Jimmy Carter

Jimmy Carter

(1924/10/01 - Unknown)

Político estadounidense

    • Presidente de Estados Unidos: 1977-1981

    • Partido: Partido Demócrata

    • Padres: James Earl Carter, Sr. y Bessie Lillian Gordy

    • Cónyuge: Rosalynn Smith (m. 1946)

    • Hijos: Amy, Jack, Donnel, James

    • Nombre: James Earl Carter

    • Altura: 1,77 m

Nació el 1 de octubre de 1924 en Plains (Georgia).

Descendiente de Thomas Carter, inmigrante inglés que se estableció en Virginia en 1635. Numerosas generaciones de Carters vivieron como productores de algodón en Georgia. Hijo de James Earl Carter, Sr., un hombre de negocios, y de Bessie Lillian Gordy, enfermera. Tuvo tres hermanos: Gloria, Ruth y Billy. En el año 1927 se traslada junto a su familia al pequeño pueblo de Archery, cerca de Plains.

En junio de 1943 ingresa en la Academia Naval de Estados Unidos. Trabaja en el programa de formación nuclear de prototipos de submarinos nucleares de la Marina en 1952. Al fallecer su padre deja la Marina para ocuparse del negocio de cacahuetes (maníes) de su familia en Plains.

Fue senador por su estado en 1962 y reelegido dos años después; se presentó sin éxito para gobernador de Georgia en 1966, cargo que consiguió en 1970. Carter decide presentarse a la presidencia por lo que libró intensas batallas intentando superar los problemas de ser un candidato desconocido del Profundo Sur sin circunscripción nacional.

En 1976 consiguió la nominación del Partido Demócrata. Carter y su compañero como vicepresidente, el senador Walter Frederick Mondale, derrotaron al presidente titular republicano, Gerald Ford y a su compañero, el senador Robert Joseph Dole.

Dos grandes retos en su primer mandato fueron la creciente inflación y la dependencia estadounidense del petróleo extranjero. La inflación alcanzó un aumento del 20% anual en 1980, pero cuando el gobierno subió los tipos de interés en un intento de reducirlo, el desempleo se convirtió en un grave problema. En defensa, defendió el aumento del gasto, favoreciendo un sistema de misiles crucero. Ratificó una poderosa Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aunque se opuso a la utilización por parte de la organización de bombas de neutrones. Aseguró la aprobación de un nuevo tratado para el Canal de Panamá y firmó el tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT II). La política exterior estuvo basada en el respeto de los Derechos Humanos. Tomó represalias por la intervención soviética en Afganistán instigando el boicot internacional de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. En 1978 estableció las bases para un histórico tratado de paz entre Egipto e Israel, firmado en 1979.

En noviembre de 1979 militantes iraníes tomaron la embajada de Estados Unidos en Teherán y retuvieron a un grupo de ciudadanos estadounidenses. Los últimos rehenes fueron liberados poco antes de que Carter abandonara su cargo el 20 de enero de 1981.

Carter y Mondale fueron derrotados por los republicanos Ronald Reagan y George Bushpor mayoría.

Carter continuó defendiendo los Derechos Humanos y fue portavoz público de muchas causas benéficas. En 1994 llevó a cabo varias conversaciones internacionales por su cuenta sin representar oficialmente al gobierno de Estados Unidos. Negoció con Kim Il Sung una solución a las aspiraciones de poseer energía nuclear de Corea del Norte; después, con el régimen militar de Haití en septiembre, para conseguir una vuelta pacífica al poder del derrocado presidente electo Jean-Bertrand Aristide y ayudando a alcanzar el alto el fuego en el conflicto en Bosnia al final de 1995.

En 1982 y 1985 se editaron sus memorias.

Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2002, por sus décadas de esfuerzos por encontrar soluciones a conflictos internacionales.

En 1946 contrajo matrimonio con Rosalynn Smith una de las amigas de su hermana y fueron padres de cuatro hijos. Su hijo, Jack, fue candidato demócrata al Senado de los Estados Unidos en Nevada en 2006. Su nieto, Jason, fue elegido presidente del Senado estatal de Georgia en 2010.

En agosto de 2015, a los 90 años, fue diagnosticado con melanoma con metástasis en hígado y cerebro, siendo tratado con cirugía, inmunoterapia y radioterapia.

