Cante Jondo en Coria en la primera mitad del siglo XX

Hablar del Flamenco más puro es sin duda hablar de Triana y de su enclave en las calles donde se asentaba las familias gitanas principalmente: el conocido enclave “La Cava de los Gitanos”. Ello no es desdoro para que se cantase en las distintas tabernas de toda Triana el prístino cante flamenco. Dado que Tiana y Coria tenían una relación muy directa y ancestral con Coria del Río, pues muchas cosas las unían con el cauce y flujo de gentes entre una y otra población a través del río Guadalquivir. Le unían el barco a vapor, la pesca , el trasiego de melones y sandías hacía Triana , lo areneros corianos que descargaban en el Muelle Camaronero sus materiales (arenas, gravas y zahorra), la actividad alfarera en lo que se refiere a ladrillo y canales etc. Por tanto no es nada extraño, corianos o corianas casadas con parejas trianeras y el trasiego de gentes que iban de Coria a Sevilla pero que se quedaban en la orilla Trianera. Para empezar el viaje de Coria a Sevilla debía de discurrir por tierra necesariamente atravesando Triana y pasan do su puente. Es pues lógico que el cante flamenco aunque no nos haya llegado testimonio se practicó en Coria desde sus orígenes en el s. XIX , sobre todo cuando este arte se abrió hacia fuera desde el mundo gitano, también cuando los cantares populares andaluces se aflamencaron. Prontamente surgirían aficionados al cante y a la guitarra en Coria como consecuencia natural de exportación por su gusto desde Triana, aunque de ello no nos hayan llegado noticias ciertas.


Hablando de cante flamenco en Coria en las dos primeras décadas del s. XX hay que citar ante todo el célebre "Tripón”, a quien la memoria popular recuerda como uno de los grandes patriarcas del cante y que compartía tertulia con buenos aficionados en la taberna  y bodega de los Pérez, frente esa taberna estaba el Baulillo (antiguo bar Pascual). En ambas tabernas de la Plaza de Sagunto hacia 1.908 se reunían, charlaban de flamenco y bebían vino. Además del Tripón, concurrían el Quija, Quillejo, los Pipo, el Queo, el Porquero y el Verduguillo. En los primeros años del siglo no se prohibía el cante en las tabernas y la gente se agolpaba a sus puertas al atardecer para oír los lances de los buenos aficionados, pues aún el flamenco estaba muy poco profesionalizado. Tripón pese a su maestría cantaora, pasó a la historia por su relación amorosa con la Niña de los Peines, antes de que ésta contrajese matrimonio con Pepe Pinto.

Por los mismos años, se hacía su hueco en Sevilla Colchero, asimismo coriano -no es seguro que lo fuera de nacimiento- a quien sus parientes, bodegueros, le ayudaron a abrir una taberna en Triana donde se reunían las grandes figuras del cante. Colchero fue guarda de consumos y que interpretaba la soleá de Triana estupendamente.  El Quija cantaba con mucho arte y en su voz se conservaba los matices antiguos del cante jondo de Triana, este vivía en ese barrio pero acabó sus últimos días vendiendo pasteles en Coria, precisamente D. Antonio Mairena  vino a Coria a visitarlo en diversas ocasiones para cogerle los aires del cante puro de Triana.


Fugazmente tuvo un Kiosco de bebidas o bodegón el famoso letrista, guitarrista, cantaor y pionero flamencólogo Fernando el de Triana (1867 Sevilla – 1940 Camas) en Coria del Río con buena de manzanilla que vendía a orillas del Guadalquivir en la zona del arroyo Carrascalejo. Los barriles, los traía por el río Guadalquivir desde Sanlúcar de Barrameda y con ellos también hacía negocios, de ahí pasó a instalar una taberna en Camas llamada la Sonanta, ya al final de su vida. Precisamente fue en Coria del Río donde hizo amistad con Blas Infante, uno de los que le animaron a escribir sus vivencias flamencas, cuando ya apenas cantaba y vivía de lo que podía. El origen de su único libro, “Arte y artistas flamencos”(1935), Anteriormente dio en Coria una conferencia en 1932 sobre flamenco a instancias de Blas Infante por aquel entonces notario de dicha localidad, conferencia que repetiría algo más tarde en la Tertulia el Arenal, de Sevilla. En esta tertulia paraban Luis Montoto y el pintor José Rico Cejudo, grandes aficionados al flamenco, y entre todos lo empujaron a que publicara sus memorias. Finalmente Blas Infante, quien tomó notas de sus memorias y se las puso por escrito a Fernando el de Triana y así se salió de la imprenta la referida obra “Arte y artistas flamencos”. Este libro fue presentado en Madrid en 1935 acompañado de un espectáculo flamenco en el que bailó la Argentina y que contó con la presencia del escritor y poeta Manuel Machado.


En la foto posterior se observa una de las compañias de cante flamenco con la que actuaba el cantaor Mazaco Francisco González Sanromán,actuando junto a los más destacados de su tiempo. De izquierda a derecha Manuel Torres, Curro de la Geroma, Mazaco y el Niño Gloria

Para referirnos al cante flamenco en Coria del Río sin duda quien más ha destacado en este arte ha sido Mazaco. Francisco González Sanromán "Mazaco" (Coria 1.898- Sevilla 1949) fue un reconocido cantaor que aprendió a cantar en el ambiente flamenco de Coria pues se crió y pasó su infancia entre idas y venidas a Sevilla. Pasó su niñez en Coria del Río junto a su abuela materna, Ramona, pues su madre tenía mucha estrechez económica y tenía que trabajar. La abuela Ramona pretendía hacer de su nieto Francisco un buen panadero, cuyo oficio logró aprender. Pero como cualquier otro niño de su época, al chiquillo le atraía el mundo del toro, como otros muchos cantaores, también Paco Mazaco quiso ser torero y en ello empleo sus esfuerzos juveniles. Mazaco al parecer viene de Machaco, por el torero Machaquito con el que Paco se identificaba. Las cornadas, le obligaron a dejar el toreo. Entonces Paco Mazaco ya cantaba  pues a su abuela paterna se le daba muy bien el flamenco. Paco pudo encontrar en el cante otra manera de ganarse la vida llegando a grabar dos discos de los antiguos de pizarra destacando por el torrente de su voz y en los palos de la seguiriya y las tonás , se puede afirmar que era cantaor del estilo de Vallejo. Sevilla en los años 20, la capital andaluza vive la edad de oro del cante jondo. En la ciudad entra en relación con las grandes figuras del momento, Chacón, Manuel Torres, Niño Gloria, Tomás Pavón, la Niña de los Peines y el Cojo Luque con los que interviene en los Cafés cantantes y en las Ventas cercanas. De vez en cuando volvía por su pueblo natal  para cantar en el antiguo teatro-cine Quevedo junto a Cantaores de primera línea en veladas de cante hondo. Mazaco mantuvo una gran amistad con sus paisanos los hermanos Manuel (el poeta) y Andrés  Martínez de León (un gran ilustrador y pintor coriano) todos ellos se movía entonces por los sitios de cante de Triana que coincidían los lugares de cita de los toreros trianeros, Maera,  Cagancho, Belmonte y Gitanillo de Triana. Gran parte de su carrera discurrió en Madrid alternando en diversas compañías a partir de 1925 con grandes cantaores de la talla de Fernando el de Triana, La Niña de los Peines, Niño Gloria o Manuel Torres. Mazaco murió en Sevilla, relativamente joven victima de la tisis con 51 años de edad.