Celebraciones liturgicas de la Semana Santa en general en España desde la época medieval hasta después de Trento

Los días más celebrados de la Semana Santa originalmente eran Domingo de Ramos, Viernes Santo y la Vigilia pascual en la noche del Sabado Santo.

Epoca Medieval

Hasta el s. VII el último día de la cuaresma se consideraba el Jueves Santo, para dar comienzo al día siguiente al "Triduo Santo" cuyo culmen era la Vigilia Pascual de la noche del Sabado Santo al Domingo de Resurrección. Este triduo se celebraba en las mañana del Viernes, Sábado (un corto oficio de meditación sobre un mundo con la ausencia del Señor, velando el pueblo en su sepulcro) y la prolongada noche del Sábado (en la noche del sábado el cuerpo de Jesús permaneció muerto en el sepulcro, representaría el descanso de su obra de salvación de manera semejante a como Dios Padre que descansó en sábado en la obra de la creación) . Esto cambia cuando en el s. IX se pierde el carácter de triduo, y el oficio de la noche del Sabado pasa a la mañana, con lo que se anticipa la Vigilia Pascual para facilitar el ayuno eucarístico.

En la Edad Media desde el s. X se observa la ampliación de prácticas religiosas relacionadas con la Pasión de Cristo. Al menos desde el siglo XI se empieza a celebrar una paraliturgia teatral entremezclada con la liturgia de las horas y los oficios propios del Domingo de Ramos, y sobre todos en la tarde del Viernes Santo y al amanecer del Domingo de Resurrección. En esas fechas tuvo gran desarrollo la dos actos: la representación de forma ritual el Descendimiento y Entierro de Cristo la tarde del Viernes Santo y la Visitatio Sepulchri, en la mañana de Pascua. Esta primitiva paraliturgia se hacía con misterios escultóricos en que la pieza clave era una imagen de Jesús con sus brazos articulados para poder ser descendido de la cruz y depositado en una urna. Posteriormente se ampliaron las representaciones a escenificaciones hechas con personajes reales u otras en las que se mezclaban personajes de carne y hueso con imágenes.

Como hemos señalado el Jueves de la Semana Santa no estaba incluido en el Triduo Sagrado, su particularidad era la de ser el día de recibimiento de los penintes (penitenciados, reconciliados o ex-comulgados readmitidos) en la iglesia, quienes tras la confesión acudían a la Iglesia a la misa celebrativa donde eran bendecidos de manera particular. El Jueves santo se consideraba un día de penitencia en general para hacer confesiones y de "llanto y dolor",para prepararse a veces mediante la moritficación corporal para el día en que nuestor Señor iba a sufrir su Pasión y morir. Por eso se conocia como Jueves de Penitencia o Jueves de Dolor. Posteriormente a partir del s. XIII ya recibe el nombre de Jueves Santo, y se toma como una celebración solemne incorporada al Triduo Pascual, tomandose en consideración y dandole reconocimiento oficial como el día de la fundación de la Eucaristía entorno a la que se enfoca la liturgia de ese día festivo.

Como sabemos todas las misas se decían desde siempre por las mañanas para facilitar el ayuno del celebrante y de los fieles, pero la misa de los oficios del Jueves Santo es decir de la Cena del Señor en tiempos medievales se celebraba de manera singular por la tarde antes del concilio de Trento para así coincidir con la hora aproximada de la celebración de Jesús con sus discípulos en el cenáculo. Esta misa del Jueves Santo reunía gran número de comulgantes y gozaba de la excepción sobre el ayuno eucarístico.

