Algunas tradiciones de navidad. 5 La cena de Nochebuena y la Misa del Gallo

La cena de Nochebuena

La tradición de la Nochebuena (noche de víspera de Navidad) es totalmente familiar. Dado que antiguamente la cena era comida principal y en ella estaban presentes todos los miembros de la familia. Esa noche se hace una cena muy abundante con predominio de las aves (pavo, capón, etc.), aunque cada región tenía una cena típica para tal ocasión. La cena se completaba con los postres suelen consistir en polvorones, mantecados, turrones y mazapanes ( estos dos últimos hechos a base de almendra y miel). Tras la cena a las doce de la noche los católicos practicantes asisten a la Misa del Gallo, la abundancia de la cena no es contratiempo para poder comulgar en esta misa pues en esta ocasión está quitado el ayuno.

La Misa del Gallo

La Misa del Gallo se ha venido celebrando durante siglos en la noche del 24 de Diciembre a las 24 horas, recibiendo al día de Navidad con la conmemoración del nacimiento de Cristo. Esa misa estaba exenta del ayuno eucaristico en épocas tardías, pues antiguamente la gente solía tener la cena sobre el anochecer como la comida mas fuerte del día.

Con todo era frecuente que en la Misa de medianoche en Nochebuena, no se distribuyese la comunión a los fieles. Solo comulgaba el celebrante y ministros. En otras ocasiones las personas tomaban ese día su cena tras la Misa del Gallo.

En el Medievo acentúo la práctica del ayuno eucarístico ( ya impuesto desde los s. V pero de manera menos restrictiva) llegando a las doce horas sin comer antes de comulgar. La obligación de ayunar afectaba no sólo al sacerdote celebrante y a los fieles comulgantes, sino también de cuantos asistían, aunque no recibiesen la comunión. Antiguamente desde tiempos medievales no se hacían cultos nocturnos en las iglesias por los inconvenientes que ello podría tener debido a cuestiones morales y de falta de luz, salvo en la noche de Navidad que era la excepción: “antes que sea anochecido cierren las puertas de las iglesias, de manera que nadie pueda entrar dentro hasta que sea de día”. De hecho la misa dominical ordinaria se celebraba al empezar el día prácticamente desde los comienzos del cristianismo. A esta Misa de Alba se añadió el domingo como día de descanso la Misa Mayor que era la de mayor asistencia, celebrada a la hora tercia (9 h) al menos desde el s. VIII. La celebración Eucarística de esta Noche Santa de la Navidad es muy especial, comienza con una invitación instante y urgente a la alegría: «Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro Salvador ha nacido en el mundo». Se proclamaba el salmo 95, haciendo repetir como profesión de fe gozosa: "Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor". Se proclama también en el evangelio el mensaje del Ángel: «Os anuncio una gran alegría» cuya causa es el nacimiento de Cristo.

cenadenochebuena
misa del gallo altar

Dicen que ésta arraigada tradición de la Misa del Gallo tiene sus orígenes en las tres ceremonias que se dedicaban a la Natividad de Cristo en los templos de Belén ya durante los s. III-IV. La primera se oficiaba en plena noche del 24 al 25 de diciembre, en la cueva de la Natividad de Belén, para dar gracias por la venida de Cristo a la hora en que Cristo nació. La segunda se celebraba en otro templo justo al amanecer recordando el misterio de la resurrección. La tercera y última ceremonia diurna se oficiaba en otro templo para conmemoraba solemnemente el nacimiento del Niño.

Estas celebraciones se trasladaron también a Jerusalén, adoptándose más tarde la costumbre de celebrar una serie de tres misas. La primera misa era a media noche, luego se salía en procesión por Jerusalén y llegar al templo más importante de la ciudad al amanecer (justo en el momento en el que cantaba el gallo) para celebrar la segunda misa y luego a la tercera ya entrado el día.

Por otra parte el rezo del oficio de Maitines que seguía a la Misa de Medianoche en los monasterios (el primer rezo litúrgico, que se hace al rayar el alba) ese día contaba con la presencia de un gallo. Cada canto del Gallo era celebrado por el pueblo que acudía con gran jolgorio y alborozo. El Gallo es un símbolo de la llegada del sol del nuevo día. Su misión es vigilar, estar alerta a la salida del sol, siendo este hecho obviamente una metáfora sobre la venida de Cristo, porque se asocia su canto al anuncio la salida del sol. Cristo es la “Luz que brilla en las tinieblas”, “sol de Justicia”, “la luz del mundo” quien viene a la humanidad a traer su luz para sacarla de las tinieblas y salvar la vida del hombre de la confusión e ignorancia llevándolo a la verdad. La fiesta continuaba dentro de la iglesia con representaciones sacras del Nacimiento de Cristo, entreveradas de canciones. En esta noche tan importante (Nochebuena como en la Pascua) en que se celebraba la venida de Jesús no se debía dormir por eso el pueblo participaba en la celebración de los tres oficios en esa noche hasta la mañana (Completas, Maitines y Laudes).

