya en 1717, mientra que la de Veracruz y la de la Soledad se citan como “puramente de limosnas”. En el s. XVIII coincidiendo con que el rezo del Santo Rosario por las calles a partir de 1690 la cofradía alcanzó su máximo esplendor y preferencia por parte del pueblo cristiano. Por otra parte su riqueza fuese también reflejo de la presencia en Coria de Armada Real Española de la que era patrona la Virgen del Rosario por declaración del mismo Felipe II en agradecimiento a la Victoria de su Armada sobre el turco en la Batalla de Lepanto.

La devoción al Santo Rosario fue extendida por los dominicos, quienes hacían frecuentemente las misiones cuaresmales. A fin de que el clima penitencial creado en las misiones no se entibiara y los fieles pudieran perseverar en las prácticas propuestas en las predicaciones, fomentaron la creación a principios del s. XVII de hermandades de culto interno dedicadas al rezo del Santo Rosario y a ejercicios de penitencia. La iconografía de la Virgen del Rosario, según existía en Coria era la imagen de la Virgen con un rosario en la mano y a sus pies en figura de menor tamaño a Sto. Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Predicadores (Dominicos), ferviente promotor en sus misiones del rezo del rosario.

La costum­bre y el uso del rezo del rosario tuvo una primera época pues fue establecida en el s. XII, en los monaste­rios cistercienses de la orden de San Bernardo, donde los monjes legos que no sabían leer los salmos del oficio divino, recitaban, 150 avemarías (el entonces denominado Psalterio de María; también a partir del s. XIII que es cuando la devoción a la Virgen recibió un gran incremento por la influencia de las or­denes mendican­tes, en especial la Orden de Predicadores de Santo Domingo de Guzmán. Se puede afirmar que el desarrollo de la devoción por el Rosario parejo al cre­cimiento de la Or­den Dominica.

La fiesta de la Virgen del Rosario, ligada al ejercicio piadoso del rezo del salterio mariano, tiene su origen en las Cofradías del Rosario. Estas cofradías florecieron en la segunda mitad del siglo XV bajo impulso de los dominicos. Las Cofradías del Rosario acostumbraban a solemnizar el primer domingo de octubre con la misa de la Virgen Salve radix sancta del Rito Dominicano.

La extensión del culto a la Virgen del Rosario experimentó un gran auge a partir de 1571, a partir de la batalla de Lepanto, pues el papa Pío V atribuyó la victoria de los cristianos sobre los turcos a la intercesión de la Virgen María mediante el rezo del rosario (en un principio se le llamó a la Virgen del Rosario también Virgen de la Victoria). Es precisamente el Papa Pío V, quien establece la forma en que el rosario se reza hasta el cambio introducido por Juan Pablo II ya en el s. XXI .

En 1690 surgió en Sevilla el rezo de rosarios públicos o callejeros, que se extendieron muy pronto por toda España, suponiendo ello el punto álgido de esta hermandad. El desfile se solía hacer coincidiendo con la llegada de la noche, participaban los cofrades y el público en general rezando y cantando las avemarías, coplas del rosario y los Misterios. Abría el desfile la cruz parroquial, a continuación iban algunos faroles para alumbrar el cortejo y al final iba el clero junto a la insignia con la imagen de la Virgen del Rosario (Simpecado). En ocasiones especiales en medio de las filas, solía ir un coro de campanilleros, con sus campanillas, y su indispensable fagot para reforzar las voces y dar el tono de entrada a los cantores de los misterios y trovos que cantaban. Por tanto el acompañamiento musical aparte de la sofisticación del fagot es el propio de los campanilleros: esquila, guitarras, triángulos, panderetas, sonajas y botellas de anís.

La popularización del rezo del rosario se produjo con el fenómeno de los Rosarios Públicos o callejeros, que comienzan como tales en la ciudad de Sevilla en 1690 y se expanden extraordinariamente muy pronto no sólo a las comarcas vecinas a la capital hispalense sino por toda la geografía española. Con ello alcanzo esta cofradía coriana su máximo apogeo.

El rosario callejero por sus horarios nocturnos era en principio cosa exclusivamente de hombres. Entre 1690- 1750 la salida del Santo Rosario tras el toque de oración se realizaba con una frecuencia casi diaria en especial tras los frecuentes episodios de pestes y calmidades, es decir a "prima nocte". Se iba haciendo estación por las calles donde habían diversos retablos. Luego decayó esa frecuencia del rosario callejero "de diario", hubo también rosario público de mujeres a partir de 1735 cuando se inicio tal uso en la iglesia de Santa Cruz de Sevilla. Por otra parte en la madrugada del los domingos y festivos era usual el cortejo del Rosario de Madrugada o de la Aurora. Este rosario de la aurora salía aproximadamente a las tres de la mañana y culminaba con la Misa de Alba.

El Rosario callejero fue devoción principal durante el siglo XVIII, al menos en su primera mitad, desplazando incluso en el ámbito de Sevilla el interés del pueblo llano por las procesiones de la Semana Santa.En el último tercio de siglo XVIII se experimenta una decadencia en la religiosidad del rosario público y los cortejos carecen ya del apego popular de comienzos de siglo. Las comitivas tienen ahora un escaso concurso de devotos y van desapareciendo las salidas a diario, se mantendrá sólo en los días festivos (Rosrio de la Aurora), solemnidades de la Virgen, aunque seguirá siendo un elemento esencial en las Misiones.

En el año 1714 esta cofradía del Rosario de Coria del Río cuenta con propiedades de varias fanegas de sembradura no muy lejos del Riopudio en las proximidades del camino de Coria al Condado de Niebla (actual camino de la Manta) y 28 reses vacunas. La cofradía en 1735 en su momento de mayor esplendor solicita licencia para labrar capilla “en el porche de dicha Iglesia Parroquial zerca del zimenterio que hace frente al río”, aunque en el expediente consta la no aprobación a buen seguro que se construyó años más tarde dicha capilla como se conserva en la actualidad.

El decaimiento de la hermandad del Rosario tuvo que ver por una parte con la desamortización y perdida de sus rentas de la hermandad en 1836, pero también con la perdida de interés por la devoción. A partir de mitad del siglo se observa un cierto renacimiento de los rosarios publicos,especialmente en el mes de octubre. La procesión y rosario con motivo del día de la virgen del Rosario en la primera semana de ese mes y con ocasión de los cultos a la imagen titular desplaza en importancia a los mismos rosarios callejeros durante otros momentos del año que van quedando poco a poco obsoletos. La procesión anual de la imagen centra la actividad de esta hermandad y ocasionalmente sólo en señalados momentos a lo largo del año se realizan Rosarios de la Aurora.