Cenizas que se lleva el viento

(Diana)

Las piras estaban preparadas, la joven guardiana miro los cuerpos de sus hermanos caídos, Selene iluminaba sus cuerpos pareciendo que no estuviesen muertos, pero como le dijo Senda Oscura de Luna, la muerte no es el final, solo había que escribir otro capitulo mas. El viento aullaba triste junto al clan, no los habían acallado, no se impuso el silencio, pero a costa de la vida de sus hermanos.

Alba acaricio la mano de su antiguo amado, del padre de su hija, no pudi evitar verter algunas lagrimas, le atormentaba haberle hecho daño, pero al final sabía que ella no era la adecuada para el, que no era el amor de su vida, y estaba bien, la vida sigue y con ella la niña que concibieron juntos jubto al lirio blanco que habian plantado, esa semilla de esperanza. Acaricio el anillo, no pudo pronunciar las palabras, fue lo mejor para los dos.

-Que la tierra te abrace, que los arboles puedan darte la sabiduría que necesitas, que en tu próxima vida puedas conseguir la vida que mereces.- aparto un momento los ojos para mirar a Selene, sonrió levemente y volvió a mirarlo- que en abandones la orilla en paz, en el amor puedas encontrar un pasaje seguro en tus viajes, hasta que nuestro ultimo encuentro nos lleve a la tierra, que volvamos a vernos hermano.

Se aparto de el con los ojos húmedos y se poso al lado del otro cuerpo, aquella con la que había bailado bajo la luna, con la que había compartido un corazón. Cerro los ojos y de su bolsillo saco otro anillo, ligeramente diferente, el de Axel tenia un pequeño sol, el de ella una pequeña luna. Alba tomo el dedo de Ushuaia y puso el anillo que había esperado que se lo pusiera Axel en ella.

-Ushuaia, abraza a los arboles, y para mi, sonrisa de Selene, gracias por ser mi amiga, mi hermana y compañera y lo siento por haberte hecho daño, la tierra sera un lugar mas triste y oscura sin tu luz, pero se, que en algun momento nos volveremos a encontrar, solo espero que puedas encontrar la felicidad.

Acerco sus labios al oído de esta y le canto una canción, una que solo era para ella, hubiese querido hacer antes de la batalla, pero tenía el corazón roto, aun así nunca era mal momento para cantarle a alguien que, pasara lo que pasara, siempre estarían juntos, la joven acaricio el hilo rojo, el que la conectaba a les dones y volvió a sonreír.

El fuego se había llevado el cuerpo de los lobos, durante toda la noche cantaron y bailaron por los hermanos que se fueron, pero a Alba le quedaba una ultima cosa que hacer, le dijeron que durante un breve periodo de tiempo puedes comunicarte con ellos, así que pidió ayuda, para verlos una ultima vez para que los vieran una ultima vez.

Cuando aparecieron Alba tenia un niño a cada brazo, un niño y una niña, dormidos acurrucándose en su pecho, que al menos pudieran despedirse de sus semillas, de lo que dejaron atrás. Alba se acerco para que pudiesen verlos. Esta vez lloro, lloro como una niña pequeña sintiendo la perdida, y sobretodo, lo que mas le dolía era que no podrían ver a sus hijos crecer, no podrían estar con ellos y eso le había dolido tanto... Pero sus sonrisas no desaparecían del

rostro de la pareja, eran felices, sabían que habían hecho lo correcto y siempre habían sabido que su amor era puro, pero, sobretodo, sabían que Alba les daría a los niños todo el amor que una madre puede darle a un hijo, porque, al fin y al cabo, ella era canción de madre.