11.2.1. Santa Maria delle Grazie (A)

Horario:

  • Días laborables: 7.00-12.00 h y 15.00-19.00

  • Días festivos: 7.15-12.15 h y 15.30-21.00

  • Última cena (Cenácolo): de martes a domingo de 8.00 a 18.30 h. (última entrada a las 18.15 h)

Precio:

  • Visita a la Iglesia gratuita

  • Visita última cena, Siempre con reserva previa (las entradas se agotan con 2 meses de antelación):

    • Tarifa normal: 6,50 euros (+1,50 euros de gestión).

    • Tarifa reducida: 3,50 euros (+1,50 euros de gestión), para ciudadanos de la unión Europea entre 18 y 25 años y estudiantes y profesores.

    • Entrada "gratuita": Hay que pagar los 1,50 euros de gestión al reservar en la web. Para ciudadanos de la unión Europea menores de 18 años y mayores de 65 años.

Imágenes

Sin audioguía

Información

La iglesia y el convento dominico de Santa Maria delle Grazie se encuentran en Milán, (Italia). El refectorio del convento está decorado con el célebre mural de Leonardo da Vinci «La última cena».

En 1980, el conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Historia

En 1463 el Duque de Milán Francisco Sforza ordenó la construcción de un convento dominicano y una iglesia en el lugar donde se encontraba una pequeña capilla dedicada a Santa María de las Gracias.

Bajo la dirección del arquitecto Guiniforte Solari, el convento fue terminado en 1469, y la iglesia en 1482. Posteriormente, Ludovico Sforzadecidió modificar el claustro y el ábside de la iglesia; las obras terminaron en 1490. En 1497, Ludovico hizo enterrar a su esposa Beatriz de Este en la iglesia, que se convirtió en lugar de sepultura de los Sforza.

El tiburio (cúpula de base poligonal con techo en forma de pirámide, usada en el Renacimiento en Lombardía) ha sido atribuido a Bramante, aunque no existen pruebas de ello, salvo el hecho de que Bramante era en la época ingeniero ducal y su nombre aparece una vez en las actas de la iglesia, en la recepción de una partida de mármol en 1494. Hoy en día, la obra se atribuye a Giovanni Antonio Amadeo. En todo caso, esta cúpula continuó en parte el estilo gótico de la primera parte del edificio, pero con influencias románicas. La ligeramente excesiva altura de la misma (en relación con el resto de la iglesia) ha recibido algunas críticas.

En el interior de la iglesia, en la parte más antigua, de estilo gótico, destacan, en una capilla de la derecha, los bellísimos frescos con laHistoria de la Pasión, de Gaudenzio Ferrari. En la misma capilla estuvo La coronación de espinas de Tiziano, hoy en el Museo del Louvre.

Sobre la puerta que conduce a la sacristía hay un fresco de Bramantino.

La noche del 15 de agosto de 1943, los bombardeos anglo-estadounidenses afectaron a la iglesia y al convento. El refectorio quedó arrasado, aunque algunos muros se salvaron, entre ellos el de «La última cena».

(Fuente: Wikipedia)

Visitar la Última Cena de Leonardo Da Vinci

Entradas

La Última Cena (en italiano, Il cenacolo o L’ultima cena) es una pintura mural original de Leonardo da Vinci ejecutada entre 1495 y 1497, se encuentra en la pared sobre la que se pintó originariamente, en el refectorio del convento dominico de Santa María de las Gracias en Milán (Italia). La pintura fue elaborada, para su patrón, el duque Ludovico Sforza de Milán. No es un frescotradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido. Mide 460 cm. de alto por 880 cm. de ancho. Para muchos expertos e historiadores del arte, La Última Cena de Leonardo es considerada como la mejor obra pictórica del mundo.