Así se restituye el "Triduo Santo" pero con la variación de que ahora el Jueves pasa a formar parte de él, pero esta celebración pronto hace retraer la importancia de la noche del Sábado Santo en su dimensión pascual, reduciéndose en esta noche a la celebración de la Luz Pascual y a la procesión del Resucitado (en otros sitios esta procesión se celebra al alba). Es en esta época del s. XIII cuando la figura pasional de Cristo alcanza su culmen que ya se mantendría hasta la segunda mitad del s. XX en detrimento de la imagen gloriosa del Cristo resucitado que queda bastante desdibujada. Así el Viernes Santo queda como el día central del "Triduo Santo", y se ve acompañado por representaciones de escenas de la pasión de Cristo que calan mucho en el pueblo. También es medieval la custodia ininterrumpida del "sepulcro de Jesus" por los "soldados romanos" hasta el momento de la resurrección en la madrugada del domingo de Pascua. En dicho "sepulcro" se guardaba una cruz en la alta Edad Media para más tarde reservarse el sacramento eucarístico, lo que dió lugar a la custodia eucarística del monumento (monumento = sepulcro en lengua latina) que ha llegado con sus transformaciones a nuestra época. La permanencia de Jesús en el Sepulcro aproximadamente 40 horas conllevaba que en todo ese tiempo se hiciese una guardia permanete ante el monumento-sepulcro (arca eucarística). Ello conllevaba que eespués de la celebración del Oficio de la misa in Coena Domini en la tarde del Jueves Santo se quiten en el Altar Mayor las flores, los manteles y candelabros, pero se quiten además las cruces de todos los demás altares de la iglesia que quedan volcados (interpretación alegórica del terremoto tras la muerte de nuestro Señor Jesucristo) o que al menos las cruces se cubran con un velo. Este rito señalaba que Jesús está en la Tumba (Monumento) y ya no se puede celebrar otra misa ( faltan los elementos esenciales para ello de manteles, velas y la Cruz) hasta la Vigilia de Pascual cuarenta horas después que coincide con la mañana del Sábado de Gloria momento de su resurrección. Los oficios del sábado por la mañana corresponden en realidad a la Nox Sancta de acuerdo con la realidad cronológica de los hechos de la Pasión y resurrección de Jesucristo.

Así desde el s. XIII aprox. el Sábado pasa a ser conocido como "Sábado de Gloria", pues después de todo el tiempo de Cuaresma en que no se canta ni el Gloria (excepto en Jueves Santo) ni el Aleluya, estos cantos son de nuevo entonados con regocijo en la celebración matutina de la Resurrección. Todo ello responde a que en el medioevo la situación real de que el propio Viernes Santo y la Pasión de Jesús se conviertan en hechos más estimulantes para la fe del pueblo cristiano que la Resurrección del Salvador, por lo que declina en parte la celebración liturgica de este hecho pascual.

Al mismo tiempo con el enaltecimiento del culto eucaristico a partir de la plena Edad media concretamente en el siglo XII, asociado a ello pasó el Jueves Santo para muchos cristianos de mayor formación religiosa a tomarse como el día principal de la Semana Santa. De tal manera que la obligada "comunión general pascual" (precepto pascual anual) que se solía cumplir el Sábado de Gloria o el Domingo de Resurrección o a más tardar el Domingo de siguiente (Domingo in Albis), se viene a sustituir por la comunión del Jueves Santo.

Al domingo de Resurrección seguía toda una semana de Fiesta Pascual acompañados por oficios diarios donde el Aleluya era entonado continuamente, en que la gente se reunía, confraternizaba y se reponía alegremente de los rigores penitenciales y de ayunos de la Cuaresma y de la Semana Santa. Esta situación es la que se mantuvo también tras el Concilio de Trento en el s. XVI, aunque las escenificaciones paralitúrgicas se sacaron a la calle y se trató de eliminar la participación de actores humanos reduciéndose a la intervención de imágenes al hilo del relato de la Pasión narrado por las voces de varios clérigos (Passio Sermon).

Celebraciones despues del Concilio de Trento

Realmente no hubo una ruptura liturgica entre los oficios tal como se celebraban en época medieval y el momento posterior al Concilio de Trento. No obstante ahora veremoslas caracteristicas más significativas de los actos litúrgicos principales de los distintos días del corazón de la Semana Santa y también como era esto vivido por el pueblo llano.

En el siglo XVI tras el concilio de Trento, se confirma e uniformiza la liturgia de Semana Santa. La Iglesia siguió celebrando la resurrección del Señor el Sábado santo por la mañana (Sábado de Gloria). Las campanas la anunciaban ya por la mañana en el rompevelos durante la misa matutina pascual la resurrección del Señor. Por eso en ese sábado las iglesias se vestían de fi esta y de gloria. Era un día gozoso y festivo.

[ NOTA: El Sábado santo no sufre un cambio radical con la restauración de la Vigilia pascual (celebración nocturna) por el papa Pío XII (desde el 1951 ad experimentum y con precepto general apara toda la Iglesia dese 1956). Por tanto desde 1956 celebra de manera renovada y concorde a épocas antiguas la Vigilia Pascual y el Triduo Pascual, además el mismo Papa reforma toda la Semana Santa con la publicación del “Ordo Hebdomadae sanctae instauratus” de 1955 aplicado al año siguiente en toda la Iglesia. El Sábado Santo pasa de un día alegre y festivo a ser a un día sin celebración eucarística, un día gris para la mayoría de los fieles.