Mientras tanto a ppios el s. V en algunos sitios de Europa comienza a celebrarse el Adviento como un periodo de preparación para la venida de Cristo en Navidad, semejante a la Cuaresma. Es posible que en esas circunstancias se viese también conveniente de hacer una vigilia de Navidad semejante a la de la Noche Pascual. Por eso se cree que en ese momento se empiezan a reproducir las tres misas que se hacían en Jerusalén: la de la Noche(0 h), la de la Aurora (6h) y la del Día (9h) (tomando en cada una como lecturas los Evangelios que narran respectivamente el nacimiento de Jesús (Lc 2, 1-14), la visita de los pastores (Lc 2, 15-20) y la circuncisión e imposición del nombre de Jesús, y su presentación en le Templo (Lc 2, 21-33)).

misa del gallo entrada

Con dichos precedentes, el Papa Sixto en III el s. V, introdujo en Roma, la costumbre de celebrar en Navidad una vigilia nocturna. Primero decía una primera llamada “misa de la vigilia” en el altar mayor de la Basílica de Santa María la Mayor, luego a medianoche en la capilla “del pesebre” la “misa de la noche” o “misa del gallo”, "mox ut gallus cantaverit" (“en seguida de cantar el gallo”). Dicha capilla era un pequeño oratorio situado detrás del altar mayor de la Basílica de Santa María la Mayor, llamado "ad praesepium" ("ante el pesebre") por supuestamente contener reliquias de dicho pesebre. Sixto III empezó a celebrar así la misa en el momento “ad galli cantus”, expresión que los antiguos romanos asociaban con la medianoche, que para ellos como ahora para nosotros era el comienzo del día son las 0 h. Por eso tal misa se quedó con el nombre de Misa de Gallo. Terminada la misa, en la cual sólo comulgaba el Papa, presidía el canto de laudes. Por último, el Papa presidía otra solemne misa también en la Basílica de santa María la Mayor, ya de día y conocida como “misa del día”. Otra misa más celebrada por el Papa para los griegos en la Iglesia de Santa Anastasia, tomó carácter navideño. A esta se le llamaba “misa de la aurora”. En cambio a diferencia de las cuatro misas papales en las parroquias esa noche sólo se decian las tres misascitadas la de medianoche, la aurora y la del día.

Cambios en los usos de Comidas en los dos días principales de la Navidad

Los días 24 y 25 de Diciembre tradicionalmente han tenido cuatro celebraciones: Visperas (en la tarde del 24), Misa del Gallo o Medianoche, Misa de la Aurora y la Misa del Día.El hecho de tener estas tres misas a su elección facilitaba la asistencia a todos los feligreses, no obstante la más popular era la de medianoche.

Antiguamente, el 24 de diciembre, vigilia de Navidad, era uno de los días de ayuno y abstinencia prescritos por la Iglesia como penitencia. En ellos se hacía una sola comida fuerte al día aunque sin carnes, permitiéndose en las horas vespertinas la denominada colación nocturna, consistente en una cena muy frugal a base de verduras para mantener las fuerzas hasta el día siguiente. Pero la Nochebuena tenía una particularidad: después se celebraba la misa de del gallo a las 12 de la noche, y se volvía a cenar y esta vez sin las restricciones de la víspera (ya que la obligación del ayuno y la abstinencia había cesado desde la medianoche): era lo que se llamó el resopón navideño, que podía consistir desde una chocolatada con bizcochos, pastas, polvorones y otros dulces, según el apetito y las posibilidades de las familias. Con la relajación de la ley canónica en la mayor parte de los días de penitencia a lo largo del s. XIX, desapareció la obligación de ayunar y abstenerse también en la vigilia de Navidad. El antiguo resopón posterior a la misa del gallo pasó a reemplazar a la colación de la tarde del 24 convertido en una opípara cena de Nochebuena, en la cual se ha hecho tradicional servir pavo o el lechón como vianda principal.

Así se llegó a la cena copiosa de Nochebuena el día 24 que sustituyó a la frugal cena de vigilia, aunque ya no fuera tan parca como la antigua colación a base de pescado y en cantidad moderada antes de ir a la iglesia a la misa del gallo.

Tras la Misa del Gallo era una noche de jolgorio, la gente acostumbraba a hartarse de vino o licores, deambular por las calles entre villancicos, risas, algún que otro insulto y alguna que otra riña. Era una noche agitada y borrascosa en la que no faltaban los desordenes públicos y las calles estaban enormemente concurridas entre los que iban y venían para hacer visitas a las casas de los amigos donde eran convidados.

La Misa de la aurora tenía una asitencia muy restringida. Despues de la tercera misa de Navidad que suele ser la misa mayor del día 25 se solia hacer la comida del día también en ambiente familiar.