Dos madres (Diana)

La noche se cernía sobre el pueblo, las estrellas asomaban e iluminaban el oscuro cielo junto a una luna gibosa, de algún modo parecía tener un brillo azulado. La joven parentela tenia la sensación de que Selene hablaba, o mejor dicho, cantaba. En brazos llevaba a su hija menor mientras la otra seguía sus pasos por el bosque hábilmente. No sabía si los espíritus lo verían bien, pero sabía que Madre si, porque madre era amor, madre era vida, y madre, era familia.

Delante de ella había una figura que ya conocía, para cualquiera parecería un monstruo, pero a sus ojos seguía siendo una niña, con una de las sonrisas mas dulces e inocentes que jamás había visto, quizás se sentía conectada por su nombre, pero la joven parentela aprendió que los nombres tenían mucha mas importancia de lo que uno pudiese llegar a imaginar.

-Buenas noches Aurora, me alegro de verte bien.

La niña sonrió, y en sus ojos se reflejaba la felicidad de una hija al haber encontrado a su madre, ciertamente, Mirada de Danaan lo consiguió, aún sacrificándose el mismo, pero en el fondo ya sabia que ocurriría, si no, no le hubiese hecho prometer que cuidaría del jardín de las promesas.

La luz de Selene brillaba en lo alto bañando un claro, donde una figura mecía y acariciaba a un pequeño bebe, una canción sonaba y arrullaba a la pequeña, y por alguna razón, Alba lloro al ver la escena, porque Brava, al igual que ella, perdió a quien amaba, porque, igual que ella pudo reunirse con su hija, porque, igual que ella, era una madre. Y por muy ronin que fuera, canción de madre cuidaba de su familia, y por muy ronin que fuera, Ágata seguía siendo de la familia. Anochece se acerco con cuidado, cuando llego al lado de la garou le dio una flor, una Cincoenrama, sonrió mientras también le enseñaba su cuchara, jamás se separaba de ella.

-Mamá dice que esto significa afecto maternal-señalo la flor y luego a ella-tu también eres mama, seria bonito que le dieses flores a su a tus hijas, las flores hablan, sabes?

La niña parecía orgullosa de saber aquello, Alba se acerco con delicadeza y una gran sonrisa en el rostro, se sentó cerca de ellas dos, miro a la madre que tenia delante, y a todas las niñas, en su corazón sabía que todo había valido la pena, por ellas, y estaba segura que la garou sentía lo mismo.

-He venido a verte en tu luna Brava, porque, que mejor momento que este para cantar y contarnos historias, para estar con nuestras niñas y sentir, bailar y ser lo que somos bajo la atenta mirada de Selene. Somos madres que cuidan de sus hijas, y sabemos mejor que nadie lo que son los sacrificios, y también el amor, por eso, aunque algunos espíritus puedan verlo mal, se que ella no, porque te mereces por lo menos esto Ágata, te mereces una amiga con la que hablar.

Se acerco a ella, con Lua en brazos, la pequeña movía sus manos y jugueteaba con su colgante, miro a Brava a los ojos y sonrió, una galliard mirando a otra, la pequeña sabia, notaba seguramente que delante suyo, tenia a otra luna gibosa. Alba comenzó a cantar, Anochece la siguió y las dos miraron a sus compañeras. Cuatro voces femeninas inundaron el bosque aquella note, el viento las acompaño, la luna las observo mientras se contaban historias, la tierra se rego con sus canciones, y tanto el fuego como el agua bailaron con ellas, porque, por mas que una ya no formara parte de la nación seguía luchando por su familia, y eso también era luchar por Gaia, porque Gaia era también la familia.