Libres

(Charls)

LIBRES

La metis abrazaba a su madre, como solo una hija sabe hacer. Pues largo tiempo esperó por ese momento, le habían hablado de ella, en lo que se había convertido, de su nuevo lugar en el mundo, más no le importaba, pues era su madre. Cualquiera que ajeno a ellas las observara habría roto a llorar, pero estaban solas, era su momento y nadie debía estar cerca. Pero sí que las obervaban, en la lejanía dos pequeños ojos negros, sin pupila pero clavados en ellas no dejaban de observarlas. Ojos curiosos, como solo los de un espíritu podrían ser. Madre e hija se marcharon, se perdieron en la noche, en la ocuridad. El espíritu hizo lo opuesto, se dirigió donde unas grandes luces mantenían alejadas las tinieblas.

Las grandes piras se alzaban en la noche, y a su alrededor garou y parentela honraban a sus hermanos caídos. El rito fúnebre había terminado, ya solo quedaba llorar, reír, bailar y hablar sobre una nueva promesa, esperanza, cada uno lo hacía a su manera. Búho Gris se mantenía alejado, quieto, solo observaba. Cuán triste es ver a un Fianna no bailar ante una hoguera, pero para él el dolor aún era reciente. Áxel, le hubiera gustado tanto verlo convertirse en el gran philodox que estaba convencido de que sería, mucho más que él. Su vida había sido muy dura, y dura fue la prueba que superó... Antes de morir... Y también para Ushaia. Les recordaba tanto a William y a Auroa, quizá por eso fue tan duro con ellos, no solo por ser philodox.

- Ahora ya sois libres, amaros de verdad. Ya nadie os lo puede impedir. Juro que si algún día tengo hijos, llevarán vuestros nombres, os lo prometo.

- Deberías almenos ir a beber, ofenderías a tus ancestros si te vieran así.

Plumas Grises se posó en una rama cercana, quiso dejarle espacio.

- Si bebiera ahora me sabría a lágrimas. No puedo emborracharme así.

El espíritu observa las piras, a los presentes. Siente lo que ha pasado aquí, lo que significa.

- Parece que ha sido muy bonito, seguro de que se sienten honrados.

- ¿No has estado durante el rito? Acudieron muchos espíritus.

- No me llamaste, fui a ver un encuentro... ¿Sabes de quiénes? ¿Quieres que te lo cuente? Escuché lo que se dijeron. Fue muy bonito...

Búho Gris sabe muy bien a quiénes se refiere. Sí que tenía ganas de saberlo, cómo estaban, pero él sabía de que estaba fuera de lugar.

- ¿Ella es feliz?

- ¿A cuál de ellas te refieres?

Jon miró al espíritu búho, no estaba de humor para sus bromitas.

- Está junto a su madre, eso es lo que importa. No te parece? Debes dejar ya de tratar de ser su padre, o su guardián, o lo que te creas que eres de ella. No te necesita.

- Eso es cierto, no me necesita, creo que nunca me ha necesitado. Ahora está bien, bien de verdad, y es lo único que importa.

Ambos se miraron fijamente, se conocían lo suficiente como para hablar sin palabras. Se alejaron juntos, buscaron un lugar apartado, tenían hablar y no debía de haber nadie más. Ni humano, ni lobo, ni espíritu. Nadie..