Autor

Leonardo da Vinci nació en 1452. A los 14 años (1463 aprox.) entró en el prestigioso taller del pintor florentinoAndrea Verrochio, donde estudió junto a Sandro Botticelli y Perugino. Desarrolló el estudio de las matemáticas, la geometría, la perspectiva y todas las ciencias de la observación del medio natural,7 las cuales se consideraban indispensables en la época. Como educación complementaria, también estudió arquitectura eingeniería. Leonardo fue un humanista renacentista, destacado en múltiples disciplinas.9 Sirvió a personas tan distintas e influyentes como Lorenzo de Médici, al duque de Sforza, a los soberanos de Mantua y al reyFrancisco I de Francia.7

Entre sus obras más destacadas están La Virgen de las Rocas, La batalla de Anghiari, Obra innovadora, La Gioconda y por supuesto, La última cena.

Historia

En principio se trataba de un encargo modesto. En Santa María, el convento de los dominicos cercano al palacio, el duque había mandado a erigir una iglesia. En el refectorio de los hermanos, el milanés Montorfano había pintado una crucifixión, en cuya parte inferior Leonardo añadió como donante a Ludovico, a su esposa y a sus dos hijos. Leonardo colaboró también en la ejecución de los medallones y otros adornos murales con las armas de los Sforza, como si quisiera probar primero la destreza de su mano para la gran tarea que se le avecinaba.

Leonardo creó La Última Cena, su mejor obra, la más serena y alejada del mundo temporal, durante esos años característicos por los conflictos bélicos, las intrigas, las preocupaciones y las calamidades. Se cree que en 1494 el duque de Milán Ludovico Sforza, llamado "el Moro" encargó a Leonardo la realización de un fresco para el refectorio de la iglesia dominica de Santa Maria delle Grazie, Milán. Ello explicaría las insignias ducales que hay pintadas en las tres lunetas superiores. Leonardo trabajó en esta obra más deprisa y con mayor continuidad que nunca durante unos tres años. De alguna manera, su naturaleza, que tendía hacia el colosalismo, supo hallar en este cuadro una tarea que lo absorbió por completo, forzando al artista a finalizarla.

Esta forma de pintar, tan distinta de la rapidez y seguridad que exige la tradicional pintura al fresco, explican que el pintor optara por una técnica distinta y también que se demorase durante años su acabado.

Giorgio Vasari en sus Vite también describe en detalle cómo lo trabajó, cómo algunos días pintaría como una furia, y otros pasaría horas sólo mirándolo, y cómo paseaba por las calles de la ciudad buscando una cara para Judas, el traidor; al respecto cuénta la anécdota de que esta forma de trabajar impacientaba al prior del convento y éste fue a quejarse al duque, quien llamó al pintor para pedirle que acelerara el trabajo.

Así pues, Leonardo observaba cuidadosamente los modelos del natural, pero no es algo habitual en aquella época. En general se copiaban los tipos conocidos y ya probados; algunos artistas repetían una y otra vez a lo largo de su vida un tipo que les había salido bien y había tenido éxito, como, por ejemplo, Perugino, el condiscípulo de Leonardo. Éste, empero, jamás se repitió a sí mismo; siempre consideró cada una de sus obras una tarea completamente nueva, peculiar y diferente de la anterior. Leonardo procuró dotar a sus figuras de la mayor diversidad posible y del máximo movimiento y contraste. En su libro de pintura aconseja «Los movimientos de las personas son tan diferentes como los estados de ánimo que se suscitan en sus almas, y cada uno de ellos mueve en distintos grados a las personas [...]». En otro pasaje se refiere al efecto de los contrastes «[...] Lo feo junto a lo bello, lo grande junto a lo pequeño, el anciano junto al joven, lo fuerte junto a lo débil: hay que alternar y confrontar esos extremos tanto como sea posible.» Esta proximidad y antagonismo de las figuras es lo que da su riqueza a La Última Cena: Judas, el malvado/Juan, el bello y bueno; cabezas ancianas/cabezas jóvenes; personas excitadas/personas tranquilas. Aún el mundo puede apreciar el carácter innovador del cuadro a causa de las innumerables imitaciones y reproducciones posteriores, la obra nos produce un efecto de serenidad y sencillez, de concentración alrededor del núcleo de la escena que en ella se desarrolla.

