El culto cristiano en Coria después de la Reconquista

Coria como municipio surge después de la conquista castellana a los árabes en el 1248. La villa está dispuesta a orillas de Guadalquivir al pie del Cerro de San Juan, que por sus características de lugar elevado, era un punto de dominio visual del paisaje de estratégico valor militar, y por su proximidad al río navegable más importante de España (Guadalquivir) y no muy lejos de la capital natural de Andalucía (Sevilla) poseía una situación óptima para definirla como núcleo comercial, militar y marinero secundario a la capital . Coria estaba al final de un gran torno que formaba el río (torno de la Merlina) y donde en gran medida el Río Guadalquivir pierde su carácter encauzado para abrirse a unas dilatas, desérticas e inhóspitas marismas antes de desembocar nuevamente encauzado al mar a la altura de Sanlúcar de Barrameda. A ello se une su papel tradicional de punto de paso que ha jugado Coria para comunicar a través de barcazas de río, el flujo de mercancías entre ambas orillas del Guadalquivir y en particular facilitar el paso de ganado hacia las dos islas y las dos marismas del Guadalquivir. Por ese papel preeminente después de la Reconquista Coria se convierte en una villa que se constituye en “guarda y collación” de Sevilla con los mismos privilegios que le corresponden a los habitantes de la ciudad, que debe ser repoblada de manera inmediata con población cristiana, en nuestro caso con 150 vecinos de origen catalán que en sus primeros momentos convivieron con la población mudéjar. Sin embargo los repobladores que realmente luego se asentaron en Coria debieron ser a la postre castellanos y leoneses, y esto ocurrió algo antes de 1265 que es cuando Alfonso X otorga cartapuebla a sus habitantes, algo más tarde en 1272 se la otorgaría a los de la Puebla (entonces era conocida como La Guardia). No obstante, al principio de la Reconquista la situación de la población cristiana era muy insegura porque la conquista de todas las tierras no se consolidan mientras que Algeciras permanece en mano de musulmanes y así el paso del estrecho de Gibraltar estaba asegurado para los árabes y con ello el apoyo a la población remanente de esa religión y cultura en el Bajo Guadalquivir. Por otra parte el reino de Granada y el de Niebla también era beligerante en los momentos inciales de la presencia castellana en el reino de Sevilla. En esta situación la Qawra o Qwawriya musulmana que se convierte en la Coria cristiana, observa como su mezquita se transforma en iglesia. Así en la iglesia parroquial de Coria comienza a darse el culto cristiano que incluye la presencia de imágenes, sean esculturas o pinturas murales de santos y de la Virgen María. Es a partir de este momento cuando se pueden formar algún tipo de asociaciones de fieles cristianos o hermandades cuyo origen se va a describir.