Pío XII devolvió al Sábado Santo su verdadera identidad heredada de la tradición de la Iglesia como día de espera de la resurrección de Jesús. La historia de los últimos siglos había descafeinado y desdibujado al celebrarse por la mañana el segundo (Viernes de la Cruz) y tercer día (Sábado de Gloria) del Triduo pascual los acontecimientos de la Pasión, Sepultura y Resurrección de Jesús.]

Veamos algunos aspectos de la liturgia de la Semana Santa como estaba tras el Concilio de Trento. Según la certificación inscrita en el libro de Libros de Fabrica de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Estrella se recoge la partida mensual en que se celebraba la Semana Santa de 1790 y se indican como gastos

“Por cantar las Pasiones del Domingo de Ramos y el Viernes Santo, se dan a cada voz 6 reales y por todos 18 reales”

“Asistencia a Tinieblas y Divinos Oficios de la Semana Santa por lo que se dan a cada Capellán que asiste 8 reales, a la que asistieron 6 Capellanes que a 8 reales, importan 48 reales”.

Procesión del Domingo de Ramos y Santa Misa

El Domingo de Ramos aparece en la Liturgia como una celebración anticipada del Viernes Santo. Se dan en el Domingo de Ramos dos elementos desconcertantes, dos ritos paradógicos. Primeramente comienza la semana de la pasión de Cristo de forma triunfante, con los ramos de olivo y palmas para recibir al Mesías en Jerusalén que evocan tantas cosas buenas. Pero a continuación en la Santa Misa del primer día de la Semana Santa se deja paso al dolor que se evoca con la lectura "escenificada" de la Pasión del Señor según San Mateo.

El rito en las dos partes señaladas en dicho día procede de la unión lo propio de la Liturgia de Jerusalén con la Liturgia de Roma. Por una parte, la tradición litúrgica de Jerusalén que revivía in situ la entrada de Jesús en la Ciudad Santa rodeado del gentío (así lo cuenta Egeria en el s. IV); por otra parte, la tradición de Roma donde desde el s. V los fieles se reunían junto a su Obispo para leer la Pasión y escuchar la homilía. La fusión de las dos tradiciones tuvo lugar en Hispania durante el s. VII a través de la Liturgia Hispánica muy influida por la liturgia bizantina en el corto espacio de tiempo en que el Imperio Bizantino ocupó una franja de toda la costa andaluza. Desde la Península ibérica pasó ese conjunto de rememoración de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén a Roma en el s. XI junto a la contemplación de la entera Pasión de Cristo. De cualquier forma en la liturgia papal la Procesión de los Ramos no tuvo especial solemnidad y por aquel entonces, el Papa se limitaba a distribuir las palmas benditas en una capilla cercana en Letrán. Luego la procesión bajaba desde la capilla a la basílica por el camino más corto. El canto del himno Gloria Laus solemnizaba las antífonas de ese día.

Misa del Miércoles Santo y Oficios de Tinieblas

Por la mañana el Miércoles Santo se celebraba la misa en la que se cantaba el Evangelio de la pasión según San Lucas y a las palabras "et velum templi escissum est" se Rompe el velo blanco que está delante del altar que recuerda al velo del Templo de Jerusalén y siguen los truenos y estruendos dentro del templohechos con pisotones que recuerdan el terremoto de Jerusalén a la muerte de Jesús. En la calle se siguen los estruendos con tambores finalizada la misa.

El Oficio de Tinieblas es la ceremonia litúrgica que llevaba a cabo la Iglesia Católica los días de Miércoles Santo, Jueves y Viernes Santos al caer la tarde (Por tanto se corresponde a las horas canónicas de Vísperas). Se trataba del rezo de la Liturgia de las Horas según el antiguo breviario romano ( agrupando en el rezo vísperas el resto de las horas que no se habían de celebrar en su momento i.e. completas, maitines, laudes y tercia que incluian por tanto un total de quince salmos, 5 rezos x 3 salmos = 15 salmosen total) de Jueves, Viernes y Sábado. Esos rezos se hacían cada día en tiempo ( tarde, noche y mañana), pero que en Semana Santa en esos días excepciomente "se anticipaban" a la víspera por la tarde, para así no interferir en los Santos Oficios solemnes de estos días celebrados en las correspondientes mañanas (en un momento dado el de la Cena del Señor del Jueves se había pasado a la tarde porque ese día de Jueves se hacia ayuno y por tanto se podía comulgar por la tarde). Al celebrar Las Tinieblas en la entrada a la noche, tenía la peculiaridad de hacerse en las "tinieblas", de ahí su nombre.

