Cuento de hadas (Héctor)

La historia, dice así...


La historia dice que, un garou dos garras tiene, dos ojos, dos colmillos arriba, dos colmillos abajo...


Que unos amantes, son siempre dos, así el Cuentacuentos habló...


Y así, aquel que ardía la noche oyó.


Cuentacuentos habló del que fue antes que peregrino, y de las cosas que encontró... Cuentacuentos dijo lo que la historia, su historia, decía...


La historia decía que, lejos del río de la serpiente, en la tierra helada del Norte, un espíritu yacía esperando ser despertado de nuevo. Un espíritu que ligado a la plata estaba. La garra de aquel que más fuertes garras tuvo de entre los Lobos del Valle...


Así el bendecido por coyote y sus cuentos empezó...


Y la historia, cuando sus palabras acabó, siguió...


Quizá por eso, la sangre de su sangre, aún habiendo sido repudiada... Aún no siendo abrazado por los lobos del hielo, fue quien la halló. Enterrada en un témpano de hielo, allá, frente a las esquirlas de agua helada, esperó, esperó hasta que supo que el Fenrir no desharía aquella montaña para él.


Usó su gran compañero, el fuego, bien lo saben Humin y Munin mientras lo observaban a lo lejos, uniendo todos los artefactos que había llegado consigo, así lo oyeron las nornas mientras cortaban uno tantos de los hilos que sajan... Y, sin embargo, la roca no cedió.


La sangre, aún repudiada, sangre es.


Así pensó.

Así obró.


Y, cuando el lobo que no había sido abrazado por los lobos del hielo, vertió su propia hiel sobre el hielo. El témpano quebró...


Y la historia siguió...


La historia siguió diciendo que el arma de Lobo Gris, que existió, necesitaría ser despertada, para que el espíritu atado pudiera de nuevo luchar. Más ningún sabio conocía qué espíritu contenía en su interior como para que las buenas gentes le pudieran regalar a un hijo del gran Fenrir un sinigual como aquel... Así que buscaron a aquel que conocía a las buenas gentes... y aquel que conocía a los espíritus, para encontrar el motivo con el cual poder volver a acordar.


Los viejos cuentos hablan de la Garra del Fenris. La hoja por la cual el alfa de los lobos del valle nunca se supo quién fue en la realidad. Así lo dijo el que portaba la sangre de las fatas, así habló del enfrentamiento entre el honor del ciervo y la rabia del fenrir. Y les contó cómo Lobo Gris había conseguido enamorar a aquella que estaba destinada a un Fianna y cómo de la semilla de este, nació un ser que no fue garou.


Los viejos cuentos hablaron de cómo el Fenrir exigió a su simiente, y cómo el campeón de aquella fata le dijo que jamás. Los viejos cuentos hablan de cómo lobo y hada sangraron, lucharon y murieron una y cien veces más allá del mundo de Adán... Y cómo el justo vencedor nunca se declaró.


La klaive, fue entregada al lobo del norte, con un juramento que ni ahora el fata se atrevió a pronunciar.


Así las leyes antiguas exigían, que la palabra dicha en el otro lado no se volviera a narrar... Por ello, la hoja fue reforjada, borrada su inscripción, para que nadie pudiera ver qué había sido en realidad.


Y la historia siguió...


La historia siguió, cuando la más viva Rata-Muerta, supo que a él correspondería negociar con el interior del klaive. Pues así se esperaba de un theurge como él... Aún sin pureza, aún sin ser el más parecido a los viejos lobos, a él le correspondió hablar con el interior de aquel sin igual...


Y sus palabras, acompañadas por el viento, acariciaron aquella alma templada en la forja, para despertar al sin igual.

Juramentos en susurros portó.

Palabra entre el lobo adoptado por la rata y el espíritu del interior se intercambió.


Chiminaje, lo llaman en el pueblo de los lobos.

Leyenda, lo llamamos en el mundo de las gentes del verano.


Y así, la historia siguió. Para que a todos vosotros haya llegado la antigua klaive, que recuerda la Vergüenza de dar la muerte, ahora reforjada... Como...


"La espada que protegerá a quien amó".