Diamantes (Óscar)

Diamantes

Los primeros rayos de luz iluminaban un bosque cerca de Palau, pasando entre las hojas de los árboles e iluminando un claro. El parentela lupércalo se había sentado en una roca, después de haber salido durante un par de horas para un paseo nocturno. Se había despertado por la noche, por una pesadilla. Era una pesadilla, o un pensamiento? O quizás un miedo? Quizás todo a la vez, a veces las fronteras entre estos conceptos resultan difícil de discernir. En este sueño, visualizaba a su amada alfa, siendo capturada, torturada y mutilada por una manada de danzantes, mientras él, des del otro lado de una especie de cristal des de el cual sólo él podía ver a través, y no podía hacer otra cosa que quedarse mirando.

Durante el paseo muchas cosas y palabras pasaron por su cabeza. Aunque las que más resonaron en la cabeza fueron las que Garra Oscura le dijo en imbolc. Que antes de que todo se acabe, le demostrara a Rabia Virtual lo que siente realmente, pues la vida del garou es corta y nunca se sabe qué puede pasar. Y es que el Wyrm está cerca. Muy cerca. Quizás no tiene sentidos sobredesenvolupados como los garou, pero tenía la certeza de que así sería. Y cuando el Wyrm llegue, lo más probable es que arrase como una marea implacable.

Otro pensamiento que iba a la par era la sensación de que su amada tiene mucha sensación de solitud. Y es que él también se siente más solo cuando no está con ella, y quiere sentir que estan juntos, incluso cuando tenga que haber una separación física entre ellos. Tiene que hacer algo al respecto... Empieza a pensar en qué y cómo podía hacerlo. Al cabo de un rato habría tenido una idea. En ese momento se pone de pie y saca su móvil para marcar un número.

- Hola de nuevo Julio. Sé que es muy temprando, pero necesito que me traigas unas cosas. No hay prisa, pero me gustaría que lo hicieses cuanto antes mejor. Ahora te paso la lista por mensaje, para que no te dejes nada. Nos vemos a nuestro punto de encuentro, te espero allí.

Al cabo de un par de horas, se encontrarían a una arbolada que hay cerca del castillo, donde las sombras mejor los resguardaría un poco mejor de la luz del día. Julio le entregaría una mochila que abriría para mostrar dos petacas, un cuchillo y 5 ampollas de alcohol: vodka, whisky, ron absenta negro y jager

- Gracias Julio. - dice con una cara medio de agradecimiento, y medio de lastima.

- No hay de qué, Orfa... Ya sabes que para cualquier cosa, estoy a tu disposición.

- Lo sé... Ahora necesitaría quedarme solo, si no te importa.

- No, claro... Cuídate. - se va.

El parentela lupércalo se queda unos momentos de pie, con la mochila en la mano. "En realidad no estoy nada seguro de si va a funcionar... Sé poco como funcionan estas cosas, pero quiero demostrarme que he aprendido y soy capaz."

Se sienta en el suelo con las piernas cruzadas y pone las botellas de vodka, whisky, ron y absenta formando una especie de semicirculo frente a él. Entre ellas y él, pondría las dos petacas, poniendo tambien la botella de jagermeister entre ellas. Entonces empezaría a beber de todas las botellas, excepto la de jager, dejando por último la de absenta negro, la que es conocida como una de las bebidas alcoholicas mas fuertes. Y bebería, hasta que notase la sensación de embriaguez, hasta que estuviese mas cerca de su espíritu, para que quizás haya la posibilidad de que de esta manera, por un momento lo pueda escuchar. Lo bueno de haber pasado tanto tiempo llevando un negocio en el mundo de la noche es que su cuerpo ha desenvolupado cierta tolerancia y que conoce bién sus límites, así que podría beber bastante hasta que él sabría que ya no debiera mas. Llegado a ese punto, cogería una de las petacas y le echaría jager, con torpeza pero sin derramar, y dice con dicción de alguien en estado de embriaguez:

- Espiritu del alcohol, me oyes? Bueno, supondré que sí... No acostumbras a ser muy habladora - se ríe un poco y hace un eructo quedo, con la boca cerrada - bueno, la cuestión es que estoy haciendo todo esto para proponerte un chiminaje... Amo un montón a Rabia Virtual. Y joder, sé que a veces se siente sola, y no me gusta. Y sin ella también me siento más solo. Así que te pido que el líquido, alcohólico, claro, que contenga esta petaca que le entregaré, cuando sea bebido haga que no se sienta sola, que me sienta junto a ella, y que se sienta bien. Algo así como la sensación de amor que reparte y siente un borracho. - con el cuchillo, graba en la petaca el símbolo de un diamante. Ella acostumbra a hablar bastante apasionadamente de ellos y lo que le gustan. - A cambio, - vierte con la misma virtud el jager a la otra petaca - siempre llevaré esta petaca con alcohol dentro, preparado siempre para ofrecerlo a todos aquellos que me lo pidan o que vea que lo precisen, para así siempre poder repartir más tu gloria en este mundo

Al terminar, marcaría la petaca con el cuchillo formando una O ligeramente ondulada. La dejaría al suelo y se quedaría contemplando y pensativo. Pensando si esto habría funcionado.