En este oficio se disponía de un candelabro especial, llamado tenebrario o candelabro de tinieblas que tiene 15 velas o cirios amarillos (como signo de luto) que se iban apagando una a una tras el canto de cada uno delos quince salmos, con la particularidad de que al final quedaba encendido sólo el cirio del centro que representaba a Jesús al acercarse a su muerte, mientras el templo iba quedando practicamente a oscuras. El Redentor acababa venciendo las tinieblas del pecado y de la muerte, por eso cuando se llegaba al último cirio y se cantaba el Miserere (Salmo 50 ) y el cirio se ocultaba tras la parte posterior al altar , simbolizando la entrada de Jesús en la muerte y "su descenso a los infiernos", la Iglesia permanencia en espera de la Luz que surgirá en la Vigilia Pascual. Por eso terminado el "Miserere" el clero y los fieles producían un ruido de carracas y matracas, golpes en los bancos o con los breviarios, que simulaba la ocultación del sol y el terremoto ("hasta las piedras hablaron") ocurrido en el momento de la muerte de Jesús en el Calvario. El estruendo cesaba drasticamente al aparecer de nuevo la luz del cirio oculto detrás del altar, simulando el triunfo de la Resurrección de Jesucristo Salvador.

De lo que se indica sobre los Divinos Oficios en la parroquia de Coria del Río se deduce que existía un coro compuesto por tres voces que acompañan al sacerdote en el canto del evangelio de la pasión en el Domingo de Ramos y el Viernes. Por lo demás se hace el oficio de Tinieblas del Miércoles a las vísperas(con el cual se da comienzo oficialmente a la Pasión) y el del Jueves, Viernes y Sábado contando con seis capellanes en total (suponemos que asociados a las capellanías de Coria entre los cuales estarían los dos beneficiados que de manera permanente estaban en la parroquia) que acompañan en los cantos en latín y dan solemnidad a la celebración de los citados oficios.

Oficio del Jueves Santo

Por la mañana se celebra el Memorial de la Cena del Señor y la Eucaristia, las campanas sonaban en el Gloria por última vez, entonces en lugar del sonido de las campanas se escucha desde la torre de la Matraca. Se reserva la hostia junto a una pequeña cruz en el tabernáculo, el tabernáculo se sitúa junto a la Santa Tumba (un nicho o urna que permanece cubierto el Cristo yacente con un velo negro), también se traslada allí la Cruz Mayor desde el presbisterio. A todo el conjunto de esta instalación se le designa como Monumento. Además en la iglesia se quitan los paños del altar de la Capilla Mayor donde anteriormente se celebró la Misa de la Cena del Señor. Ese desmantelamiento del altar, es un signo del despojo de las vestiduras de Jesús efectuada en el Calvario, las luces se apagan y se tumban los candelabros en señal de la ruina y seismo que se produjo al momento de su muerte. El velo morado del crucifijo (que antes presidía el presbiterio es colocado ahora colocado junto al Monumento) que se puso el Miércoles de Cenizas se sustituye por uno negro. Comenzaba la tristeza profunda.

Como hemos indicado la hora de esta la misa “ in Coena Domini” del Jueves Santo cambia a la mañana después del concilio de Trento , quedando solo para la tarde el Sermón del Mandato y el Lavatorio de pies.

Así en la tarde del Jueves Santo o de la Cena, la matraca de la torre sonaba por primera vez anunciando que tenía lugar en la iglesia la ceremonia del lavatorio y a continuación el 'sermón del Mandato'. Este sermón hasta principios del siglo XVI generalmente se hacía en latín dentro de la iglesia, pero a partir de final del s. XVI ppios. del s. XVII el sermón se predicaba en castellano desde el púlpito. Pero debido a que el pueblo asistía al sermón en masa, generalmente este pasó a pronunciarse fuera de la iglesia donde también previamente a veces se cambió a hacer el lavatorio de los pies a doce ancianos o pobres. Era habitual a continuación hacer un reparto de pan a los pobres de solemnidad para finalizar el acto.