Cargos

Un buen acuerdo para todos sobre Jerusalén

  • Presidente de los Estados Unidos

  • 20 de enero de 1977 - 20 de enero de 1981

  • Vicepresidente

  • Walter Mondale

  • Predecesor

  • Gerald Ford

  • Sucesor

  • Ronald Reagan

  • Gobernador de Georgia

  • 1 de enero de 1971 - 14 de enero de 1975

  • Vicegobernador

  • Lester Maddox

  • Predecesor

  • Lester Maddox

  • Sucesor

  • George Busbee

  • Miembro del Senado de Georgia 14to

  • 14 de enero de 1963 - 1966

  • Todos los que han participado en el proceso de paz de Oriente Medio conocen las dificultades inherentes a cuestiones como las fronteras territoriales permanentes, la vuelta de los palestinos a su antigua patria y la condición de Jerusalén. Además, hay que encontrar soluciones para problemas como los Altos del Golán, los derechos sobre el agua, la libertad de movimiento, los asentamientos judíos de Gaza y la orilla oeste, las características del Estado palestino y el mantenimiento conjunto de la seguridad.

  • Hace tiempo, descubrí que a menudo surgen muchos puntos de negociación en los que ninguna parte puede ceder, y que se deben tratar con sumo cuidado. En 1978, en Camp David, Anuar Sadat, Menahem Begin y yo analizamos la situación de Jerusalén en una de nuestras primeras reuniones, e inmediatamente nos pusimos de acuerdo en que el asunto de la soberanía era demasiado problemático para discutirlo. Sabíamos que Israel había declarado su soberanía sobre toda la ciudad, a pesar de que la comunidad internacional considera que el Este de Jerusalén pertenece a los territorios ocupados. Comprendimos que ningún líder israelí podría renunciar a dicha soberanía, y que para Sadat o para cualquier otro líder árabe sería políticamente suicida dar la espalda a las reivindicaciones de su pueblo sobre los lugares santos islámicos y cristianos. Aceptamos esas premisas y empezamos a trabajar en un párrafo aceptable para las dos partes, en el que se reconocía que Jerusalén es una ciudad sagrada para el islam, el judaísmo y el cristianismo.

  • Además, también se garantizaba el libre acceso a todas las partes de la ciudad, se permitía que los lugares sagrados quedaran bajo el control de los respectivos representantes religiosos, y se aprobaba la creación de un consejo municipal con representación equilibrada de los ciudadanos que supervisaría todas las acciones comunitarias para garantizar la integridad de las múltiples instituciones culturales y educativas. Aunque no surgieron diferencias posteriores sobre la redacción, a última hora decidimos no incluir este párrafo en nuestra declaración final, por miedo a que el ya controvertido documento fuera inaceptable para el Knesset, el Parlamento de Israel.

  • Sin embargo, ésta es la única aproximación que puede tener éxito en lo relativo a Jerusalén: negociar acuerdos prácticos sobre el acceso sin restricciones a los lugares santos y su control, y organizar una administración conjunta de los asuntos más mundanos de la ciudad. En un futuro inmediato, es impensable que Yasir Arafat o Ehud Barak realicen concesiones sobre aspectos que afecten a su soberanía legal. Un importante principio en toda negociación es que el mediador debe mantener, al menos, apariencia de neutralidad.

  • Tras un esfuerzo diplomático sin resultados siempre se siente la tentación de apoyar a una parte y condenar a la otra, pero si se cede a ese impulso se dificultan gravemente las posibles negociaciones futuras, que exigen de confianza mutua en el mediador. Algunas declaraciones realizadas tras la reciente cumbre de Camp David han alarmado a toda la comunidad árabe, y el posible traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén podría generar obstáculos aún peores para el proceso de paz. Tengo la impresión de que la gran mayoría de los palestinos y los israelíes está a favor de continuar los intentos por conseguir una solución pacífica de los asuntos sin resolver.

  • El valor y el decidido esfuerzo del presidente Clinton, el primer ministro Ehud Barak y el presidente Arafat han dado nueva vida al proceso, al menos en cuanto al análisis sincero de posibles soluciones a los problemas más importantes y controvertidos. Si queremos mantener la esperanza de una resolución pacífica de los conflictos mencionados, es imprescindible que recordemos que se trata de un proceso a largo plazo que tendrá que afrontar la próxima generación de líderes palestinos, israelíes y estadounidenses. Ninguna de las partes debe tomar decisiones que puedan dificultar aún más las negociaciones futuras

  • Jymmy Carter ex presidente de EEUU.