Pange lingua

Pange lingua

Pange Lingua es un himno eucarístico escrito por santo Tomás de Aquino (1225-1274) para la festividad de Corpus Christi (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Este himno también es cantado el día del Jueves Santo, durante la procesión desde el altar hasta el monumento donde la reserva queda custodiada hasta el día siguiente, (Viernes Santo); también es el habitual en todas las procesiones eucarísticas. Las dos últimas estrofas de este himno, el Tantum Ergo, son cantadas como antífona antes de la bendición solemne con el Santísimo, efectuada al finalizar las adoraciones eucarísticas.

Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación, en la cual, de acuerdo al pensamiento católico, el pan y el vino, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Las palabras iniciales de esta famosa secuencia, escrita en el idioma oficial de la Iglesia católica (latín), son obra del poeta latino Venancio Fortunato. Éste comienza con la frase "Pange, lingua, gloriosi / Lauream certaminis", y es usada en alguna de las "Horas Canónicas", que son parte del Oficio divino.

Letra

Latín

Pange, lingua, gloriosi :

Córporis mystérium

Sanguinísque pretiósi,

Quem in mundi prétium

Fructus ventris generósi

Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus

Ex intácta Vírgine,

Et in mundo conversátus,

Sparso verbi sémine,

Sui moras incolátus

Miro clausit órdine.

In supremæ nocte coenæ

Recumbens cum frátribus,

Observata lege plene

Cibis in legálibus,

Cibum turbæ duodenæ

Se dat súis mánibus.

Verbum caro, panem verum

Verbo carnem éfficit,

Fitque Sanguis Christi merum,

Et, si sensus déficit,

Ad firmandum cor sincerum

Sola fides súfficit.

Tantum ergo Sacraméntum,

Venerémur cérnui:

Et antíquum documentum

Novo cedat rítui;

Præstet fides suppleméntum

Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,

Laus et iubilátio;

Salus, honor, virtus quoque,

Sit et benedíctio;

Procedénti ab utróque

Compar sit laudátio.

Amen.

Español

Canta, oh lengua,

el misterio del glorioso cuerpo

y de la Sangre preciosa

que el Rey de las naciones

Fruto de un vientre generoso

derramó en rescate del mundo.

Nos fue dado,

nos nació de una Virgen sin mancha;

y después de pasar su vida en el mundo,

una vez propagada la semilla de su palabra,

Terminó el tiempo de su destierro

Dando una admirable disposición.

En la noche de la Última Cena,

Sentado a la mesa con sus hermanos,

Después de observar plenamente

La ley sobre la comida legal,

se da con sus propias manos

Como alimento para los doce.

El Verbo encarnado, pan verdadero,

lo convierte con su palabra en su carne,

y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.

Y aunque fallan los sentidos,

Solo la fe es suficiente

para fortalecer el corazón en la verdad.

Veneremos, pues,

Postrados tan grande Sacramento;

y la antigua imagen ceda el lugar

al nuevo rito;

la fe reemplace

La incapacidad de los sentidos.

Al Padre y al Hijo

sean dadas alabanza y gloria,

Fortaleza, honor,

poder y bendición;

una gloria igual sea dada a

aquel que de uno y de otro procede.

Amén.