Por tanto las tradicionales procesiones penitenciales con disciplinantes del Cristo de la Veracruz o Cristo de la Sangre de aprox. 1500 hasta 1570 se que se celebraban después de la misa de la Cena del Señor en la tarde, ya en época postridentina i.e. a partir del 1566 aprox. Por tanto la procesión (con estación a la parroquia o parroquias vecinas donde se encuentran situados otros Monumentos Eucaristicos, también se hace estación a otras cruces o capillas de los alrededores) se hacía simple y llanamente después de la ceremonia del Mandato (Sermón Penitencial en torno a los misterios de la Pasión de Jesucristo y especialmente le tema de que en la tarde del Jueves Santo Jesús dejó el mandamiento nuevo, mandatum novum, el mandamiento de aamarse unos a otros) o del Lavatorio de pies porque la misa se pasó a la mañana. Se trata de una procesión estacional con marcado sentido eucarístico o de visita a los Monumentos (Santas Tumbas) en caso de que haya más de uno en la población.

Por la tarde las mujeres acuden a la decoración de la Santa Tumba que está sobre un sagrario y en un nicho del altar lateral al altar mayor que contiene la efigie de Cristo Muerto cubierta con un velo negro. Todo está decorado pobremente con romero, juncia, musgo y algunas flores primaverales que de manera especial rodean la figura del Cristo Yacente.

En una ermita cercana esa misma tarde como hemos indicado antes se celebra el acto del Lavatorio de Pies en la que participan doce pobres del lugar y suelen asistir los hombres.

Viernes Santo o Viernes de la Cruz

En el Oficio celebrado en la mañana se cantaba la Pasión Según San Mateo , “Crux fidelis” y “Tenebrae factae sunt” . Después del Oficio se retiraba la Hostia del Sagrario desde el Monumento a la sacristía y comenzaba la ceremonia de la veneración de la cruz que estaba colocada delante de la Santa Tumba. Se descubre el velo de la cruz y era impresionante como los fieles iban a arrodillarse y luego a besar las llagas del Cristo Crucificado. En estos oficios del viernes santo el oficiante cuando administraba la comunión se desprendía de la estola negra y se revestía con la planeta y estola morada.

Este Viernes de la Cruz en los hogares sólo se llevaba a cabo el trabajo más necesario. La comida se hacía rápida de ese día era cocido de cuaresma y pan. Algunos pro el ayuno renunciaban a cualquier alimento.

Por la tarde, la ceremonia del descenso de la Cruz y la procesión del Santo Entierro. En la madrugada del Sábado Santo la Santa Tumba era vigilada por unos jóvenes que se aprestaban próximamente para el servicio militar.

Sábado Santo o Sábado de Gloria

Al cantar el Gloria en la misa la campana comenzaban a sonar de nuevo con un alegre repique. A la caída de la tarde se hacía la celebración de la resurrección en la plaza de la iglesia el sacristán encendia el fuego pascual con un pedernal. Luego el sacerdote encendía del fuego Pascua, el cirio pascual y se encendían otras velas de los feligreses, con el cirio se iba al portal donde golpeaba tres veces, se abría la puerta y entraba en la iglesia cantando: "Cristo es la luz." A continuación, se descubría el velo de la Santa Tumba y se observaba como el sepulcro estaba vacío, las campanas volvían a repicar. Se entonaba entonces el “Te Deum”. Después los fieles eran aspergidos con agua bendita, la feligresía cantaba la canción propia de la resurrección "Madre de Jesús, regocíjate". Al salir de la iglesia cada uno cogía de la Santa Tumba algunas pocas flores y se marchaban con la vela pascual.

Domingo de Pascua de Resurrección

El Domingo de Resurrección sale al alborear la procesión del Encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen María. A continuación en la iglesia se celebraba la Santa Misa y en ella se bendecían las cestas de pascua y con ella a los niños que acudían con la vela de la noche anterior. Luego se acudía al importante mercadillo callejero de la Pascua donde se seguía comprando comida y a continuación las familias solían almorzar cordero. Después por la tarde a los niños iban a visitar a los padrinos y abuelos quienes les daban nuevos regalos para la cesta de Pascua. El lunes de Pascua la gente solía ir de excursión al campo para disfrutar de la comida de la cesta de Pascua.