En 1497 el duque de Milán solicitó al artista que concluyera la Última Cena, que terminó, probablemente, a finales de año. Según Andrés García Corneille en su libro Da Vinci comenta que «cuando Leonardo comenzó su obra, él sabía que iba a demandarle mucho tiempo y que dificilmente vería mucho dinero por ella (Ya que se trataba del pedido de un duque), cosa que contravenía abiertamente a los reglamentos del gremio de artistas al que pertenecía, y sin cuya anuencia era imposible ejecutar una obra en Florencia. De hecho, jamás pidió un sólo centavo por la obra que hizo, cosa que al duque le sorprendió y no dijo ninguna palabra».

Cuando acabó, la pintura fue alabada como una obra maestra de diseño y caracterización. La dio por terminada, aunque él, eterno insatisfecho declaró que tendría que seguir trabajando en ella. Fue expuesta a la vista de todos y contemplada por muchos. La fama que el «gran caballo» había hecho surgir se asentó sobre cimientos más sólidos. Desde ese momento se le consideró sin discusión uno de los primeros maestros de Italia, si no el primero.10 18 Los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento de Santa María delle Grazie, miraban la pintura con detenimiento, la copiaban y la discutían. El rey de Francia, al entrar en Milán, acarició la idea de desprender el fresco de la pared para llevárselo a su país.

Pronto se puso en evidencia, sin embargo, que nada más acabarse ya empezaba a desprenderse de la pared. Desgraciadamente, el empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro hacia el año 1500 lo cual provocó numerosas restauraciones en la magnífica obra. Leonardo, en lugar de usar la fiable técnica del fresco, que exigía una rapidez de ejecución impropia de él, había experimentado con diferentes agentes aglutinadores de la pintura, que fueron afectados por moho y se escamaron.

Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación.

En 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisonómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor.

La pintura se ha mantenido como una de las obras de arte más reproducidas, con innumerables copias realizadas en todo tipo de medios, desde alfombras hasta camafeo.

Análisis

Leonardo ha escogido, puede que a sugerencia de los dominicos, el momento quizá más dramático. Representa la escena de la Última Cena de los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret según narra la Biblia. La pintura está basada en Juan 13:21, en la cual Jesús anuncia que uno de sus12 discípulos le traicionaría.

La afirmación de Jesús «uno de vosotros me traicionará» causa consternación en los doce seguidores de Jesús, y ese es el momento que Leonardo representa, intentando reflejar "los movimientos del alma", las distintas reacciones individualizadas de cada uno de los doce apóstoles: unos se asombran, otros se levantan porque no han oído bien, otros se espantan y, finalmente, Judas retrocede al sentirse aludido.

Aunque se basa en las representaciones precedentes de Ghirlandaio y Andrea del Castagno, Leonardo crea una formulación nueva. Como puede verse en el dibujo preparatorio, Leonardo pensó inicialmente en la composición clásica, con Judas delante de la mesa, y los otros once apóstoles en frente, con Jesucristo en el medio como uno más. Leonardo se apartó de esta tradición iconográfica e incluye a Judas entre los demás apóstoles, porque ha elegido otro momento, el posterior a su anuncio de que uno lo traicionará. Leonardo cambió la posición de Jesucristo, que inicialmente estaba de perfil hablando con Juan Evangelista, que parece en pie a su lado, (hay otro apóstol que también estaba de pie), y lo sitúa en el centro, hacia el que convergen todas las líneas de fuga, destacando aún más al perfilarse contra el ventanal del centro, rematado con un arco y separándolo de los apóstoles. A ambos lados de Jesucristo, aislados en forma de triángulo y destacados con colores rojo y azul, están los apóstoles, agrupados de tres en tres.

La mesa con los trece personajes se enmarca en una arquitectura clásica representada con exactitud a través de la perspectiva lineal,concretamente central, de manera que parece ampliar el espacio del refectorio como si fuera un trampantojo salvo por la diferente altura del punto de vista y el monumental formato de las figuras. Ello se logra a través de la representación del pavimento, de la mesa, los tapices laterales, las tres ventanas del fondo o, en fin, los casetones del techo. Esta construcción en perspectiva es lo más destacado del cuadro.

La escena parece estar bañada por la luz de las tres ventanas del fondo, en las que se vislumbra un cielo crepuscular, de igual manera que por la luz que entraría a través de la ventana verdadera del refectorio. Dicha luminosidad, así como el fresco colorido, han quedado resaltados a través de la última restauración. Los 12 Apóstoles están distribuidos en cuatro grupos de 3. Ello sigue un esquema de tríadas platónicas, de acuerdo a la escuela florentina de Ficino y Mirandola. Analizando de izquierda a derecha, en la segunda tríada se encuentra Judas, cuya traición rompe la tríade, colocándole fuera de ella. La tercera tríada desarrolla la teoría del amor platónico. El amor es el deseo de la belleza, la esencia de Dios es amor y el alma va hacia su amor embriagada de belleza. En la cuarta tríada se observa a Platón, Ficino y quizá el propio Leonardo, trata del diálogo filosófico que lleva a la verdad de Cristo.

En la obra los discípulos y Jesús aparecen sentados y atrás de ellos se puede apreciar un paisaje como si fuera un bosque o incluso como si fuera el paraíso. Los apóstoles se agrupan en cuatro grupos de tres, dejando a Cristo relativamente aislado. De izquierda a derecha según las cabezas, son: Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés en el primer grupo; en el segundoJudas Iscariote con pelo y barba negra, Simón Pedro y Juan, el único imberbe del grupo; Cristo en el centro; Tomás, Santiago el Mayor y Felipe, también sin barba en el tercer grupo;Mateo, aparentemente sin barba o con barba rala, Judas Tadeo y Simón el Celote en el último. Todas las identificaciones provienen de un manuscrito autógrafo de Leonardo hallado durante el siglo XIX.

Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés

Judas iscariote, Simón Pedro y Juan

Tomás, Santiago el Mayor y Felipe

Mateo, Judas Tadeo y Simón Zelote

En la obra también se puede notar que entre Pedro Simón y Judas Iscariote se logra ver una mano sosteniendo un cuchillo.

En la pintura, según fuentes, Leonardo se autorretrató como San Judas Tadeo; lo cual es una objeción hacia la obra. También si la miran con detalles, en la mesa el único utensillo que se logra ver es el que aparece entre Pedro Simón y Judas, el que nos deja una duda sobre el motivo por el cual hay un cuchillo en la cena donde se nombra la traición.

Observaciones finales

La gran fama de ésta obra ha despertado el interés de muchos investigadores que buscan resolver los misterios y enigmas que la rodean, por ejemplo Clive Prince y Lynn Picknett en su libro La revelación templaria y Dan Brown en su novela El código da Vinci afirman que la figura a la derecha de Jesús (izquierda según se mira), no es en realidad Juan, sino una figura femenina, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La última cena en una de las obras más magníficas en laHistoria del Arte.

Lo que es un hecho a comentar sobre la pintura en cuestión, "La Última Cena", es lo siguiente: Si bien es cierto que Leonardo tomó personas reales para sus modelos de los apóstoles (aunque se rumorea que el apóstol Simón fue hecho con el busto de Platón), en ningún caso es cierto que él mismo se pintara en la escena (supuestamente el segundo apóstol por la derecha), ya que si bien el parecido es real, en ningún caso coincide por fechas. La pintura data de 1494-1498, y en ese tiempo Leonardo tenía 45 años, mientras que el aspecto del apóstol es de mucha más edad. Aunque bien se dice que pudo ser un retrato de él imaginado en unos años más adelante, para que su imagen se adecúe al de los demás apóstoles. En 1993, la escritora y abogada Vittoria Haziel publicó un pequeño trabajo en el que mostraba un documento de Leonardo Da Vinci en el que el genio del renacimiento "reconocía" la existencia de una mujer al lado de Cristo. Pese a que la investigación de la autora romana comenzó hace 14 años, su trabajo sigue siendo investigado, al igual que ha dado paso a la polémica por parte de la Iglesia, contradiciendo las especulaciones que dicen que la mujer es la misma María Magdalena.

Como comentario adicional, para visitar y contemplar la pintura en el convento de Santa María de la Gracia hay que hacer una reserva previa, que debido a que se visita en grupos limitados y con pocas personas, y a que no se ha podido visitar en casi 20 años, puede ser de bastantes semanas de espera. Durante la visita, que dura unos 10 minutos, está prohibido filmar o sacar fotografías.

(Fuente: Wikipedia)